ARCO recupera el brillo del mercado del arte

Esta edición ha contado con la presencia de 203 galerías, 166 de las cuales se enmarcan en el programa general, seis más que el año pasado, casi la mitad de las cuales tienen El 70% de las galerías son extranjeras y no hay ni una mínima presencia malagueña, ni privada ni institucional, con la excepción de algunos artistas y varios directores de centros que acuden cada año a la feria. La figura del país invitado, que este año ha recaído en Perú y cuenta con una selección de artistas y galerías, ha tenido un formato distinto al de otras ediciones que ha traído muy buenas opiniones. Respecto a las cifras, aunque algunas se manejan con cierto hermetismo, se pueden encontrar obras a partir de los 700 euros hasta llegar a los cuatro millones de euros que cuesta un cuadro de Joan Miró.

Las cifras en ningún caso deben distraernos de lo que de verdad importa. Tampoco el 'Ninot' del Rey: todos los años hay una obra que se quiere envolver de polémica y que copa noticias en televisión y 'selfies' de los visitantes. Si el año pasado, Santiago Sierra protagonizó uno de los sucesos más lamentables de la historia de la feria que supuso la retirada de su obra 'Presos políticos' este año, en colaboración con Eugenio Merino, ha querido provocar igualmente con una nueva jugada. De no haber existido esta obra, la polémica, que en esta feria es algo tradicional, habría caído quizás en la sentencia de la Gurtel metida en una urna, obra de Daniel García Andújar y que se vende por 3.000 euros, o la pieza «Tela Bolivia» de la mexicana Teresa Margolles (Galería Mor Charpentier) que expone un trozo de tela con sangre.

En líneas generales, en la programación artística se aprecia menos vídeo y menos fotografía en beneficio de la pintura y la escultura; cosa típica porque eso es lo que mejor se vende. Hay excepciones y obras para todos los gustos y entre ellas destacan varias instalaciones como la de la galería Bruno Múrias, las miniaturas del austriaco Bernd Oppl o la impresionante 'Corners.Walls.Floors', de Sandra Gabarra en la mítica galería Juana de Aizpuru, así como el trabajo de la artista israelí Naama Tsabar.

También puede apreciarse una serie fotográfica de Cristina García Rodero y, entre las galerías, habría que destacar una clásica como Helga de Alvear con un stand donde sobresalen dos piezas imponentes de Julian Rosefeldt: la serie de fotografías llamada 'Manifesto' y protagonizada por una camaleónica Cate Blanchet y el filme de 16 minutos 'The Swap' que es una parodia de una escena típica de una película de gánsters coreografiada.

Podría destacarse también una esplendorosa serie de Jenny Holzer, las siempre interesantísimas fotografías de Wolfgang Tillmans, una pieza de Joana Vasconcelos, una de las artistas con más proyección del momento, o una enorme obra del artista conceptual Lawrence Weiner, por no hablar de una instalación de Miki Leal oculta para la mayoría en la zona VIP de Arco que es un verdadero trasiego de frivolidades. Y esto es solo una selección desde una perspectiva muy subjetiva y personal de un auténtico festival comercial que también permite el deleite.

Arco es una feria profesional donde los amantes del arte son bienvenidos: prueba de ello es que la feria es en realidad el punto de encuentro más importante del arte en España. Otras ferias alternativas surgidas al rebufo de Arco como Hybrid, Just Madrid, Drawing Room o Urvanity completan la locura artística y social que vive la capital este fin de semana.