Antonio Banderas da el salto a producir dos musicales al año: «Mi idea es suicidarme en el Teatro del Soho»

Esa alegría contagiosa de la que habla el actor se ha visto también sobre las tablas del teatro de Calle Córdoba con los dos fragmentos de 'Tocando nuestra canción' interpretados por María Adamuz y Miquel Fernández, que protagonizan una obra ambientada en el propio mundo de los musicales. Así, esta comedia romántica narra la historia de un compositor de éxito y una letrista desconocida que se enamoran después de sus respectivos fracasos sentimentales. Un clásico actualizado en el que Banderas vuelve a apostar por el compositor de 'A Chorus Line', Marvin Hamlisch, al que se une el libreto de Neil Simon ('Descalzos por el parque') y las letras de Carole Bayer Sager (ganadora del Oscar por la canción de 'Arthur, el soltero de oro').

Este espectáculo vuelve a salirse del carril de los grandes éxitos que se ven en la catelera de Madrid, Londres y Nueva York, ya que como dijo Antonio Banderas ‘Tocando nuestra canción’ forma parte de esas «referencias del teatro musical de los años 70 y 80 al que quería volver» con los espectáculos del Soho. Una historia de amor divertida, tierna y disparatada que, pese al tiempo transcurrido desde que se escribió, ya apunta temas de actualidad, como el machismo y las relaciones tóxicas.

A su tono y su argumento se une además su ambientación en el propio Broadway. «Me gusta la reflexión del teatro dentro del teatro, sobre lo que hacemos encima del escenario porque al fin y al cabo aquí se habla de la vida», ha asegurado el responsable de está adaptación, que dirige a diez actores en el escenario, entre los que se encuentra la malagueña Cristina Gallego, además de colaborar con otros acreditados paisanos, como el coreógrafo Borja Rueda y el director musical Arturo Díez Boscovich.

Con columnas móviles como decorado que trasladan y recolocan los propios actores –«hemos querido que se vea el truco»–, 'Tocando nuestra canción' «es una metáfora de lo que ocurre en el propio teatro, en el 'backstage' donde todo se tiene que mover con precisión», ha asegurado Banderas, que ha aprovechado para referirse a los proyectos de su propio teatro. Así, no sabe si las dos producciones al año «va a ser la norma» a partir de ahora, ya que «pongo el teatro en una situación de estrés muy fuerte y cuando se hacen espectáculos seguidos hay que funcionar a toda máquina». Una situación que se une a ese «suicidio» económico del que bromea ya que, entre otras cosas, su pasión por dirigir le impide rodar películas como actor y ganar dinero para gastarlo en el teatro..

«Mis agentes en Estados Unidos no están contento conmigo», ha reconocido el actor sobre su entrega a su proyecto escénico en Málaga. Para ello, ha buscado un paréntesis este verano para volver a rodar un filme con Anthony Hopkins y tiene sendos proyectos de serie y película en España con Gastón Duprat y Mariano Cohn, con los que trabajó en 'Competencia oficial' (2021), aunque sin cerrar.

Pese a esas dificultades de las que habla el promotor del Teatro del Soho Caixabank, la capacidad de Banderas para convencer y contagiar su pasión por el musical ha quedado patente en la rueda de prensa, en la que el protagonista, Miquel Fernández -»una de las mejores voces masculinas que yo he oído, le tengo envidia», ha dicho el malagueño-, ha revelado que llevaba muchos años sin hacer musicales, pero el director y actor le convenció. «Antonio tiene una capacidad de seducción por encima de la media y lo que ha conseguido en Málaga es una maravilla», ha asegurado el intérprete que ha añadido que este musical le «vino a buscar».

Por su parte, la actriz María Adamuz, tras actuar en 'Company' con el propio Banderas, repite ahora al frente del reparto. «Me siento en casa y cuando Antonio me propuso trabajar en Málaga me hizo una ilusión tremenda», ha dicho la protagonista, que reside en la Costa del Sol y se ha definido como una «marbellí consagrada». Adamuz ha asegurado que Banderas le descubrió este musical que le parece «divertidísimo», un perfil en el que ha incidido el propio director de la función. «No es una comedia de gags, sino que tengo la sensación de que es una sonrisa continua para el público que va a salir del teatro habiendo respirado un ambiente optimista», ha cerrado el actor con cara de felicidad.