Antonio Banderas, a alumnos de la ESAD: «Esta es vuestra casa»

Cintia, Lucía, Juanma, Elena y Sofía lo decían mientras estaban en el entreacto: «Somos los próximos que vamos a estar ahí subidos». Segundos después de eso se dedicaban entre ellos miradas cómplices acompañadas de alguna que otra risa nerviosa. Subir a un escenario como profesionales es la meta de estos jóvenes de segundo curso de la Escuela Superior de Arte Dramático de la ciudad, la ESAD de Málaga. Ese entreacto era en el Teatro del Soho Caixabank y el escenario al que querían estar subidos era en el que se estaba interpretando Company, el musical dirigido y protagonizado por Antonio Banderas.

Terminaba el musical y tras incontables aplausos se iba acercando el momento. La Fundación Teatral de Antonio Banderas ha invitado en ocho funciones a alumnos de la ESAD de Málaga, Córdoba y Sevilla a disfrutar de Company. Y la noche del jueves era la segunda de esas ocho citas que tendrán los alumnos con el Teatro del Soho. Seis sillas vacías esperaban en un escenario que acababa de estar lleno. Ya se podía ver a algún alumno con el móvil preparado para el momento. Y llegaba el momento. Aparecían Antonio Banderas junto a otra parte del elenco: María Adamuz, Albert Bolea, Lorena Calero, Anna Moliner, Arturo Díez Boscovich y Paco Morales.

Ahora sí que se veía en la pantalla a ese joven capturando ese momento en el escenario. Su compañero de al lado ampliaba la imagen para hacer una foto a Antonio Banderas. Referencia para los jóvenes. Inspiración, motivación y empuje para llegar a ser eso que ha conseguido este actor estrella malagueño. «¿Quién sabe dónde llegaréis muchos de los que estáis aquí?», reflexionaba Antonio Banderas en su saludo a los alumnos.

La implicación del actor por los jóvenes que están empezando a introducirse en el mundo de la escena siempre ha estado presente. Y lo recalcó en su charla con los alumnos de la ESAD de Málaga: «Directamente os lo digo: yo quiero que tengáis aquí un lugar para venir cuando queráis, es vuestra casa. Queremos llegar a un acuerdo con escuelas públicas y privadas para que los alumnos que hacen teatro y quieren ser actores tengan aquí un lugar donde venir, al igual que nosotros poder ir a vuestro lugar a dar conferencias y seminarios. En fin, una relación que hasta ahora no ha podido existir. Aunque estaba en el ADN de nuestro proyecto, pero el Covid se metió por medio de una forma determinante y todo se hizo difícil», explicaba detalladamente Banderas a los alumnos.

Justo al terminar estas palabras, una voz se escuchaba desde la parte derecha del patio de butacas: «Soy yo, Óscar Romero». Era él, el alma máter de la ESAD de Málaga, primer director de la escuela y figura imprescindible en esta creación de talentos. «No me lo puedo creer. ¡Buah! Óscar Romero, profesor mío de tantos años. Ahora bajo a darte un abrazo», respondía Banderas. Así fue, nada más terminar el coloquio con los alumnos bajó del escenario y se acercó para sentarse al charlar con uno de sus maestros. Óscar Romero y Antonio Banderas se dedicaron unos minutos de recuerdo. «Tienes la misma voz que tenías cuando te conocí», le recordaba Romero. «Óscar, tenemos que ir a la escuela y hacer cosas allí», se despedía Banderas.

La noche estaba siendo especial para todos. Los alumnos se animaban y hacían preguntas sobre ensayos, creación de personajes y consejos para coger tablas en el escenario. Aunque Banderas también lanzó alguna qué otra pregunta: «¿Cuál es el mensaje de Company?». Una alumna daba en el clavo, hasta el punto de que los actores desde el escenario aplaudieron su respuesta: «Habla de la soledad, del miedo a perderse, del miedo al estar rodeado y acompañado, pero de estar solo. Creo que cuando Bobby canta 'Being Alive' es cuando llega a la conclusión de que sentirse vivo es el amor, estar por alguien que de verdad quiera acompañarle», ahondaba la alumna.

Momentos divertidos con Arturo Díaz Boscovich, que con su espontaneidad se hizo protagonista de algunos de los toques de humor de esta charla, que fueron varios. La noche se les estaba quedando corta, el tiempo había volado. El reloj ya marcaba más de la medianoche y los actores seguían charlando con los alumnos y casi ni se habían dado cuenta. Pero llegaba el momento de despedirse, que al día siguiente tocaba volver a cantar y actuar. Los futuros actores y actrices que llegaron desde la ESAD disfrutaron el momento, como decía Isabel: «Esto ha sido buenísimo, maravilloso. Lo mejor que he visto en mucho tiempo». A lo que su compañera Sofía contestaba: «Ojalá que lleguemos a hacer algo parecido algún día. Me ha inspirado mucho».

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