Angelita Didier

Tuvo una trayectoria muy brillante, aunque corta, ya que contrajo matrimonio con su profesor de piano, Blas de Alva (profesor de música, organista de la catedral de Málaga y formador de orquestas de teatro) y tuvo que abandonar un poco el baile y dedicarse a cuidar a su hijo Salvador de Alva, que siguió los pasos artísticos de su padre.

Dominadora de todos los estilos de la danza y el saber personalizarlos, fue uno de los aspectos más destacados de su arte, a los que la crítica siempre hizo referencia. Sus vueltas quebradas, el estilo de sus brazos y la elegancia de sus movimientos, hicieron de ella una de las mejores bailarinas de su tiempo. Tras la guerra civil, su vocación docente, así como su pasión por el baile le llevaron a impartir clases de danza flamenca en su nueva vivienda de calle Beatas, de donde pasó más tarde a montar una academia en la calle Duque de Rivas, luego en el pasillo de Santo Domingo y finalmente en la Plaza de la Merced.

Angelita coreografió grandes espectáculos de folclore, de danza estilizada y bolera y montó espectáculos rusos, orientales y de baile de salón. Entre sus muchísimos alumnos podemos destacar a Pepa Flores, Maruchi Martín, Aurorita Márquez, José Cervantes, Miguel de los Reyes, Luci Montes, Maribel Barrientos, Manuel Arenas, Raquel Romano, Paquita Infantes, Gloria Vargas, etc., etc. Acompañando sus clases de flamenco pasaron por su academia, entre otros, los guitarristas Tomatito, Miguel Flores, Juan Santiago, Juan Solano, Lillo, Paco de Teba, El Coino y Manuel Santiago, así como los cantaores Rafael el Ronco Manolo Cabrera. La saga de Angelita Didier sigue hoy viva gracias a sus nietas, en especial a Rosi de Alva, bailaora y profesora. Angelita falleció en Málaga el año 1986, contando 84 de edad.