Amistades y traiciones

Netflix ha situado este fin de semana entre lo más visto de su catálogo a otra serie española. 'Todas las veces que nos enamoramos', de Carlos Montero (con experiencia en 'Física o química' y 'Élite'). Una ficción que mezcla de nuevo el amor juvenil, la comedia o la pandilla hasta con un poco de nostalgia cinéfila y popera (del pop, o sea). Ocho capítulos para narrar un romance con vaivenes en el tiempo y situaciones rocambolescas con aliños subiditos de tono, claro. La audiencia lozana lo habrá disfrutado, pero a mí me llama la atención la escasa química entre los bellos actores principales (Georgina Amorós y Franco Masini), que contrasta con la radiante verdad de los dos secundarios que se zampan la pantalla: Carlos González y Blanca Martínez, el amigo gay y la amiga rellenita de la protagonista. Ambos son el valor más destacado de esta serie apta para echar la tarde, pero sin muchas pretensiones.

Con esas mismas ganas de atraer a la audiencia juvenil, y a otras más maduras si es posible, HBO Max exhibe también un 'reality' distinto: 'Traitors España', adaptación de un formato holandés. Ocho episodios para un 'Cluedo' real, donde pululan famosetes no muy habituales, desde Cristina Cifuentes a Abril Zamora, pasando por el rapero malagueño Skone, gran descubrimiento. Un juego malévolo y algo enrevesado (a veces se pierde uno con tanto nombre), pero pelín adictivo. La gracia está en saber los límites que cada uno pone a sus valores. Por ejemplo, conocer si no le importa perder ocho horitas en este pasatiempo inane. Entretenido, pero que quizás promete más de lo que da.