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Hubo dos Alcántara. Uno de mirada infinita y gesto de bronce que no perdió detalle desde una esquina de lo que ayer se vivió en el Salón de los Espejos del Ayuntamiento de la capital. Y otro de ojos sonrientes que saboreó y respondió ... emocionado a las palabras que sus amigos, colegas y lectores le dedicaron en la celebración de su 90 cumpleaños (y dos días). Emocionado y feliz, el poeta y articulista Manuel Alcántara sintió que la amistad pesaba más que la edad y agradeció a todos el cariño, porque «los amigos no son solo los hermanos que se eligen, sino también los que nos han elegido a nosotros». Unas palabras que habría firmado su busto de bronce que lo observaba desde el corner y que prefirió sumarse con su silencio cómplice al abrazo y el aplauso de los presentes.
Como en todo cumpleaños, no faltaron las felicitaciones y la tarta con las velas que, pese a la duda inicial de Manuel Alcántara, apagó de un juvenil soplo. El decano de los columnistas españoles levantó su Dry Martini de cada día –ayer no podía faltar– por las amistades y confesó que su único «mérito» en este momento era haber llegado a una «edad que a veces resulta un peso insostenible». «Gracias a todos vosotros estoy dispuesto a sostenerla durante un ratito más», se comprometió el poeta y articulista de SUR que arrancó con sus palabras la sonrisa de todos los presentes. A Estrella Morente, que estaba sentada muy cerca, le arrancó otra cosa. Un sentimiento en forma de copla improvisada cuya letra se llenó de pájaros, vuelos, cielo y «las manos y el corazón de Manuel Alcántara para escribir».
Previamente, el almuerzo-homenaje comenzó con las palabras del alcalde Málaga, Francisco de la Torre, que dijo que, más allá de los muchos galardones, Alcántara disfruta del «premio diario del afecto y la admiración de los miles de lectores».
Por su parte, el presidente de la Fundación Alcántara, Antonio Pedraza, recurrió a los versos del propio poeta y recitó una estrofa de ‘La travesía’: «Vivir:/ ir alejándose del niño/ que traje/ conmigo». «Pero Manolo nunca se ha alejado de ese niño porque nunca ha perdido la curiosidad», aseguró Pedraza, que también tiró de memoria para recordar la faena de Javier Conde en la Malagueta en 1995 y la crónica con la que Manuel Alcántara inmortalizó aquel «milagro». Precisamente, el poeta llegó al acto agarrado del brazo del torero.
De entre sus amigos confesos, también tomó la palabra el poeta Juvenal Soto, que se declaró lector –como muchos– de la columna de Manuel Alcántara desde que tiene «uso de razón y del humor». Por ello, como aquellos púgiles de las legendarias crónicas deportivas del periodista y escritor malagueño, no dudo en calificar a Alcántara como un «campeón» de las columnas que «como él mismo dice son carreras de 100 metros, a ser posible sin obstáculos». Y concluyó Juvenal Soto con una felicitación al que considera su «amigo más joven».
Una juventud a la que también aludió el presidente de la Asociación de la Prensa, Rafael Salas, que, dirigiéndose a Manuel Alcántara, deseó que «cuando sea mayor quiero ser tan joven como tú». Salas se refirió a la doble condición del homenajeado y a su capacidad para viajar entre las fronteras de la prosa y los versos. «Soy de los que cree que en el periodismo tiene que haber poesía porque ambos quieren contar la vida», afirmó Rafael Salas que añadió que la «poesía es la banda sonora del periodismo y en tus miles de artículos hay una melodía constante».
El diputado de Cultura, Víctor González, también felicitó al escritor y periodista y recordó que, en próximas fechas, la Fundación Manuel Alcántara mudará su sede a La Térmica.
En la distancia también se sumaron otros amigos como el Ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo; los escritores Rosa Montero y Fernando Sánchez Dragó, o el actor Antonio Banderas que mandó su felicitación desde Budapest «donde ruedo una serie sobre un paisano muestro», en referencia a Pablo Picasso.
Por último, el empresario Juan López Cohard tomó la palabra en representación de la «colección de amigos» de Alcántara para felicitarle porque «a todos tus títulos has unido este de nonagenario que los dioses nos han regalado. A ti y a nosotros».
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