No usa el parapeto de venir a hablar de su 'libro', ni elude un tema Alberto San Juan (Madrid, 1968) cuando se sienta a hablar. Este jueves y viernes se sube al escenario del Teatro del Soho Caixabank con 'Lorca en Nueva York', en la ... que se mete en la piel del universal poeta, cuyos restos es partidario de encontrar y recuperar, pese a la oposición de su familia. El actor reivindica además la figura del asesinado escritor de la guerra civil ante la matanza en Gaza. Curado de espanto, confiesa que tiene inseguridades como todos los actores, pero que las críticas no las lee. Pero por pereza más que por salud.
Publicidad
–¿Por qué Lorca?
–Este espectáculo surgió cuando leí la conferencia en la que relató su viaje en Nueva York. Bueno, eso de 'conferencia' es una palabra demasiado solemne, porque lo que hace es un relato en primera persona muy expresivo, hondo y poético de su experiencia. Nada intelectual, sino más bien teatral y eso me encantó. La conferencia la presentó en el año 30 en la Residencia Señoritas de Madrid, me pareció fascinante y me entró el deseo de interpretarla.
–Vamos, que fue un flechazo.
–Los clásicos nunca caducan. Y esto le pasa a Lorca, a Valle-Inclán, a Shakespeare, a Molière... Autores que toda persona del teatro quiere experimentar para crecer como artista. Yo nunca había hecho nada de Lorca y ya llevamos cinco años. Cada vez me parece más rico y más me enamora.
–Al principio comenzó usted solo y a pelo, pero la puesta en escena se amplió con una banda.
–La primera vez lo hice en el patio de una casa rural en el Cabo de Gata. Y luego me uní a una banda de cuatro músicos con los que llevo trabajando desde el primer montaje de Animalario en 1995. Imagínate. Ellos acompañan los poemas, porque el espectáculo es la narración de la experiencia de Lorca, intercalada con siete poemas de 'Poeta en Nueva York' que en el espectáculo tratamos como canciones habladas. Además me hace mucha ilusión estar por primera vez en el teatro que abrió Antonio Banderas en Málaga, que además lo dirige Aurora Rosales, a la que conozco de su etapa en el María Guerrero.
Publicidad
–En la representación, Lorca dice que estar sobre el escenario es una lucha para evitar el bostezo del público. ¿Así es para usted?
–Es una lucha absolutamente creativa y amorosa por mantener la escucha del público y que sea una experiencia en común. Es un espectáculo en el que se tratan muchos temas, como el amor, la soledad y el milagro de la existencia. Y luego también toca temas sociales e históricos. Lorca pasó nueve meses en Nueva York, mientras sucede la gran crisis del capitalismo mundial con el crack del 29, que tuvo consecuencias terribles y fue la mayor hasta la que hemos vuelto a sufrir en 2008, bajo cuya onda expansiva aún seguimos. Y habla del capitalismo y de cómo convierte la vida en mercancía e inevitablemente mata la vida. Es un grito encendido a favor de los oprimidos y contra la opresión. Habla de los negros como símbolo del oprimido, como podían ser los gitanos en 'Romancero Gitano' o como en otras conferencias se refiere a los moriscos o los judíos. Es un texto muy rico, donde hay espacio para el drama y el humor, pero sobre todo para para lo vivo, que es lo que caracteriza Lorca: estar tan vivo en sus escritos.
Publicidad
–¿Qué diría Lorca del neocapitalismo actual?
–Él todavía no sabía nada del cambio climático ni de la emergencia ecológica que vivimos, pero ya vio con claridad el capitalismo como un sistema económico cruel que nos tiene encadenados y al cual hay que cortarle el cuello. Nada más y nada menos. Me encanta esta radicalidad de Lorca que nace del amor al otro y a la vida.
–Lorca fue a Nueva York a reencontrarse. ¿Alberto San Juan tiene su Nueva York?
–Con 20 años, en Cuba tuve la extraña y hermosa sensación de volver a un lugar, no de llegar por primera vez. Y no había estado nunca, pero claramente experimenté el lazo de la comunidad que formamos los castellanoparlantes. Y luego también viví en Sevilla siete meses trabajando en la Expo 92, que también fue para mí una experiencia fundacional. Allí viví con un malagueño, Antonio de la Torre. Así que Sevilla y La Habana podría decir que fueron mis Nueva York. En el caso de Lorca, después de EE UU, Federico fue tres meses a Cuba y dice que allí se reencontró con España, que también me pasó a mí.
Publicidad
–Ya que ha citado a De la Torre, ambos estudiaron Periodismo. A la vista del resultado, ¿se equivocaron de carrera?
–Ja, ja. Somos amigos desde el primer día del primer curso de la carrera, que fue a finales de los 80. Después vivimos juntos en Sevilla y al acabar nos metimos en la escuela de teatro en Madrid. Somos hermanos, estamos el uno dentro del otro. Yo no creo que fuese una equivocación la carrera porque gracias al periodismo hemos vivido cosas maravillosas. El periodismo me parece uno de los oficios más hermosos y necesarios para una sociedad democrática. Otra cosa es el contexto en el que el periodismo se desarrolla en una sociedad capitalista que no es precisamente de una forma libre. La información es un derecho esencial.
–En los últimos años ha habido esfuerzos para encontrar el cuerpo de Lorca. En la obra 'Macho grita' usted habla, entre otras cosas, de las fosas. ¿Es partidario de encontrar su cuerpo?
–Soy partidario de que no quede una sola fosa común sin abrir en España ni quede un solo desaparecido sin que sus restos sean recuperados y devueltos a su familia. Según el doctor Echeverría, el forense más reputado en esta labor, solo un 20% de lo que hay bajo nuestros pies es recuperable, lo cual es terrible, pues encima ya hay autopistas, aeropuertos, centros comerciales... Según el experto, si el Estado pone los medios necesarios, en cuatro años todo lo recuperable se habrá rescatado. Bueno, pues ni siquiera el gobierno actual, con sus promesas de acabar con las fosas comunes en España, lo está haciendo. Me parece que es algo de lo que avergonzarse. Sigue habiendo fosas comunes en España sin abrir y el cuerpo de Lorca, como el de cualquier otro, soy partidario de recuperarlo. Y esto, aunque no quisiera su familia.
Publicidad
–Precisamente, su familia no quiere.
–No sé si la familia quiere o no, porque es muy amplia y habrá todo tipo de opiniones. Lo que sí creo es que no ha de haber ninguna persona asesinada y enterrada de forma anónima por haberles atribuido afinidad con el gobierno democrático de 1936. Es responsabilidad de un Estado democrático acabar con eso.
–¿Le duele España, que decía Unamuno?
–Hombre, creo que eso es una forma literaria de hablar. Lo que me duele es el sufrimiento innecesario en España y en el mundo. La vida no se puede fragmentar por naciones o nacionalidades. Evidentemente, mi experiencia vital radica en España, pero trato de conectar y las fronteras políticas me parecen una cosa absurda. Por eso, permitir un genocidio en cualquier parte del mundo es un desastre para la humanidad en su conjunto, no solo para las víctimas.
Noticia Patrocinada
–¿Se está refiriendo a Gaza y Ucrania?
–Particularmente en Gaza. Cualquier guerra me parece terrible y si lo de Ucrania es una crueldad intolerable, un genocidio en directo todavía más con la complicidad de los países más poderosos del mundo, que se llaman a sí mismos democracias. Es tremendo lo de Gaza pese a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Cuando una comunidad internacional ampara que un país pueda destrozar un pueblo es un retroceso. Permitiendo eso, nos situamos antes de la II Guerra Mundial, y la posibilidad de una III Guerra Mundial es mayor. Es un momento muy, muy difícil y nos harían falta unos cuantos Lorca hoy día.
–¿Tiene poca esperanza?
–Lo que pasa que soy tan entusiasta del disfrute, del encuentro y de los lazos afectivos que, a pesar de la indignación, de la rabia y del asco que produce la violencia masiva e impune de tantos poderes, disfruto de la vida. Desde luego, lo tengo más fácil que un gazatí, más fácil que una persona a la que hayan desahuciado de su casa, pero creo que tenemos que buscar siempre la conexión con lo vivo. E intentar no contribuir al daño, sino a la empatía, la colaboración, la ayuda mutua.
Publicidad
–¿Alberto San Juan es un actor que canta o tiene dentro algo más que un cantante?
-Solo un actor que canta, nada más. Esto lo he hecho porque mi hermano mayor montó su primer grupo en el año 80 de punk rock y siempre he estado rodeado de músicos. Tenía esa espinita clavada y yo también quería cantar en un escenario que al fin y al cabo son artes escénicas. El teatro que me gusta no distingue entre texto, danza, música… tampoco hacen falta fronteras en lo escénico.
–Hablando de cantar, se han cumplido 20 años de la comedia musical 'El otro lado de la cama', un éxito que usted vivió y que comenzó en el Festival de Málaga.
–No solo fue la demostración de que el cine español podía hacer musicales, sino que además planteaba una visión de las relaciones sentimentales y sexuales abierta y lúdica, lo que estaba bien.
Publicidad
–En los últimos años ha dirigido y protagonizado sobre todo monólogos. ¿Mejor solo que mal acompañado?
–No, echo muchísimo de menos estar con otros actores. Aquí somos cinco en escena, pero la última obra que hice con otros compañeros fue 'Mundo Obrero' y 'La última fila', con Andrés Lima. Lo que más me apetece ahora es hacer una obra de teatro en la que solo esté como actor y que sea del repertorio universal, como un 'shakespeare' o un 'chejov' con muchos actores y actrices.
–¿Y nunca se ha planteado dirigir cine?
-No, tendría que surgir un proyecto, pero plantearlo yo de cero y convencer a gente, buah… Cuesta tanto sacar adelante una película y el cine es tan caro, que no me lo planteo ni loco. El día de mañana, vete tú a saber, pero de momento no.
Publicidad
–Le he leído que la serie de 'Balenciaga' supuso una caída del caballo con el mundo de la moda que ya no ve superficial…
–Es que antes no sabía nada de moda y tenía cierto prejuicio, pero, después de este personaje, le tengo mucho más respeto. Sigo sin saber nada, pero lo observo con más interés.
–¿Tanto como para comprarse alta costura?
–No, eso no.
–Se ha llevado muchos aplausos con este papel. ¿Cómo lleva los halagos y las críticas?
–Con las críticas he conseguido una cosa maravillosa y es que no las leo por pereza y eso es genial, porque no tengo que hacer esfuerzo para evitarlas. Pero ni las buenas, ¿eh? Hombre, siempre tienes inseguridad, pero sin llegar a los problemas de autoestima porque en ese caso, aunque te den el Oscar, no se va a curar.
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Fallece un hombre tras caer al río con su tractor en un pueblo de Segovia
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.