Aitana Sánchez-Gijón presenta 'La vuelta de Nora' en el 36 Festival de Teatro de Málaga. SUR

Aitana Sánchez-Gijón: «Las conquistas de las mujeres siempre serán cuestionadas»

«Si no fuera porque tengo tantas gratificaciones en el teatro y la televisión, pensaría que no sirvo para esto», confiesa la actriz, que hoy visita Málaga con 'La vuelta de Nora'

Jueves, 31 de enero 2019, 00:25

Aitana Sánchez-Gijón lleva años levantando la voz por esas mujeres que pelearon por tener la suya propia. Desde la oscuridad de 'Medea', desde el dolor de la pérdida de 'Troyanas' y desde la determinación de Nora, la mujer que hoy y mañana le trae ... al Festival de Teatro con la secuela de 'Casa de muñecas'. En 'La vuelta de Nora', Lucas Hnath continúa la historia que Henrik Ibsen escribió a finales del XIX, considerada por muchos como la primera obra teatral feminista. Y no parará ahí. La próxima vez será todas las Juanas que pagaron caro romper el molde. No es casualidad. Es su compromiso.

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En detalle

  • La obra 'La vuelta de Nora (Casa de Muñecas 2), de Lucas Hnath.

  • Dirección Andrés Lima

  • Elenco Aitana Sánchez-Gijón, Roberto Enríquez, María Isabel Díaz Lago y Elena Rivera

  • Lugar Teatro Cervantes

  • Fecha 31 de enero y 1 de febrero (20.00 horas)

  • Entradas Entre 10 y 27 euros.

'La vuelta de Nora' parece un título muy oportuno hoy, en plena revolución feminista.

–Sí. Lo que aquí plantea Lucas Hnath es que esos quince años que pasan desde que Nora da ese famoso portazo en la obra de Henrik Ibsen hasta que vuelve a lo que él ha escrito, representan en realidad los 150 años que han pasado desde que se estrenó 'Casa de muñecas'. Y que en esos 150 hemos transformado mucho la sociedad, hemos logrado muchas cosas, pero todavía nos quedan pendientes otras tantas.

¿Hay miedo a que la mujer ocupe su lugar?

–Estamos en una situación con un desequilibrio enorme, en la que históricamente el hombre ha tenido una posición privilegiada a costa de una posición subordinada de la mujer. No basta entonces con que la mujer escale hasta donde está el hombre, hay que encontrarse en el punto de en medio. Y para ello, el hombre tiene que perder una serie de privilegios. Eso produce mucha pataleta y mucha reacción virulenta, sacando lo peor de lo que el patriarcado ha ejercido históricamente. Por suerte, hay también cada vez más hombres que tienen una conciencia feminista. Ellos mismos han sufrido una transformación. Hay esperanza, porque esto es una lucha de todos.

Esta obra está escrita por un hombre y dirigida por otro. Algo está cambiando cuando se implican en historias así.

–Todos podemos contar historias sobre todos y sobre todas. La sensibilidad, la inteligencia, la creatividad no tienen nada que ver con el sexo y con el género.

Aun así, ¡qué pocas mujeres dramaturgas son visibles!

–Cada vez hay más voces femeninas interesantes, pero de momento no es suficiente en ningún ámbito del arte. Tenemos que ocupar más espacio y tener más visibilidad.

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¿Sintió alguna vez que se le penalizaba por ser mujer en su profesión?

–He notado en mi carrera una frontera muy clara a los 35 años, cuando yo tuve a mi segunda hija. Dejé de ser la chica de la película para ser la madre de la chica de la película. Tenía un hijo de dos años y una bebé recién nacida y me tocó hacer de madre de una chica que tenía 27 años. El salto fue abismal, no hubo ninguna transición. Los personajes que me empezaron a ofrecer no reflejaban la realidad que yo vivía y que viven tantísimas mujeres de esas edades. De hecho, mi participación en el cine a partir de ese momento fue decreciendo y es prácticamente nula. En los últimos años he trabajado poquísimo en el cine;no así en el teatro, que es donde encuentro personajes cada vez más ricos, más profundos e historias más potentes que contar. Y en televisión, donde llevo años en la serie 'Velvet'. Son muy pocas las actrices de mi generación que trabajan de forma continuada en el cine. Si no fuera porque tengo tantas gratificaciones gracias al teatro y la televisión, pensaría que no sirvo para esto, que han dejado de contar conmigo.

¿El teatro fue un refugio cuando no llegaba la llamada del cine?

–En realidad no, porque parece como segundo plato, y no es así. Yo llevo en el teatro siempre, compaginándolo con otras cosas desde muy jovencita. Para mí fue natural seguir hacer teatro y, en efecto, he ido enlazando un proyecto tras otro y se ha convertido en mi dinámica principal. Ahora realmente, si me saliera una película me sería muy difícil hacerla porque ya tengo comprometida hasta la temporada 19/20. En el teatro es donde más completa me siento.

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El teatro, ¿le devolvió la confianza?

–Totalmente. No puedo tener más satisfacciones y sentir más reconocimiento. Me siento absolutamente realizada.

Pero, ¿echa de menos el cine?

–Sí, me encantaría hacer una película. Pero esta profesión es imprevisible, nunca sabes las vueltas que puede llegar a dar.

Hace un año vino a este festival con 'Troyanas', otra gran historia de mujeres fuertes que reivindican su papel en el mundo. ¿Es casualidad?

–Y el año anterior estuve con 'Medea'. No es casualidad. Me atraen, me siento arrastrada por estas historias de mujeres fuertes, mujeres en conflicto que han tenido que transgredir y pelear para tener su propia voz. Y el año que viene haré un espectáculo de danza contemporánea-teatro con el coreógrafo y Premio Nacional de Danza Chevi Muraday que se va a llamar 'Juana', inspirado en todas las Juanas que se te puedan venir a la cabeza, Juana de Arco, Juana la Loca, Juana La Beltraneja...

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¿Bailará?

–Sí. Me estoy preparando desde hace ya unos meses.Estamos encontrando un lenguaje común porque, evidentemente, yo no soy bailarina.

Como madre de una adolescente, sufrirá especialmente cada caso de acoso...

–Tengo una hija que es más feminista que yo. Tiene una conciencia propia que ha ido desarrollando por su cuenta y, a veces, me da mil vueltas. Yo soy de otra generación y también para poder convivir llegas incluso a amoldarte, a aguantar ciertas cosas, a no montar un pollo por cualquier micro o macro machismo que te asalta en el camino, porque si no estarías en batalla las 24 horas del día. Pero ella está con la alerta encendida las 24 horas.

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Uno puede pelear, pero al final se estrella contra la realidad.

–Pico y pala. Los avances y las conquistas no se pueden dar nunca por hechas. Ahora mismo hay voces y fuerzas políticas que están cuestionando cosas que ya creíamos integradas en nuestro avance como sociedad. No podemos bajar la guardia en ningún momento, porque las conquistas de las mujeres siempre serán cuestionadas.

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