El aire flamenco andaluz desfila en Málaga

Por allí paseaba Manuel Curtido, presidente de la Federación Malagueña de Peñas (FEMAPE) y, en una pausa entre los desfiles, subía a celebrar la segunda edición de esta pasarela: «Es imprescindible el cariño y el ánimo que nos dan los compañeros para hacer esto», agradecía. Mientras tanto, tres horas y dos desfiles de volantes, lunares y mucho arte con firmas como Teressa Ninú, Ada Gutiérrez, Yobizna, Rocío Montserrat, Susana Zamora, Victoria Monteoliva, Luisa Reyes, María Sanz o Marga Fernández-Ballesteros.

De un lado a otro del escenario las modelos desfilaban con los diseños de estas marcas andaluzas. El pistoletazo de salida lo dio la malagueña Susana Zamora y su moda ecuestre con unos trajes que no perdían la elegancia con faldas largas y chaquetas y camisas de corto. Con Victoria Monteoliva aparecían las mangas abombadas y los primeros lunares de la tarde en una colección que jugaba con los mismos tejidos y colores pero en distintas creaciones. Ha sido madre hace poco tiempo y su hijo ha sido el que le ha inspirado a hacer estos diseños: «Tener un niño, darle teta y estar preparando un vestido se puede hacer a la vez», reivindicaba la diseñadora almeriense.

Hombreras en diseños clásicos que jugaban con el blanco y negro se fusionaban con los tocados atrevidos en el desfile de María Sanz y Juana Sanz, dos hermanas que combinan su pasión por el diseño. En la moda flamenca del siglo XXI se juega con las transparencias que dejan entrever la figura de la mujer, algo que quiere resaltar la malagueña Teressa Ninú con sus vestidos. «Me gusta mucho lo que hago, es mi pasión», apuntaba la diseñadora tras terminar su primer pase.

El color rojo no dejó de aparecer en los dos desfiles y los tocados tomaron protagonismo entre las modelos. Como los de la firma malagueña Yobizna, en la que Yolanda Corral toma ejemplo de las biznagas de la tierra para crear sus tocados que triunfaron en la Pasarela FEMAPE. Flecos, lunares y flores: Rocío Montserrat lo llevaba todo en su colección con vestidos que se adaptaban a las nuevas tendencias de la moda. Fue una segunda edición donde los aires más flamencos de la moda andaluza pudieron lucirse con el escenario malagueño como protagonista.