Ver fotos

Primera escena en la que el segundo telón se levanta y descubre el gran juego visual de la adaptación malagueña de 'Aida'. Ñito Salas

'Aida' en el Cervantes, una producción faraónica

El teatro abre las puertas del ensayo general para que el público observe desde otra perspectiva la adaptación de la ópera clásica de Verdi

Jueves, 28 de febrero 2019, 01:17

El patio de butacas del Teatro Cervantes está prácticamente vacío. Los técnicos de sonido ocupan casi una fila, algunos fotógrafos y cámaras de televisión esperan a que se ilumine el escenario: es noche de ensayo general y los responsables del montaje de 'Aida', de Giuseppe Verdi, necesitan espacio para trabajar. Pero desde los palcos, varios centenares de asistentes observan tras un cristal imaginario una de las últimas pruebas de fuego, en esta ocasión abierta al público, antes del inminente estreno, que será mañana (con una segunda función este domingo).

Publicidad

«Les recordamos que por tratarse de un ensayo pueden producirse interrupciones y los intérpretes no están obligados a cantar de viva voz». Tras el aviso por megafonía, un tímido violín despereza al resto de la Orquesta Filarmónica de Málaga, que desde el foso acompasa el lento subir del telón. En escena aparece Aida (Maribel Ortega), esclava etíope en el reino de Egipto, que espera al guerrero Radamés (Alejandro Roy), su amor secreto. Se encuentran para enlazarse en el primer beso de la obra, potente, armónico y sin frenos, como el romance que dota de argumento a una de las óperas más emblemáticas.

La primera imagen de la adaptación propia de Producciones Telón y el Teatro Cervantes es un espacio indefinido, decorado con simples columnas en las que se proyectan geroglíficos. Tras dibujar el triángulo de amor involuntario entre Radamés, Aida y la hija del Rey, Amneris (Mali Corbacho), obsesionada conRadamés, comienza la acción. Y es ahí donde la producción muestra su gran as en la manga:un telón intermedio se eleva, al igual que los cuatro pilares, y el escenario del Cervantes se gana metros cuadrados gracias a un efectivo juego de perspectivas. El salón del faraón, con vistas a las pirámides, acoge el primer acto en el que el espectador es consciente de la épica que envuelve la historia:la guerra, «tremenda, inexorable» (cantan los cortesanos), es inminente, y los personajes tendrán que afrontar una decisión trascendental tras otra.

Gran parte de la responsabilidad de la envolvencia que desprende la obra desde el principio corresponde a la sincronía entre la Orquesta Filarmónica de Málaga, con el maestro malagueño Arturo Díez Boscovich a la dirección, y el Coro de Ópera de Málaga, armonizado por Salvador Vázquez. Ambas formaciones dan peso y vigor a las melodías de Verdi, magistralmente interpretadas por todas las voces y empastadas a la perfección en una escena diferente que consigue verse faraónica con, en apariencia, pocos elementos, gracias a la visión de los escenógrafos Aurora Cano e Ignacio García.

Abrir las sesiones de preparación al público permite que se vea el teatro desde otra perspectiva, como indican Clara y Daniel, que anoche dejaron a sus hijas en casa de los abuelos –el ensayo general de 'Aida' fue la ocasión perfecta para regresar al Teatro Cervantes: «No venía desde el colegio», confiesa él–. Admiten que nunca habían podido asomarse a los entresijos de una producción de tal calibre. «Es casi más emocionante que la función final, se ve todo de otra manera». La pareja acudió para arropar de cerca a su amigo, Cristian Díaz, encargado de dar vida al rey de Egipto.

Publicidad

Vídeo. Ensayo general del espectáculo. Pedro J. Quero

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad