Una 'Adriana Lecouvreur' a lo Bette Davis cierra la temporada lírica en el Cervantes

'Adriana Lecouvreur', la obra cumbre de Francesco Cilea, se inspira en el drama teatral de Eugène Scribe y Ernest Legouvé que cuenta la trágica vida de esta actriz francesa de principios del XVIII. Un relato de base real pero con grandes dosis de ficción y de fantasía que sobre el escenario del Cervantes se traslada a los años 50, a ese mundo del cine en tecnicolor donde brillaban las grandes divas de la pantalla. Con la estética de 'Eva al desnudo' y Bette Davis como referentes, Joan Anton Rechi «limpia» el texto para ir a la base de una historia cercana a todo el que trabaja en el mundo de la escena. «Nos dedicamos a una cosa súper efímera que queda en tu recuerdo, en la memoria de las personas, y que requiere de mucho esfuerzo y sacrificio», resume el director, una entrega que en algún momento les lleva a plantearse si las renuncias «han valido la pena».

Adriana Lecouvreur ha dedicado toda su carrera y su energía a ser la actriz más importante del momento, pero se encuentra sola, sin hijos ni pareja estable. La ópera muestra su crisis existencial a modo de flashback en la recta final de su vida y desde su casa, un teatro. «Te cuenta lo que ocurre por dentro del teatro, lo que vemos los cantantes y los actores cuando esperas a salir al escenario. Es una vida que engancha más que el propio arte que estás haciendo», apunta el tenor Alejandro Roy. «Habla del teatro, de lo que hacemos los artistas y lo que sufrimos los artistas. Cuando el público viene, viene a divertirse; pero nosotros estamos trabajando y desde mucho antes, cuidándonos y preparándonos», añade el barítono Luis Cansino.

Son dos de las voces principales de una producción que se apoya, como es ya marca del Cervantes, en el talento nacional. Una apuesta que aplaudió Cansino, nombrando uno a uno a los cantantes que interpretan roles secundarios. «Necesitan cantar, desnudarse cada día sobre el escenario y mostrar el talento que tienen (...) Son personas que cada día luchan por ganarse un puesto en los escenarios de nuestro país. Y eso no está reñido con que vengan a cantar personalidades de fuera, es fácil compaginar ambas cosas si hay voluntad», defiende.

En este caso, la nota internacional la ponen las voces femeninas, la soprano armenia Lianna Haroutounian en el papel de 'Adriana' y la mezzosoprano francesa Clémentine Margaine, que debuta en el rol de la 'Princesa de Bouillon'. «Está siendo un descubrimiento de todo», asegura Margaine: de la ciudad, del teatro y de un personaje con el que se siente «libre de explorar» su vocalidad. Los solistas malagueños Luis Pacetti y Alba Chantar completan el elenco que hace posible esta «sucesión de hits» musicales, como lo calificó Óliver Díaz. Él levantará por primera vez la batuta en Málaga frente a la Orquesta Filarmónica de Málaga, con el respaldo del Coro de Ópera de Málaga dirigido por María del Mar Muñoz Varo.

Se trata de la primera producción propia, en lo musical y en lo escénico, del Teatro Cervantes en tres años, tras 'La favorita' de Donizetti que se estrenó justo antes del confinamiento, en marzo de 2020. Una excepción en una programación que se apoya, principalmente, en la coproducción para ampliar la oferta de la lírica en Málaga.