La Academia asume el chaparrón por los Goya

La borrasca fue intensa los días previos a la gala de los Goya en Málaga, cuya celebración estuvo pendiente del cielo y del parte del tiempo hasta el último momento. No obstante, la tormenta ha llegado días después de la celebración tras las críticas de los asistentes por la acústica del Martín Carpena y las aglomeraciones tras la gala, además de los problemas en el viaje y alojamiento de los invitados. Por ello, la Academia de Cine ha acabado asumiendo el chaparrón y ha pedido disculpas a sus socios a través de una carta en la que reconoce las «deficiencias y errores» en la organización de esta 34 edición.

«Queremos disculparnos por los fallos y problemas relativos a viajes y alojamientos, así como por las carencias técnicas visuales y sonoras que tuvieron lugar durante la gala y el desarrollo del cóctel posterior», asegura la misiva redactada por la junta directiva presidida por el cineasta Mariano Barroso. Precisamente, una de las quejas de los asistentes fue la mala acústica del recinto deportivo, aunque esta deficiente calidad sonora en los parlamentos de las intervenciones y actuaciones se produjo sobre todo en el público que estaba sentado en los laterales del aforo y en las zonas altas, mientras que los que se encontraban en la zona vip no experimentaron este problema. Asimismo, el cóctel posterior a la entrega de premios, que se celebró en el anillo circundante del Martín Carpena, fue insuficiente para acoger a los 3.200 asistentes a la ceremonia.

Tras los buenos datos de audiencia, la Academia se felicita en su misiva de que la edición celebrada en el palacio de los deportes ha sido un «éxito televisivo y económico», lo cual es «imprescindible para garantizar el funcionamiento» de la institución. No obstante, añade que «ni la extraordinaria complejidad de esta edición de los 34 Premios Goya pueden justificar las deficiencias y errores que se han producido», estima la junta directiva de la entidad.

La Academia de cine considera que la gala de los Goya es su mayor patrimonio y, por ello, deja claro a sus miembros que «es nuestra prioridad». Por ello, solicita comprensión y explica a sus socios que la junta directiva está «tomando las medidas necesarias para que estas incidencias no se repitan». «Os garantizamos que tomamos nota y seguiremos trabajando para que así sea», insiste la carta en su despedida.

Entre los que recibieron el pasado martes la misiva de la Academia, se encuentra el compositor y productor Antonio Meliveo, nominado a los Goya por 'Solas', 'Plenilunio' y 'El país del miedo', que coincide en la mala acústica de la grada en la que se encontraba. «No se escuchaba nada y tuvimos que seguir la gala por el móvil», relata a SUR el cineasta y músico, que considera que fue «unánime» la deficiencia sonora.

Por su parte, el productor José Alba ('Guernica') y la compositora Paloma Peñarrubia ('Bajo la piel del lobo'), que se encontraban en las gradas habituales del Martín Carpena que se usaron para albergar al público, fueron también de los que sufrieron el sonido deficiente que impedía seguir las intervenciones de los presentadores y ganadores, a la vez que las aglomeraciones de público tras el evento. «Si hubiéramos tenido que evacuar urgentemente por algo hubiera sido peligroso», añade Peñarrubia.

Por su parte, el productor Antonio Hens, ganador del Goya por 'Azul y no tan rosa' y nominado este año por el corto malagueño 'El nadador', se encontraba junto a la zona de candidatos donde confirma que el sonido fue excelente, aunque también se vio atrapado por la concentración de los invitados en la zona del cóctel, «donde era muy complicado el tránsito».

A los problemas señalados, Meliveo añade alguno más. «La producción artística contó con un guion y unos 'gags' muy malos, y creo que el señor Andreu Buenafuente, con El Terrat no lo hizo nada bien habiendo en Málaga actores, presentadores y locutores de nivel y experiencia para producir la gala», aseguró el compositor, que añade que es de «agradecer que la Academia tenga la decencia de aceptar las críticas y pedir disculpas».

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, también se refirió a la carta de la Academia y aseguró que, en sus conversaciones con los miembros de la institución antes y después de la gala, recibió «palabras de gratitud» ya que «salió todo muy bien». El regidor comentó que los problemas con los alojamientos ha sido una cuestión interna de la institución organizadora y «no puedo opinar», aunque sí ha reconocido falta de previsión a la hora del catering posterior a la ceremonia.

Así, De la Torre considera que, para evitar la gran aglomeración de público tras terminar la entrega de premios en el anillo perimetral, hubieran sido necesarios «planos» que informaran de la amplitud del espacio circundante y las zonas libres que podían ser ocupadas por el público.

A este respecto, el director del Festival de Málaga Cine en Español, Juan Antonio Vigar, que ha colaborado estrechamente con la Academia en la aplaudida transformación del Martín Carpena, pone el acento en que la edición en la capital de la Costa del Sol ha sido «la más ambiciosa de los Goya con unos niveles de producción local propia de eventos internacionales». Preguntado por SUR por las críticas del sonido en el interior del pabellón, Vigar señaló que las instalaciones fueron realizadas por TVE y la productora El Terrat, con un técnico de la propia Academia que «supervisó» la acústica del evento.

El responsable del certamen consideró positivo que la Academia haga una «reflexión» sobre el resultado de la gala, «al igual que nosotros lo hacemos en cada edición del festival», a la vez que añadió que ayer recibió una carta del presidente de la Academia, Mariano Barroso, «felicitando a la ciudad de Málaga por el apoyo y el trabajo realizado». Así, destacó el éxito del desafío de transformar el Martín Carpena en apenas diez días y también el desmontaje que ha permitido que «a esta hora -por ayer- el Unicaja ya esté entrenando en la pista».

En cuanto a la alfombra roja y los materiales de la gala recuperados de un contenedor, la carta de la Academia no hace referencia alguna. No obstante, la distribución de la misiva entre sus socios ha dejado finalmente una sensación tormentosa de una edición que triunfó en audiencia y que ha generado más debate tras asumir la entidad sus errores.