Simon Manley impone la medalla a Fernando Francés ante Francisco de la Torre

Fernando Francés: «El arte tiene la obligación de comprometerse»

El director del CAC Málaga realiza una apasionada defensa de la capacidad transformadora de la creación al recibir la Orden del Imperio Británico

Antonio Javier López

Viernes, 28 de abril 2017, 21:01

El protocolo recomendaba vestido de cóctel para ellas y traje oscuro para ellos. El homenajeado, claro está, cumplía con el requisito, hasta el punto de ofrecer una de las muy contadas ocasiones en las que se le ha podido ver por estos lares luciendo corbata, también de sobria oscuridad. Pero en un detalle entre transgresor y coqueto, al sentarse en la silla donde debía esperar la distinción, del dobladillo de los pantalones asomaban el azul, el rojo y el blanco. La Union Jack en cada pierna. Dos banderas británicas en los calcetines de Fernando Francés, que guiñaba cómplice a algunos de sus seres queridos antes de recibir este viernes, justo, la Orden del Imperio Británico.

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El director del Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC Málaga) ingresaba en la selecta Orden por su labor de difusión de la creación visual británica al frente de la institución malagueña. En su discurso, Francés ofreció una apasionada defensa del papel del arte como agente transformador de la sociedad ante a los desastres del mundo: «Frente a esta situación un tanto apocalíptica, pero muy real, el arte puede y debe jugar un papel fundamental de catalizador y sanador de esas enfermedades. Tanto el arte como el resto de las manifestaciones culturales tienen la obligación de comprometerse ante este escenario vergonzante para combatirlo desde dentro».

El Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga recibía a una nutrida representación de los agentes culturales, políticos y sociales no sólo de la ciudad, sino también de otras latitudes nacionales e internacionales, como agradecía Francés en los primeros compases de su discurso.

«Del arte británico aportaba Francés me ha interesado muy especialmente el de los Young British Artist, sus predecesores y sus huellas. Me cautiva su carácter provocador, su capacidad para afrontar los asuntos del arte con un descaro impertinente y políticamente incorrecto. Me conmueve cómo aborda las enfermedades del mundo contemporáneo, desde el compromiso vivencial y el propio arte desde la perspectiva de que este antes que ninguna otra cosa es ideas y una cuestión intelectual».

El gestor cultural glosó la presencia de todos y cada uno de los artistas británicos que han protagonizado exposiciones individuales en el centro que él dirige desde su nacimiento hace 14 años. De Tony Cragg a Peter Doig, de los hermanos Chapman a Richard Long, de Gilbert & George a Tracey Emin. Propuestas tan diversas como fundamentales que han ido desfilando por el centro de titularidad municipal.

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Eso sí, Francés reclamó para la creación visual la necesidad y el deber de ir más allá del mero goce contemplativo: «Mal asunto cuando el público sólo se deleita con la creación artística por su vertiente estética o cuando la creatividad no remueve entrañas y conciencias (...) He intentado traer a los artistas más renovadores e influyentes del mundo y también a los más comprometidos con estas causas».

Porque, tal y como defendió el director del CAC Málaga, «el arte no es un complemento del ocio, de la imagen, del turismo y de la economía, aunque influya muy positivamente en todos ellos. El arte es un ejercicio intelectual al servicio de la sociedad, básicamente un derecho ciudadano. No entiendo el arte que no lleve implícito el compromiso vital y personal del artista con el mundo en el que vive y desarrolla su trabajo».

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Desde la periferia

El director del CAC Málaga también puso el acento en la convivencia de los artistas internacionales en general y británicos en particular con los autores «de proximidad» que han ido ocupando las salas del centro de arte, del que destacó en varias ocasiones su trabajo «de tanto compromiso social».

Un trabajo en el que Francés quiso agradecer la labor de su equipo en el centro de arte por «hacer que un pequeño museo de la periferia sea de los más influyentes del mundo». Ese eco ha llegado hasta Reino Unido, cuyo embajador en España, Simon Manley, glosaba el papel del CAC Málaga como «trampolín» de las artes visuales británicas en todo el mundo.

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«Las artes unen a ambos pueblos y ambas culturas y la labor de Fernando ha servido además para reforzar los lazos bilaterales entre nuestros dos grandes países», remarcaba Manley, precedido en el turno de intervenciones por el alcalde Málaga, Francisco de la Torre, que también repasó los logros del gestor al frente del CAC Málaga. Un director que este viernes, más que Francés, fue inglés. De los pies a la solapa.

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