La muestra '¡Vaya circo!' podrá visitarse de manera gratuita en el Pompidou hasta el próximo 15 de septiembre.

El Pompidou juega con Calder

La propuesta gratuita invita a los más pequeños a investigar sobre el color, las formas y el equilibrio a través de varias actividades

Antonio Javier López

Jueves, 16 de marzo 2017, 00:42

«Ante todo, el arte debe ser alegre; nunca lúgubre». La frase, dicha por Alexander Calder en 1931, figura en letras naranjas en una de las lonas que dan paso al espacio del Centre Pompidou Málaga dedicado al público infantil y juvenil. Un lugar que a través de la obra de autores como Miquel Navarro, Frida Kahlo, Erró y ahora el escultor norteamericano se ha convertido en uno de los principales motivos de orgullo y satisfacción de la filial malagueña en sus dos años de actividad que cumplirá el día 28.

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Ahí ha encontrado el Pompidou un espacio para la experimentación y el juego, para aquel 'enseñar deleitando' de los clásicos, cuajado en proyectos de notable vocación didáctica y evidente capacidad lúdica. Tanto es así, que la sala ha servido incluso de contrapunto festivo al cariz más bien sombrío que preside buena parte de la colección del Pompidou articulada en torno a la idea de la metamorfosis.

'¡Vaya circo!'

  • Lugar. Centre Pompidou Málaga. Esquina entre los muelles 1 y 2.

  • Fecha. Hasta el 15 de septiembre.

  • Entrada. Gratuita.

  • Horario. Lunes, miércoles, jueves, viernes, sábados y domingos (también festivos), de 9.30 a 20.00 h. Sesiones con mediadores, días laborares a las 17.00 y a las 20.00 h. y los sábados, domingos y festivos de 12.30 a 14.00 y de 17.00 a 20.00 h.

La fórmula se repite ahora con '¡Vaya circo!', la muestra de entrada gratuita que hasta el próximo 15 de septiembre acercará a los más pequeños de la casa conceptos como la forma, el color, el equilibrio y la composición, tomando como base la obra de Alexander Calder.

La propuesta está comisariada por Isabelle Frantz-Marty y se plantea como una suerte de circo de tres pistas, ideado en principio para usuarios de entre 5 y 12 años. «En la primera de las zonas hemos querido empezar a trabajar a partir del equilibrio de los niños, porque el primer equilibrio que conocen es el de su propio cuerpo. Los niños perciben que ese equilibrio se puede obtener también con formas móviles a través de las obras de Calder, porque el gran cambio del arte moderno de Calder fue introducir el movimiento en la escultura», explicaba ayer la comisaria.

«Los niños -seguía Frantz-Marty- aprenden que se puede hacer una escultura con formas, con colores y también con movimiento y que los móviles de Calder se mueven gracias al viento, lo que introduce ese elemento de azar». Esa es la zona verde.

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Pista azul. «En ella se trabaja sobre el dibujo en el espacio que Calder trabaja a partir de figuras de alambres. Los niños ven que se puede pasar de las dos a las tres dimensiones con un hilo de alambre. Pueden coger la escultura que han hecho con este material, ponerla en frente de un proyector y ver con las sombras cómo pasamos de dos a tres dimensiones», apostillaba la comisaria.

Además, Frantz-Marty recordaba que la propuesta didáctica enlaza con la colección del Pompidou de Málaga a través de la presencia en este conjunto de la escultura 'Máscara' exhibida en el piso inferior del Cubo.

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Personajes de circo

Y ahora el rojo. La zona más vinculada al circo. Una estantería con multitud de elementos para elaborar personajes. Tapones de corcho, pinzas de la ropa, bolas de colores.... «Los niños podrán realizar pequeños personajes y ponerlos en escena sobre mesas exactamente como hacía Calder. Podrán interactuar con esos personajes como hacía Calder tal y como puede verse en el vídeo que está incluido en este apartado», apostillaba la comisaria.

«Se van a encontrar con que es complicado encontrar equilibrio en esos personajes en función de los materiales que elijan para cada parte de su cuerpo. Calder, gracias a sus estudios de ingeniero, trabajando sobre los pesos y el equilibrio, se enfrentó a esos problemas y los niños van a enfrentrarse a esos mismos problemas de ingeniero», esgrimió Frantz-Marty antes de resumir es una frase la esencia de la propuesta: «La idea es que tras el juego haya herramientas para aprender».

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