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Antonio M. Romero
Viernes, 16 de diciembre 2016, 00:29
Delgado, con un tipo ideal para reaparecer en los ruedos, embutido en un traje gris con corbata roja, con paso firme, una sonrisa en los labios y una ovación del respetable. Así hizo anoche el paseíllo el matador de toros madrileño José Miguel Arroyo en el ruedo cultural del antiguo Conservatorio María Cristina, que la afición malagueña llenó hasta la bandera para tributarle un homenaje al torero que el 20 de abril de 1986 tomó la alternativa en la plaza de La Malagueta, iniciándose entonces una estrecha relación entre Málaga y Joselito. Ayer se reencontraron la ciudad y el torero.
Fue un acto muy emotivo donde la palabra, en forma de recuerdos, compartió protagonismo con las fotografías y las imágenes en vídeo. Como lo hacía en el ruedo, Joselito dejó constancia de su personalidad y su seguridad. A lo largo de más de tres horas que duró el homenaje por el escenario fueron pasando personas muy vinculadas a la trayectoria profesional del torero: su apoderado Enrique Martín Arranz; el matador Dámaso González, que le dio la alternativa y el testigo de aquel acto, Juan Mora; el diestro Salvador Vega, a quien Joselito dio la alternativa; el matador retirado y amigo desde sus inicios José Luis Bote; el que fue su banderillero de confianza durante diecisiete años Juan Cubero; el magistrado Mariano Tomás, que ha escrito dos libros sobre el torero; o el crítico taurino Manuel Fernández Maldonado.
Todos ellos recordaron la tarde de la alternativa Martín Arranz contó que en principio se barajó que tomara la alternativa en Zaragoza o en Cartagena y la trayectoria profesional del diestro. Además el coleccionista Manuel Sousa le hizo entrega al diestro del cartel de la alternativa, que Joselito no tenía.
Como maestro de ceremonias ofició el crítico taurino Paco Aguado, quien recordó las cifras del diestro madrileño en La Malagueta, donde toreó 31 corridas de toros (22 de ellas en feria), cortó veinte orejas, salió cinco veces a hombros y sufrió una cornada la tarde el 17 de agosto de 1989; en la provincia hizo el paseíllo veinte tardes, de ellas cinco en la Goyesca de Ronda y el resto en los cosos de Marbella, Puerto Banús, Estepona, Torremolinos y Fuengirola.
A lo largo de su conversación, Joselito destacó su vinculación la capital de la Costa del Sol. «En Málaga estoy en mi plaza. Desde que tomé la alternativa la comunión ha sido permanente», recordó el torero. Y es que el madrileño ha sido uno de los toreros predilectos de la afición malagueña. Y eso que llegó a La Malagueta siendo un desconocido, pero desde el primer día entró con fuerza en la afición local.
Joselito rememoró que tomó la alternativa con un traje «viejo» que tenía de color grana y oro porque aunque había encargado uno de color blanco para la ocasión unas vicisitudes a la hora de abonarlo le impidieron estrenarlo. Recordó que Dámaso González «me transmitió mucha tranquilidad aquella tarde cuando llegó al patio de cuadrillas» y que además su testigo de alternativa fue Juan Mora, el torero que le había despertado la afición. «Era mi espejo», remarcó.
Sus comienzos, su trayectoria, su relación con el desaparecido Yiyo, sus grandes faenas entre las que mencionó en Málaga las realizadas a un toro de Diego Puerta y el año que salió dos veces a hombro en la feria, las encerronas recordó la Goyesca de Madrid del 2 de mayo de 1996, y las de Nimes y Valladolid, o sus manías como dar la alternativa con la montera puesta fueron algunas de las pinceladas de una faena que fue premiada por el público con los máximos trofeos. Una vez más, Joselito fue profeta y triunfó en su tierra de adopción: Málaga.
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