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20 años no es nada

PACO JURADO

Lunes, 12 de diciembre 2016, 01:21

Parece que fue ayer, pero no, han pasado veinte años de lucha que comenzó en 1997 con una serie de tiras y aflojas, de reuniones, de encuentros, de desencuentros muchas veces, de enfrentamientos institucionales, de reuniones con diferentes colectivos y con los responsables políticos en sus diferentes ámbitos.

Las primeras reuniones, encuentros y charlas fueron en el Ateneo de Málaga donde se fue conformando un colectivo al que pusimos de nombre de comisión ciudadana La Aduana para Málaga, a partir de ahí, lo que en un principio era un grupo de 10 o 12 personas fue incrementando con el único objetivo de convertir la Aduana en la sede del Museo de Bellas Artes y Arqueológico de Málaga. A partir de ahí nos reuníamos todas las semanas en la Bodegas El Pimpi, gracias a la amabilidad y comprensión de Paco Campos.

Los comienzos no fueron fáciles pues una vez más los responsables políticos no estaban por la labor, los puntos de desencuentro cada vez se fueron acercando más y se convirtieron en puntos de encuentro. De ahí salió el decálogo donde se daba una explicación pormenorizada del proyecto museístico. Todo ello fue gracias a la constancia, al trabajo, al positivismo, a las presiones directas a través de reuniones, concentraciones, charlas, conferencias hasta llegar al mismo Ministerio de Cultura donde se mantuvieron diferentes contactos y reuniones.

La clave de lo que hoy es ya el Museo de Bellas y Arqueológico fue la manifestación multitudinaria de la sociedad civil malagueña abanderada por la comisión ciudadana La Aduana para Málaga. El pasado, pasado es. Lo importante es que tenemos un museo con continente y contenido de vanguardia y que la gran mayoría de los que apostamos por este proyecto hemos podido ver y disfrutar de él.

Por último, sólo me queda recordar a Rafael Puertas Tricas, él era la cabeza visible de todo esto, el que fue director del Museo de Málaga durante 32 años se la jugaba día a día, jamás le importó su condición de director para enfrentarse una y otra vez a los diferentes responsables, incluido el Ministerio de Cultura. Estoy convencido que allá donde esté nos está mirando y disfrutando y el día que las puertas del Museo de Bellas Artes y Arqueológico de Málaga abra al conjunto de la sociedad civil muchos de los que estábamos en esa lucha nos acordaremos de él e interiormente le rendiremos el homenaje que se merece.

A partir de este momento sólo me queda decir 'misión cumplida', ya no me importa morir.

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