FERNANDO TORRES
Sábado, 28 de mayo 2016, 00:56
Hacer del museo una pecera. Esa es la intención de Clédat y Petitpierre, el dúo de artistas franceses que ha traído al Pompidou la performance Abismo. Se trata de un concepto que mezcla la escenografía, la actuación y la escultura, y que ha transformado el museo en un acuario gigante. A su vez, esta tarde tendrá lugar la interpretación de Los novios, incluso, una obra performativa moderna en la que cinco parejas de recién casados estarán, desde las cinco y media de la tarde, en los alrededores del cubo multicolor, fingiendo que posan para una sesión de fotos en la que no hay ningún fotógrafo. Al final de la actuación, los integrantes se sumergirán en las profundidades del museo para adentrarse entre los corales de Abismo, haciendo que las dos obras interactúen entre sí.
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Durante la mañana de ayer, Clédat y Petitpierre estuvieron en el Pompidou asesorando a los participantes de ambas performance, mientras que en una sala cercana ya se podía visitar el decorado de Abismo. Según Clédat, «dentro del arrecife se esconde una criatura gigante, con un traje lleno de tentáculos, que se paseará entre las esculturas». Este monstruo marino será interpretado por el coreógrafo y bailarín Sylvain Prunenec, que se encargará de la parte performativa de la obra.
Clédat subrayó el peso que tienen la arquitectura y el aspecto visual en la performance Los novios, incluso. En ella, juegan «con el blanco de la novia y el negro del novio en un entorno urbano». Las poses que adquirirán los participantes están sacadas de un auténtico álbum de fotos nupcial: «Se trata de una serie de posturas coreografiadas; es como si los muñecos de las tartas de boda se hubieran convertido en personas de carne y hueso».
En la sesión de ensayo de ayer, seis voluntarios malagueños que fueron seleccionados en marzo estuvieron trabajando con cuatro actores y bailarines franceses, bajo las directrices de Clédat y Petitpierre. «Son doce posturas fijas que tienen que interiorizar y que se irán repitiendo». Clédat subrayó también la importancia de que «estén concentrados pero a la vez relajados, para que sea algo natural». Tiene que parecer que están enamorados, ya que lo interesante es que «sea algo íntimo», aunque todo sea ante la mirada de los curiosos.
Dentro del grupo de participantes locales, Alba Novoa y Lidia Muesa estuvieron en la primera sesión para familiarizarse con la performance y conocer a sus compañeros, aunque ambas están acostumbradas a participar en este tipo de obras de arte moderno. «No es la primera vez que hago algo así», aseguró Alba. Por su parte, Lidia enfatizó la importancia de que «Málaga se abra a todo tipo de arte», porque facilita la «diversidad artística».
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