Antonio Javier López
Jueves, 7 de abril 2016, 00:36
La lógica estadística, rayana en lo deportivo, se ha ido colando por las rendijas de la vida cotidiana hasta empapar con sus argumentos casi cualquier análisis sobre la realidad. En los proyectos culturales, el asunto se dirime entre la ambición de ofrecer propuestas sugerentes y la necesidad de que salgan más o menos las cuentas. Y el Centro Pompidou Málaga no es una excepción.
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Aunque sus promotores presentaron en su día un estudio de impacto económico de 18,4 millones de euros para su primer año de actividad, poco a poco el argumentario ha ido girando hacia los bienes «intangibles» que ofrecía la iniciativa. La tendencia se sublimaba ayer tanto en la comparecencia para analizar el año inaugural de la franquicia como en la documentación entregada a los informadores: seis páginas útiles, las cinco primeras con un repaso de lo hecho y, la última, con el detalle de algunas cifras.
Ahí se detalla lo que ya adelantó este periódico (SUR, 20-3-2016): que la filial no cumple las previsiones ni en el número de visitantes (de los 250.000 planteados se ha quedado en 220.860) ni en los ingresos en taquilla (que a finales de febrero estaban en el 56,9% de los 990.000 euros calculados). Sin embargo, el presidente del Centro Georges Pompidou, Serge Lasvignes, defendió ayer en su segunda visita a Málaga que el dato de afluencia a la filial representa «un éxito incontestable».
Antes de negar la mayor respecto a las proyecciones ofrecidas para el proyecto «Las previsiones que yo tenía no eran superiores. Por mi parte estamos dentro de o que se había planteado», sostuvo, el responsable de la institución gala adujo: «Llego hasta aquí como un presidente feliz porque es el primer aniversario del Centro Pompidou Málaga y mi primer aniversario como presidente del Centro Pompidou de París ( ) Ha sido una experiencia muy original. Algo que no se había hecho hasta la fecha. Hemos tenido capacidad para trabajar conjuntamente con una institución pública, algo que nos ha traído no pocos retos y hemos podido ver cómo se vencían los obstáculos».
«He tenido problemas para encontrar vuestras imperfecciones», comentó Lasvignes, en referencia a la franquicia, cuya permanencia está planteada durante cinco años, prorrogables por el mismo periodo, en virtud del acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Málaga y el museo galo. Eso sí, Lasvignes dejó ayer la puerta abierta a que la relación supere, al menos, ese ecuador.
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«El Centro Pompidou no es uno de esos invitados que viene y ya no se quiere ir. Sólo nos quedaremos si se nos quiere aquí (...) No creo que vayamos a romper de forma abrupta», argumentó Lasvignes ante la posibilidad de que el museo haga efectiva la prórroga de otros cinco años prevista en el acuerdo. Aun así, tanto Lasvignes como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, reiteraron que aún es pronto para sentarse a negociar esa ampliación.
Rumbo a Singapur y Shanghái
«Tenemos una dimensión experimental y de cooperación. No vamos a esperar al último día del quinto año. Tenemos que reflexionar sobre ello», añadió Lasvignes, quien recordó que ambas partes no están «ni a medio camino» del periodo inicial de su relación. «Es un proyecto común y se realizará por cooperación, por intercambio», añadió el presidente del museo francés.
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Sólo unas horas después de que el Centro Georges Pompidou confirmara la apertura de nuevas delegaciones en China y Corea del Sur, Lasvignes, que ya anunció estos planes en una reciente entrevista con este periódico (SUR, 27-3-2016), reivindicó el carácter autónomo de cada filial: «No somos una cadena de comida rápida y no buscamos reproducir lo mismo en todo el mundo. Lo que nos apasiona de Málaga es que estamos funcionando como un laboratorio donde podemos ver cuáles son los problemas y al mismo tiempo vemos que esa especificidad tiene una vocación de ser reproducida () Nuestros proyectos son más a largo plazo. ¿Para qué nos va a servir la experiencia de Málaga? Nos va a ayudar mucho, pero lo que vamos a hacer en Seúl o Shanghái no va a ser una reproducción de lo que hacemos en Málaga () Para cada uno de ellos vamos a construir algo diferente».
Devuelto en una pregunta al terreno de los datos, Lasvignes esbozó los planes para animar la afluencia a la franquicia: «No creo que haya misterio alguno. Si queremos hacer que crezcan las visitas debemos desarrollar dos acciones: dar más vida al Centro Pompidou Málaga, para lo que es necesario que la programación sea atractiva y que llegue a un público más amplio, a través de la diversificación de formatos () Y trabajar el gran vivero que representan los turistas. Tenemos un 70% de visitantes españoles. Tenemos un terreno muy fértil que podemos desarrollar en cuestión de turistas».
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De la Torre, aplicado, tomó nota de esos «consejos». Para empezar, el Centro Pompidou Málaga abrirá el sábado hasta el filo de la medianoche con diversas actividades programadas a partir de las 19.30 horas. Y el domingo, jornada de puertas abiertas. Regalos de cumpleaños.
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