José Medina Galeote, ayer en plena elaboración de su mural 'Notre avenir est dans l'air' en las paredes del Pompidou.

El Pompidou se viste de camuflaje

El artista malagueño José Medina Galeote realiza un espectacular mural efímero en las paredes de la franquicia

Antonio Javier López

Miércoles, 30 de marzo 2016, 00:39

Tenía 18, 20 bocetos preparados; pero ha decidido dejarlos en casa. «Lo tengo claro... iban a quitarme frescura», confiesa José Medina Galeote mientras se quita los auriculares donde suena la sesión que le ha preparado su hermano Benjamín. No sabe cuánto dura. Sí, que pesa 30 gigas. Esos son muchas horas de música, de concentración frente a un lienzo en blanco; bueno dos, en realidad, dos muros, los que flanquean la prolongada escalera de acceso a la colección del Centro Pompidou Málaga.

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Medina Galeote ha empezado a pintar poco después de las ocho de mañana y le queda tarea hasta bien entrada la noche. Hay que terminar en la misma jornada de trabajo, la de ayer martes, cuando el Pompidou no abre al público. Dos paredes de hasta nueve metros de alto y más de 30 de largo cubiertas con su pintura, levantada en el cruce de caminos entre el cartografía, el camuflaje y la caligrafía japonesa.

Y Medina Galeote habla sereno, porque en realidad no está. Su mente se ha instalado en la imagen mental que rumia desde hace semanas y que empieza a cobrar forma en una instalación pictórica espectacular y vibrante, realizada en el marco del ciclo Málaga de Festival (MaF) que sirve como preámbulo del XIX Festival de Málaga-Cine Español. De paso, la pieza también celebra el primer aniversario del Pompidou malagueño. Y la colaboración entre ambas entidades permite que los visitantes puedan ver de forma gratuita el mural efímero, planteado hasta el próximo 21 de abril.

Medina Galeote surge así como el primer artista que interviene de manera directa sobre los muros de la franquicia y lo hace para firmar 'Notre avenir est dans l'air' (Nuestro futuro está en el aire). Explica que la pieza toma como base la obra del mismo título realizada por Pablo Ruiz Picasso en 1912 y perteneciente a las colecciones del Pompidou parisino. Aquí empieza el juego de referencias cruzadas. Porque la obra de Picasso incluye una bandera francesa que Medina Galeote reproduce en los colores elegidos: azul en el muro derecho, rojo en el izquierdo y blanco como fondo y en el panel central.

A partir de ahí, Medina Galeote se mantiene fiel a su obra urdida a partir de trazos inconexos que van componiendo formas, sugerencias, en la mirada del espectador que se acerca y se aleja, como él mismo mientras lo pinta. Ahora da un paso más en ese camino de ida y vuelta para incluir elementos figurativos como una torre Eiffel con una bandera, algo parecido a una partitura, tres letras que componen la palabra 'ave', una flor casi carnosa y una 'P'. ¿De París, de Picasso? Él sonríe: «Me gusta la idea de que el libro es tuyo mientras lo estás leyendo. Con esta obra pretendo que pase lo mismo. He querido sacrificar la idea de la perspectiva para crear algo parecido a un pasadizo, para que cada cual establezca sus propias conexiones».

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Así, la propuesta de Medina Galeote se funde con el Pompidou, el museo municipal más visitado durante la pasada Semana Santa con 6.994 asistentes, seguido por el Museo Carmen Thyssen (6.660) y por la Colección del Museo Ruso (4.843). En total, el Ayuntamiento calcula que por sus museos pasaron 33.579 personas en la Semana de Pasión.

Aunque, para pasión, la de Medina Galeote en plena faena.

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