Antonio Javier López
Domingo, 20 de marzo 2016, 01:56
Tienen los aniversarios el doble filo de la justa celebración, por un lado, y del necesario balance, por el otro. Con el desembarco en Málaga de las filiales del Centro Georges Pompidou de París y del Museo Nacional de Arte Ruso de San Petersburgo sucede algo parecido. De una parte, ambas franquicias han presentado durante el año que están a punto de cumplir una propuesta cultural ilusionante; sin embargo, sus cifras quedan por debajo de lo previsto.
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Del lado optimista, el Centro Pompidou Málaga y la Colección Museo Ruso han actuado como revulsivo, no sólo cultural, en las zonas donde se han instalado (el recinto portuario y el flanco oeste, de manera respectiva), así como en el conjunto de la ciudad. Tanto es así, que su instalación en Málaga ha calado en distintos medios internacionales a la hora de que la capital malagueña ganase posiciones en los listados de destinos turísticos a visitar.
Además, en el puro plano cultural, ambos centros han presentado en su primer año exposiciones temporales de enjundia como las dedicadas a Pavel Filonov y la actual sobre la Sota de Diamantes (en el Museo Ruso), así como Son modernas, son fotógrafas y Hors Pistes (del lado del Pompidou). A ellas han unido un intenso programa de actividades por el que han pasado 20.439 personas, según las estadísticas a las que ha tenido acceso SUR.
Y es justo en el terreno numérico donde aparecen las primeras líneas de sombra. Porque ambas franquicias quedan por debajo de las previsiones planteadas tanto en número de visitantes, como en ingresos en taquilla. A cierre de febrero, la colección rusa ha ingresado por este concepto menos de la mitad de lo previsto (238.027 euros, el 46,1% de los 516.000 euros calculados), mientras que su registro de visitantes queda en un 68,9% de lo proyectado (103.437 personas frente a las 150.000 previstas). Los guarismos en el Pompidou mejoran en este último aspecto, con el 80,9% de la afluencia estimada (202.448 de las 250.000 personas calculadas); aunque también se queda lejos (en el 56,9%) de los ingresos previstos.
Al echar la vista atrás en la historia reciente de los estrenos museísticos malagueños, el Pompidou queda por encima del Museo Carmen Thyssen y del CAC Málaga en cuanto a número de visitantes en su ejercicio inaugural; eso sí, suma menos de la mitad de la afluencia registrada en el primer año de vida del Museo Picasso Málaga. La Colección Museo Ruso, por su parte, cierra el listado, a falta de sumar sus datos de este mes de marzo.
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Más allá de los números
Y en medio de las estadísticas, el director de la agencia municipal que gestiona ambos centros, junto a la Fundación Picasso-Museo Casa Natal, José María Luna, aboga por levantar la mirada más allá de los números: «Las estimaciones que se hicieron para este primer año eran eso, estimaciones. Previsiones que nos permitieran articular nuestro trabajo en este periodo. Los proyectos culturales no deben medirse únicamente por indicadores cuantitativos».
«No todo es parametrizable en cultura defiende Luna y a veces los intangibles son más importantes que los datos fríamente numéricos. Pero si le sirve de respuesta, ambos centros están muy por encima del número de visitas de otros centros españoles de trayectoria y tradición consolidada, incluso en algunos casos con mayor presupuesto. Los tres (...) están entre los centros de sus características más visitados de España».
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El Cubo del puerto se convertirá a partir de mañana en una inmensa sala de proyecciones para acoger la nueva exposición temporal del Centro Pompidou Málaga. Bajo el título Cine Dadá, cine surrealista, la filial ofrecerá hasta el 19 de junio «una retrospectiva de la subversión de las leyes del cine dominante en los años 20 que protagonizaron primero el movimiento Dadá y después el Surrealismo». La exposición ha sido comisariada por Philippe-Alain Michaud y reúne una selección de 14 películas que van desde las abstracciones gráficas de Viking Eggeling y Hans Richter y los experimentos fotográficos de Man Ray, al «anarquismo absurdo y provocador» de René Clair y Francis Picabia y el collage rítmico de Fernand Léger y Dudley Murphy. Tras ellos, ya en los años 20 del siglo pasado, los sueños y el inconsciente tomaron el protagonismo del cine de corte surrealista de la mano de Germaine Dulac y Luis Buñuel. De este último se proyectarán Un perro andaluz (1929) y La edad de oro (1930), a las que se unirán, entre otras películas, Anémic cinéma (1925)de Marcel Duchamp y LÉtoile de mer (1928) de Man Ray.
En cuanto a los ingresos en taquilla, el director de la agencia municipal argumenta: «Puedo confirmar que el Ayuntamiento no ha tenido que ampliar las transferencias inicialmente previstas y las cuentas están muy equilibradas gracias a los recursos propios generados por diversos conceptos, no sólo el de la taquilla, y el control del gasto».
En cuanto al perfil de esos visitantes, SUR ha contrastado un completo estudio de audiencias elaborado por la agencia municipal entre julio de 2015 y febrero de 2016. A la luz de esas estadísticas, cabe concluir que el Pompidou presenta un público más joven e internacional que el Museo Ruso, donde la audiencia local es mayoritaria. En concreto, más de la mitad de los visitantes al Cubo (el 57,77%) tiene menos de 45 años, al tiempo que casi un tercio proceden de otros países.
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En las salas de la colección rusa son mayoría quienes tienen más de 45 años (el 60,33%), mientras que el público malagueño representa más de la mitad de la audiencia total (el 52,97%). Este último dato contrasta con el 37,04% registrado en el Pompidou.
Y sobre esa diferencia reflexiona Luna: «Son dos centros conceptual y formalmente distintos. Es muy saludable que haya esta variedad en la oferta y en su percepción. Evidentemente, también influye la cercanía al centro del Pompidou, que facilita el acceso de un porcentaje mayor de turistas, que tienen menos tiempo para desplazarse hasta la Colección del Museo Ruso en Tabacalera. En cualquier caso, estamos en una carrera de fondo y estamos trabajando con públicos segmentados que están respondiendo muy positivamente a las propuestas que les presentamos».
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La ciudad como referente
Por ello, Luna aprecia un balance «muy positivo» en este año inaugural de ambas franquicias. «No se trata de una cuestión voluntarista, basta repasar la cantidad de actividades realizadas, la participación en ellas de los malagueños y de los visitantes. De lo que ha supuesto para la proyección de la ciudad en todo el mundo. De cómo ha repercutido también de formapositiva en las visitas a otros centros. En definitiva de cómo Málaga se ha convertido en un referente a nivel nacional e internacional».
Lo cualitativo y lo cuantitativo a cada lado de la balanza. El equilibrio es, aquí también, el objetivo.
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