Bebe: «Uno tiene que perdonarse a sí mismo, todos cometemos errores»

Toca entrevistar a Bebe y, de entrada, una se prepara para encontrarse con una artista hermética, con pocas ganas de hablar y quién sabe si a la defensiva. Aunque han pasado casi cinco años, en el recuerdo todavía está ese polémico showcase de Madrid en el que se despachó a gusto contra la prensa. Un vídeo de apenas un minuto y medio que circuló por las redes bastó para condenar durante un tiempo su imagen, y también su música. Pero resulta que, como la mayoría de los prejuicios, este también estaba equivocado. Quien coge el teléfono no responde a ese cliché. Es una Bebe relajada, divertida y dispuesta a conversar de todo. Solo se calla un momento para comerse a besos a su hija Candela, de 5 años, que se acerca a su madre cuando termina los deberes. Ella es la inspiración y la razón principal de Cambio de piel, un álbum donde plasma su transformación musical y personal. Este domingo lo presenta en el Teatro Cervantes (19.00 horas).

Cambio de piel es un título muy explícito. ¿Dónde ha sido mayor la transformación: en lo musical o en lo personal?

Supongo que más radical ha sido en lo personal, evidentemente. Pero luego hay también una transformación muy bonita en lo musical, en la manera de escribir las cosas, en la luz que hay, en el tipo de canciones mucho más alegres Está cantado con muchas ganas y con melodías muy abiertas que recuerdan a mi primer disco. Y otro elemento es el piano, que no había utilizado antes.

Decía en una entrevista que el piano lo reservaba para cuando fuera mayor. ¿Ya ha llegado ese momento?

Sí, ya soy mayorcita. Tengo una hija preciosa y tengo a mi niña interior, que gracias a mi hija está más viva que nunca. Pero una ya se va haciendo mayorcita y está muy bien. Un cambio de piel implica eso, que no dejas de ser quien eres pero adaptándote a la etapa que toca vivir.

¿No echa de menos esa despreocupación de la juventud, sin responsabilidades ni madrugones?

La verdad es que no. El otro día decía una amiga ¿quién tuviera 16 años?. Pues yo no. Yo me lo he pasado muy bien en cada etapa de mi vida, pero desde que tengo a mi hija levantarme con ella por las mañanas, cómo disfrutamos, la vida que llevamos, sus ojos, su alegría no lo cambio. Hay que madrugar, eso sí. Porque no hay quien la levante para ir al colegio, pero los sábados ya está a las ocho de la mañana con los tacones puestos andando por la casa. Merece la pena, es muy divertido y muy bonito.

En este disco sale la Bebe más sensible, la que tira por tierra esa imagen de mujer combativa y rebelde que tenía

Bueno, una no tiene la misma rebeldía que a los 20 años, ni la quieres. La madurez y la edad te llevan a ser rebelde de otra manera. Pero combativa... ¿por qué no? Tienes un hijo y quieres dejarle un mundo mejor. Eres casi más combativa, pero las maneras de hacerlo son otras. La lucha tiene que seguir, pero por otras vías, con otros lenguajes. Cuando eres joven eres más irreverente, tienes esa libertad preciosa de la juventud, que es necesaria. Pero sigo y seguiré siendo así, no quiero convertirme en alguien por quien la vida no pasa.

En la canción La cuenta parece que salda cuentas consigo misma, con sus errores del pasado. Los asume y se perdona por ellos.

Llega un momento en el que uno tiene que perdonarse a sí mismo. Todos cometemos errores, a nivel profesional y con uno mismo, y es humano. Creo que está muy bien que uno se machaque un poco, que vea donde han estado los errores para que no vuelvan a pasar, pero a veces no nos perdonamos tampoco a nosotros y hay que hacerlo, es la mejor manera de avanzar.

Usted está en paz consigo misma, entonces.

Me encuentro bastante bien, estoy bastante tranquila.

¿Siente que la gente tiene prejuicios hacia usted?

Sí, pero siempre ha sido así. Me encantaría que la gente escuchara un disco como este sin prejuicios, porque seguramente habrá quien se quede sin hacerlo porque yo no les caiga bien. Prejuicios absurdos, porque nos creamos una imagen de los artistas y te pierdes el disfrutar de cosas. Pero la gente que te quiere estará ahí, uno puede pretender gustar a todo el mundo.

Álex ODogherty decía que parece que los artistas están en un campo de tiro en el que todo el mundo puede disparar.

Una buena manera de expresarlo. Sobre todo porque a veces el exponerte no es tan fácil como la gente se cree. Exponer tus pensamientos, tus reflexiones y estar en el punto de mira todos los días, no es fácil. Pero tampoco pasa nada, es una elección que hacemos. Pero vamos

La conversación se detiene, se escucha a la pequeña Candela de fondo. «Es que acaba de terminar los deberes y los ha hecho increíblemente bien. ¡No te imaginas lo bien que ha escrito Kimono!», exclama. Y continúa la entrevista.

Habrá pasado por fases, hasta que asimila cómo va esto...

Claro, aprendes a manejarlo y a comprender cosas. Al principio no sabes cómo gestionarlas.

¿Pensaba que la maternidad le iba a cambiar tanto?

Sabía que sí y lo deseaba, quizás por eso lo disfruto tanto. He vivido las etapas de mi vida disfrutando mucho. (Se escuchan sus besos a Candela) Es que me la estoy comiendo. ¿Cómo no voy a disfrutarla? Me ha cambiado y espero que me cambie más. Además, ella me enseña mucho más a mí de lo que yo le enseño a ella.

Disfruta sobre todo del proceso de composición y grabación, ¿podría pasar sin los conciertos?

Sí, por supuesto que sí. De hecho, yo espero algún día tocar muy muy poquito, solo cosas muy especiales. Esa es mi intención.

Pero un artista lo que quiere es que le escuchen, ¿no?

Pero tampoco hace falta que te escuchen tantas tantas tantas veces (ríe). Me gusta cantar, pero no convertirlo en una rutina. Hay artistas más mayores que hacen cienes de concierto. Y me parece fenomenal, pero yo Eso suele darse más en los hombres, porque ellos tienen más necesidad de alimentar su ego. Las mujeres siempre tenemos muchas cosas que hacer (ríe).