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Alcántara brinda con quienes le acompañaron en el almuerzo
88 razones para brindar por Alcántara

88 razones para brindar por Alcántara

Articulistas de toda España se reúnen en Málaga para celebrar el cumpleaños del «maestro»

Regina Sotorrío

Sábado, 16 de enero 2016, 00:31

Ignacio Camacho brindó «por el ilustre hermano mayor de la Cofradía de la Sagrada Columna». Eva Díaz levantó su copa «por el puente que nos conecta con un mundo perdido, con los tiempos del periodismo salvaje». Y Antonio Lucas dedicó el trago «al último bucardo» del articulismo que cada día demuestra que escribir «sigue siendo un oficio honesto». «¡Por el maestro Manuel Alcántara!». Articulistas de toda España celebraron ayer en Málaga el 88 cumpleaños del poeta y columnista de SUR, que conmovido agradecía esta «forma de amor que se llama exageración». «Soy consciente de que estoy sobreviviendo y eso me permite reunir a los amigos», dijo Alcántara.

Entre un dry martini de aperitivo y un gin tonic de postre, alrededor de 40 compañeros se sentaron a la mesa de El Pimpi Marinero convocados por la Fundación Manuel Alcántara para rendir homenaje al «pedestal del columnismo español», en palabras de Rosa Belmonte. Entre ellos, apuntó Lucas, articulistas llegados en un «AVE de gente en romería desde Madrid, aquellos que más que leerte te rezamos», como Ignacio Camacho, Francisco Javier Caraballo, Manuel Jabois, Jorge Bustos, Rosa Belmonte, Hughes, Juan Soto Ivars y Emilia Landaluce. Veteranos y jóvenes herederos de un oficio del que Alcántara representa «honestidad, energía y lucidez», detalló Camacho.

No faltaron firmas paisanas como Antonio Soler y Sora Sans de SUR, directores de medios de comunicación (Manuel Castillo de SUR, Rafael Porras de El Mundo Andalucía, Juan de Dios Mellado de La Opinión de Málaga y Antonio Méndez de Málaga Hoy) empresarios y autoridades políticas encabezadas por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, y el presidente de la Diputación, Elías Bendodo. Hasta hubo una «intrusa», una invitada sorpresa: la cantante Diana Navarro felicitó a Alcántara con su voz entonando Eres tú. Todos acompañaron al poeta mientras soplaba las velas entre el cariño y la admiración. Porque se esté donde se esté y se sea de donde se sea, «se te quiere maestro», apostilló Jesús Nieto.

Fue una comida de reencuentros, de muchos abrazos, de corrillos para hablar de la actualidad nacional (y también de la personal) y de felicitaciones. A todas respondía Alcántara con un «muchas gracias» y con píldoras de su lucidez y de su fina ironía. «Me da vergüenza, porque mi único mérito es durar», «me queda poco tiempo para seguir siendo un contemporáneo», «aquí me tienes, perpetuándome»...

Con dos toquecitos en la copa de De la Torre y unas palabras de agradecimiento del presidente de la Fundación Alcántara, Antonio Pedraza, llegaba el turno de los brindis. «Por usar la palabra con la elegancia de un swing, pero con la lucidez que va directa al hígado», decía Eva Díaz. «Por cada una de las veces que nos has recordado la belleza de ser hombre, la amargura de ser hombre, la incertidumbre de ser hombre y la grandeza de ser hombre», añadía Caraballo. Salieron a relucir el niño que paseaba por la Victoria y el que jugaba en la playa, el hombre que acude los jueves al restaurante María, el autor de los 20.000 artículos, el escritor capaz de «vincular la ironía con la poesía, el talento con el hígado y el hígado con la elegancia» dijo Lucas y el que tumba a cualquiera «con drymartinis y tragos de Jägermeister». «Pero sobre todo me tumba con su columna diaria», concluyó Belmonte. Eran palabras cargadas de lirismo estaban ante un poeta con versos propios y también prestados de Pablo Neruda (recitados por Jabois) y de Eugénio de Andrade (parafraseado por Soto Ivars).

Alcántara no quería creerse «que todo lo dicho sea verdad» y, emocionado, reconoció que era un día «inolvidable». Ni en su celebración dejó de lado la actualidad y mostró su «preocupación» por la deriva del país. «Tenemos que intentar que España siga siendo España, que no se derrumbe», sentenció ante sus amigos, esos «hermanos a los que no se eligen». «Y me gustaría prometeros que esta no será la última vez que nos reunamos», declaró. Para que sean muchas más, como dijo Camacho, ayer todos alzaron la copa «por los años que nos quedan por vivir y por los años que nos quedan por beber».

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