La familia de Pedro Aparicio y una amplia representación política inauguraron el Centro de Cultura Activa en honor del exalcalde

Un espacio «vivo» para honrar a Pedro Aparicio en Málaga

Abre sus puertas el Centro de Cultura Activa que lleva su nombre

Regina Sotorrío

Sábado, 9 de enero 2016, 00:44

Decía María Ruiz de Castañeda, su viuda, que la música era para él «alimento del alma». Y ayer se escuchó una pieza de la ópera Tosca. Aseguraba también que él «estaría encantado de ver que el Cervantes tiene vida». «Y este centro estará muy vivo», ratificaba el director de los escenarios municipales, Juan Antonio Vigar. El Cervantes inauguró ayer el Centro de Cultura Activa Pedro Aparicio, un espacio en honor del exalcalde de Málaga fallecido en septiembre de 2014 que aglutina un servicio de documentación, una zona de exposiciones y una sala para representaciones en los bajos del teatro. Un «acto de justicia» para quien fue el responsable de adquirir el Cervantes y convertirlo en lo que es hoy, «un gran faro de la cultura en Málaga», apuntó el alcalde, Francisco de la Torre.

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Estaba su familia, pero tampoco faltaron sus amigos, sus compañeros en el Ayuntamiento (como el exconcejal Curro Flores; el jefe de Protocolo, Rafael Illa; o Carlos de Mesa, que después sería director del Cervantes, entre muchos otros) y los miembros de la corporación actual (con representación de todos los grupos políticos y una amplia presencia de su partido, el PSOE). Todos recordaron ayer a Aparicio con cariño y emoción en la apertura de este nuevo espacio cultural que lleva su nombre.

Tres pilares

A su viuda María Ruiz de Castañeda le correspondió descubrir la placa que certifica «su importante contribución al mundo de la cultura durante su etapa como alcalde de la ciudad de Málaga». Comenzó así el recorrido por los tres pilares en los que se sustentará este Centro de Cultura Activa. A la izquierda, un Servicio de Archivo, Documentación e Investigación (SADI) con los fondos generados por el teatro a lo largo de sus historia: miles de fotografías, carteles, programas de mano y notas de prensa de los más de 2.800 espectáculos que han pisado su escenario. El material se podrá consultar, de momento, desde dos terminales ubicados en este espacio, pero a partir de septiembre estará alojado en diversas bibliotecas virtuales.

Esa fue la idea original con la que empezó a trabajar en el proyecto la anterior directora del Cervantes, Charo Ema, también presente en la inauguración;pero la iniciativa adquirió un concepto de «cultura global» tras el nombramiento de Vigar.

Así, al otro extremo de la zona de documentación se ilumina un pequeño y coqueto escenario donde tendrán cabida piezas de microteatro, monólogos, performances, videoarte e incluso un aula de pensamiento, avanzó Vigar. Es la Sala Activa, el espacio que impulsará el «flujo de público» en el centro con un aforo máximo de 40 personas. Como aperitivo de lo que allí se verá, el actor Eduardo Duro se metió en la piel de Próspero para interpretar con una increíble veracidad un extracto de La calma, obra en la que Pablo Bujalance propone una secuela de La tempestad de Shakespeare. El texto inaugurará esas tablas entre el 12 y 14 de enero y será la primera función del ciclo Anverso/reverso, cuatro monólogos de cuatro autores malagueños que revisan a Cervantes y Shakespeare en el cuarto centenario de sus fallecimientos.

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Pero si algo le apasionaba a Pedro Aparicio era la lírica. Como «regalo» para él y su familia, el tenor Luis Pacetti y la soprano Lourdes Martín cantaron una pieza de Tosca, de su compositor favorito, Pucccini. Al piano, el maestro Arturo Díez Boscovich.

En el área central, se sucederán exposiciones relacionadas con las disciplinas escénicas (Exposure). Pero la primera, inevitablemente, tenía que hacer un viaje en el tiempo hasta el año 83, cuando el Ayuntamiento puso en marcha el Festival Internacional de Teatro. Fotografías, carteles y material administrativo del año 83 al 86 rememoran esa ambiciosa apuesta por revitalizar la vida cultural de la ciudad. La exposición arranca con un bando de Pedro Aparicio y termina con una carta que este le envía al entonces gobernador civil de la provincia. En ese bando, leído ayer por Paco Rodríguez, del departamento de Producción del Cervantes, Aparicio anunciaba a todos los malagueños la llegada de «la hora del regocijo teatral». Hoy lo volvería hacer.

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