Una de las salas de la sección de Bellas Artes, con los cuadros embalados, listos para ser colgados.

Los cuadros llegan al Museo de la Aduana

El traslado de las colecciones culminará en unas semanas y empezarán a colgarse en enero

María Eugenia Merelo

Martes, 15 de diciembre 2015, 00:55

El contador a siete días antes de las elecciones generales del 20D. Fue el momento elegido por el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo para realizar lo que denominó una visita técnica a la futura sede del Museo de Málaga en el Palacio de la Aduana. Una visita que, en plena campaña electoral de 2012, se le torció a su predecesor, José Ignacio Wert, tras una denuncia del PSOE. Pero ayer todo parecía distinto y Méndez de Vigo se hizo las fotos en las salas de la futura pinacoteca junto a Rosa Aguilar, Consejera de Cultura; el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre; el presidente de la Diputación, Elías Bendodo; el subdelegado del Gobierno, Miguel Briones, y una veintena de autoridades. El ministro recorrió la antigua Subdelegación del Gobierno, reclamada por una movilización ciudadana que se echó a la calle para conseguir que albergara las colecciones de Arqueología y de Bellas Artes del antiguo Museo Provincial, almacenadas desde hace 18 años.

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El nutrido cortejo político recorrió las cuatro plantas del museo, en el que el Gobierno central ha invertido casi 40 millones de euros. El dinero luce en el trabajo de rehabilitación del inmueble y en la todavía inacabada museografía, un proyecto redactado y dirigido por la empresa Frade Arquitectos y que ejecuta Empty. El grupo recorrió un edifico en el que destacan los espacios, el diseño y las calidades. Excelencia y vanguardia se dan ahora la mano en la imponente construcción, proyectada en 1788 por el arquitecto Manuel Martín Rodríguez para atender el tráfico del Puerto, en la que se ultiman los trabajos para abrir como museo. La huella de Frade, que firmó la espectacular reconversión del Museo Arqueológico Nacional, es contundente en la Aduana.

Un suelo interminable de tarima flotante de color caoba lleva al visitante por las distintas salas en las que se mostrará una parte de una colección de 17.000 obras (2.000 cuadros y 15.000 piezas arqueológicas). Vitrinas montadas y otras por desembalar para exhibir en ellas las piezas de arqueología, en su mayoría inéditas. Espacios panelados con llamativos colores para mostrar una de las mejores colecciones de España del pintura del XIX. Y en medio de los últimos trabajos, la gran novedad: una parte de las colecciones del museo se encuentran ya en la Aduana. Embalados, identificados y colocados bajo las cartelas que indican su ubicación, cuadros de Moreno Carbonero, Enrique Simonet, Muñoz Degrain, José Nogales, Sorolla, Carlos de Haes, Federico Madrazo, o Esquivel.

De Vigo: «Málaga huele a cultura y huele a museos»

  • El ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, manifestó ayer su admiración por la potencia cultural de Málaga. «Málaga huele a cultura y huele a museo», aseguró De Vigo tras visitar la Aduana. Por delante, una agenda cultural intensa para comprobar ese aroma. Primero, recorridos por el Centre Pompidou y la Colección Museo Ruso d Málaga. Luego, visita a los Dólmenes de Antquera, para fotografiarse haciéndo el símbolo de adhesión a la candidatura a la lista del Patrimonio Mundial de la Unesco. Una adhesión que también plasmó en el libro de visitas.

En las salas de Arqueología lucen ya algunas piezas restauradas. Entre ellas, destaca el mosaico romano el Nacimiento de Venus, datado en la segunda mitad del siglo II d.C., con una superficie de más de seis metros de largo por cuatro de ancho. Hallado en Cártama, representa en su centro el momento en que Afrodita, con una larga cabellera y sobre una gran concha, llega empujada por el soplo de los dioses y arrastrada por los delfines a la playa de una de las islas que tradicionalmente se le dedican. El mosaico se instaló como pavimento central del patio-jardín del antiguo Museo de Bellas Artes. Muy cerca, una tumba púnica del s. VI a. C, encontrada en una excavación arqueológica del año 2012 en un solar de calle Jinete, el primer enterramiento localizado en la Península Ibérica en el que se ha encontrado a un individuo inhumado con un ajuar e indumentaria de un guerrero griego.

El 80% de las colecciones ya están en su nueva ubicación. El resto llegará en los próximas semanas. En los planes de los técnicos está programado el empezar a colgar las obras después de Navidad.

Coleccionismo

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Durante el recorrido, María Morente, directora del Museo de Málaga, ejerció de anfitriona y explicó al ministro el programa expositivo, que unifica las colecciones de arqueología y arte que conforman el Museo de Málaga con un hilo conductor: la explicación de cómo se formaron las colecciones del museo, su origen a partir del coleccionismo público y privado y la labor investigadora que llevó a cabo la potente burguesía malagueña durante el siglo XIX. Con este objetivo, la Colección Loringiana (colección de piezas arqueológicas reunida, en la segunda mitad del siglo XIX, por los marqueses de Casa-Loring) dará la bienvenida al visitante. El recorrido propuesto se inicia en la planta segunda, en las colecciones de arqueología; continua por planta primera con las colecciones de arte y finaliza en la planta baja donde se ubicará el Almacén Visitable. De este modo, cada una de las áreas dispone de un lenguaje autónomo y diferenciado pero de características similares lo que enfatiza la idea de unión de ambas colecciones. Talleres infantiles, biblioteca, tienda, cafetería y restaurante completan la oferta del nuevo museo.

Y quizás porque ha sido un espacio tan demandado por la ciudad, el museo estará abierto a ésta. Morente explicó que el patio, la cafetería y la tienda del museo serán accesibles al ciudadano sin necesidad de adquirir una entrada. «Al patio podrá venir quien quiera, a leer el periódico o a admirar su arquitectura», explicó la directora, quien destacó también que los audiovisuales serán una constante en el recorrido para explicar y contextrualizar las colecciones.

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Como cierre de la visita, una sección dedicada a la reivindicación ciudadana que, bajo el lema La Aduana para Málaga, consiguió que la antigua Subdelegación del Gobierno tuviese un uso cultural. Un audiovisual recordará la iniciativa civil que se movilizó para conseguir que las dependencias administrativas infrautilizadas cediesen su espacio al museo.

Cuna de civilizaciones

La visita de ayer se producía pocos días después de la firma del protocolo rubricado por el Miniterio de Educación, Cultura y Deporte y la Junta de Andalucía, en el que ambas administraciones se han comprometido a desarrollar todas las gestiones necesarias para que el edificio se ponga a disposición de la Junta de Andalucía a partir del 1 de marzo, cuatro meses después de lo anunciado por la Administración central, fecha desde la que la Administración autonómica desarrollará, en colaboración con el ministerio, el resto de tareas que culminarán con la apertura al público del museo.

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Tras recorrer la pinacoteca, Méndez de Vigo aseguro que «salgo gratamente impresionado, es una obra magnífica, y estoy seguro que Málaga sabrá apreciar hoy lo que hicieron en el pasado, lo que es Málaga como cuna de civilizaciones y toda esta riqueza de patrimonio».

Sobre la fecha de apertura, fijada en principio para después del verano de 2016, Méndez de Vigo no afinó fechas. Recordó la firma del protocolo para que el museo «pueda estar lo antes posible» a disposición de los malagueños y de aquellos que visiten la ciudad y para que pueda «incorporarse a esa visión de Málaga ciudad de los museos», que, a su juicio, «ya está tomando carta de naturaleza», junto con el Centre Pompidou, el Museo Picasso Málaga (MPM), el CAC, el Museo Thyssen, y la Colección del Museo Ruso, entre otros.

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Por su parte, la consejera de Cultura explicó que en la visita se pudo comprobar que aún quedan «muchas cosas por hacer, que no se ha terminado el proyecto museográfico y que la Junta está colaborando con el Gobierno de España para que, efectivamente, se pueda concluir y podamos, tal y como hemos firmado en el acuerdo, recibir el museo el 1 de marzo». En ese momento, según Aguilar, será «cuando yo me siente con los técnicos y os pueda dar una hoja de ruta clara y concreta de los pasos que tenemos que dar». «La excepcionalidad de este museo, la excelencia y la calidad requiere que hagamos las cosas bien», añadió.

Al final de la mañana, el cortejo político empezó a disgregarse por calle Alcazabilla y los técnicos volvían a recuperar la tranquilidad de su trabajo en un museo esperado ya demasiado tiempo.

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