
Antonio Javier López
Domingo, 25 de octubre 2015, 00:52
No hacen falta tres para ser multitud cuando dos no quieren entenderse. Es lo que lleva sucediendo desde hace varias semanas entre el Gobierno central y la Junta de Andalucía a cuento del Museo de Málaga, conocido de manera popular como el Bellas Artes, aunque esa sea sólo una de sus dos (grandes) mitades. El museo provincial lleva 18 años embalado y, de ellos, una década esperando su traslado a la Aduana. El edificio ya está listo, pero hay flecos administrativos que amenazan con asfixiar el proyecto. Mejor será ir por partes.
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