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Imagen externa del museo.
El cofre de los tesoros de España

El cofre de los tesoros de España

El Museo de las Colecciones Reales abrirá al fin sus puertas a mediados de 2016

Alfonso R. Aldeyturriaga

Domingo, 23 de agosto 2015, 08:03

Después de tres intentos fallidos, en fechas y etapas tan dispares de la Historia reciente de España como 1935, 1950 y 1980, el 23 de noviembre de 1998, tras una reunión del Consejo de Ministros que entonces presidía José María Aznar, el vicepresidente Francisco Álvarez-Cascos anunció la gestación, mediante partida presupuestaria, del Museo de las Colecciones Reales. Hoy, al fin, diecisiete años después, está a punto de ver la luz. El proyecto ya ha entrado en la fase final y se espera, si no surge algún otro contratiempo, que a mediados de 2016 abra definitivamente sus puertas.

158 millones de inversión para la 'obra del escorial' del siglo XXI

  • No serán necesarios los 22 años que en el siglo XVI se emplearon para levantar el Escorial, pero el Museo de las Colecciones Reales no se queda muy atrás. Hasta dieciocho primaveras se contarán desde que se dijo adelante con el proyecto hasta que, presumiblemente, Felipe VI declare inaugurado el centro de referencia cultural de la monarquía. Y el edificio en cuestión, pese a la asfixiante crisis que ha ahogado la economía española en la última década, se ha llevado 158.283.854 euros, según Patrimonio Nacional, que aclara que la obra se terminará con un ahorro de 40 millones sobre el presupuesto inicial. Año tras año, gobiernos socialista y popular, han consignado una media de 15,5 millones para hacer realidad este museo.

  • De la partida total, la mayor parte, 37 millones, se lo ha llevado la cimentación y estructura del edificio y la urbanización de la plaza de La Almudena; en cubierta y fachada se han destinado 26,8 millones; otros 33 millones han sido a acabados e instalaciones; 20,3 millones, al muro de contención y el vaciado; 8,4 millones, al estudio de arquitectura; otros tantos 8,4, para la redacción del proyecto y estudios previos, y los 23 restantes, para la Museografía y la certificación final de la obra. Se calcula que el mantenimiento del museo costará entre 5 y 7 millones al año. Cifras colosales para una obra colosal.

La impugnación del concurso internacional de ideas, primero; la aparición de restos de la muralla árabe de Madrid, más tarde, y la necesidad de modificar, por último, el Plan General de ordenación Urbana de la capital para poder llevar a cabo su construcción provocó que el edificio, con dimensiones colosales, hecho de granito con estrechas ventanas verticales, no comenzara a levantarse hasta 2006.

De 40.475 metros cuadrados, lleva la firma de los arquitectos Emilio Tuñón Álvarez y Luis Moreno García-Mansilla, que proyectaron una especie de gran muro de contención en el talud vertical de la plaza de la Armería hacia el Campo de Moro para así integrar visualmente el edificio en el complejo formado por el Palacio Real y la catedral de La Almudena, desde cuya plaza se accede al museo. Se entra por el piso superior y desde ahí se va descendiendo por rampas (también hay ascensores, con capacidad para 80 personas, lo que da muestra de que todo está hecho a lo grande) para visitar las tres grandes salas de exposición, a las que se dedican 12.591 metros cuadrados. El edificio también dispone de un auditorio de mil metros.

En las distintas salas se desplegarán parte de la labor de mecenazgo y coleccionismo de los reyes de España a lo largo de la Historia, a través de la más selecta antología de las obras maestras que atesoran los fondos histórico-artísticos de Patrimonio Nacional, de extraordinaria diversidad y riqueza. El museo albergará al tiempo unas mil obras de las 154.000 de Patrimonio hoy dispersas en palacios y museos, lo que permitirá, de paso, devolver a los reales sitios su decoración original, ahora en muchos casos sobrecargada con piezas que no se corresponden ni al periodo ni al reinado en el que fueron construidos.

Exposiciones temporales

La idea es que el museo tenga una concepción de rotación, con pocas piezas fijas para dar mayor protagonismo a las exposiciones temporales. Y no se descarta, de hecho, que en algún momento lleguen a exhibirse en este complejo obras que hoy están en depósito en el Prado, tales como El jardín de las delicias de El Bosco, El descendimiento de Roger van der Weyden u alguna obra de Velázquez. Las Meninas serían palabras mayores.

La planta primera de la exposición permanente estará dedicada a la Casa de Austria, con un breve preámbulo reservado para los reinos medievales y la Casa de Trastámara, mientras que en la segunda planta se desarrollarán las colecciones de los distintos monarcas de la Casa de Borbón.

La tercera y última planta de visita pública, situada a nivel del Campo del Moro, se dedicará a las exposiciones temporales y al despliegue de grandes conjuntos singulares de las Colecciones Reales, además de un espacio exclusivo dedicado a la exposición de carruajes, alguno de los cuales siguen usándose en actos protocolarios y solemnes.

El Museo de las Colecciones Reales, a su vez, dedicará una atención especial al fomento de la difusión y conocimiento de los Reales Sitios a través de actividades específicas, trazando una red que conecte el nuevo museo con los distintos Palacios, Monasterios y Conventos Reales adscritos a la institución.

Su ubicación, en el centro de Madrid, en el conjunto arquitectónico del Palacio Real y La Almudena, sin contar con el valor de las obras que en él se muestren, permitirá que el museo se nutra del más de millón de visitantes que cada año recibe la que es una de las residencias oficiales de los Reyes de España.

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