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La cuadrilla de Morante tuvo que reducir a los antitaurinos que saltaron al ruedo
Soberbia faena de Morante en Marbella, donde se negó a matar un toro y será sancionado

Soberbia faena de Morante en Marbella, donde se negó a matar un toro y será sancionado

Fue la reivindicación del sevillano ante la autoridad, con quien ya discutió cuando saltaron al ruedo dos antitaurinos, a los que se identificó y se multó

Antonio M. Romero

Domingo, 9 de agosto 2015, 22:33

Morante de la Puebla, torero de una gran personalidad, fue el protagonista absoluto de la tarde taurina en Marbella. El diestro sevillano firmó una faena soberbia, de esas que quedan en el recuerdo de los aficionados, en la que se vació. Con el capote, tras un farol, fue ganándole terreno al toro dibujando cuatro verónicas de cartel con la rodilla genuflexa, que hicieron recordar a Antonio Ordóñez, rematadas con una serpentina. Con la muleta, destapó el frasco de las esencias para componer una sinfonía de ese toreo de aroma clásico, lleno de arte y sabor que encandiló a los tendidos. Fueron mejores las series por el pitón derecho, donde hubo hondura, temple y ligazón; los molinetes abelmontados se alternaron con las trincherillas; mientras que con la zurda trazó algunos bellos muletazos. Cuando llegó la hora de cambiar el estoque simulado por el de verdad, tiró la muleta al callejón y se negó a matar el toro esperando que sonaran los tres avisos. Cuando Talavante con el capote llevó al toro a chiqueros, el público en pie le tributó una gran ovación a Morante de la Puebla, a quien el delegado gubernativo ha abierto un expediente sancionador para que la Junta de Andalucía, la institución competente en materia de espectáculos, le imponga una multa económica. En otros tiempos, los toreros que se negaban a matar un toro solían dormir, detenidos, en la comisaría.

El gesto de Morante fue la reacción y su manera de reivindicarse ante los acontecimientos vividos a partir de la muerte del tercer toro de la tarde. En ese momento, el rumor que corría por los aledaños de la plaza antes del festejo se cumplió y dos antitaurinos saltaron al ruedo. Fueron reducidos por las cuadrillas de los toreros actuantes antes de que la Policía Nacional los sacara de la plaza entre el abucheo del público asistente. El diestro sevillano se encaró con el delegado de la autoridad recriminándole que no hubieran actuado antes para evitar la acción de estos dos individuos, según testigos presenciales de los hechos en el callejón, que añadieron que uno de los asaltantes era el mismo que hace unos días en Palma de Mallorca intentó agredir al torero sevillano. El público empezó a aplaudir y a corear: ¡Morante, Morante! Al término del festejo, los tres toreros Paquirri y Talavante se negaron a salir en hombros en un gesto de apoyo a Morante y de reivindicación de la fiesta mantuvieron una reunión con el delegado gubernativo donde éste, según explicó a SUR, les anunció que se abre expediente disciplinario a Morante por negarse a matar al toro y también se sancionará a los mozos de espadas y apoderados que intentaron agredir a los dos antitaurinos. Éstos, tras ser sacados de la plaza por la Policía Nacional, sólo se les identificó y se les propuso para una sanción económica. Estos episodios son cada vez más frecuentes en los cosos y algún día estas provocaciones pueden acabar en una desgracia.

Buen toreo y entrega

Respecto al resto del contenido artístico en el ruedo, los asistentes pudieron disfrutar, además de la torería de Morante, del buen toreo deAlejandro Talavante y de la entrega y la voluntad de Paquirri.

El diestro extremeño cuajó un buen recibimiento con el capote al tercero de la tarde, primero de su lote, que protagonizó una brava pelea en varas. Talavante comenzó el trasteo con ayudados por alto desde las tablas hasta el centro del ruedo, donde construyó una faena de poder y con mucha suavidad en la que domeñó a un benjumea que llevó la cara siempre muy alta. Mató de estocada.

En el sexto, con los asistentes aún comentando en los tendidos los acontecimientos protagonizados por Morante, Talavante logró meter al público de nuevo en la corrida con un gran y variado recibimiento a la verónica, donde hubo temple y suavidad. Con la muleta, el extremeño dejó unos estatuarios con la planta firme y series por ambas manos donde demostró que se encuentra en un gran momento profesional. Faena muy bien cimentada que rubricó con un metisaca y una estocada.

Abrió cartel, Paquirri, quien recibió al primero de la tarde con una larga cambiada y verónicas voluntariosas. En la recta final del trasteo de muleta sufrió una voltereta que le provocó un fuerte golpe en la pelvis y un pisotón que lo dejó falto de fuerzas. Se sobrepuso y lo mató antes de pasar a la enfermería. En el cuarto, ya mermado de facultades, no pudo recibir con el capote a un animal muy flojo que fue muy protestado por el público al perder varias veces las manos y caerse. Paquirri estuvo aseado y lo mató de una estocada.

En el primero de su lote, Morante dejó algunos retazos de su torería en la faena de muleta y dejó un pinchazo antes de cobrar una estocada.

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