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Ángeles Caso: «¿Vacaciones de un mes? No recuerdo las últimas»

Ángeles Caso: «¿Vacaciones de un mes? No recuerdo las últimas»

Aprendí a leer a los 6 años y tengo 56. Mi padre enseñó a sus hijos a amar los libros desde ‘chiquitinos’. Yo tengo ‘ebook’ y cada vez me gusta más, sobre todo porque soy ecologista. Me metí en política cansada de quejarme. Hacienda me dio un palo, pero no soy de rendirme

julia fernández

Domingo, 9 de agosto 2015, 23:39

Se ha metido en las arenas movedizas de la política.

Me cansé de ser una ciudadana quejumbrosa víctima de los políticos.

Y va y se apunta en un lista de Podemos y Equo. Anda que no les han caído palos...

Pero es normal. Todo lo que se ha generado a partir del 15-M da mucho miedo al establishment. Estamos poniendo en peligro un sistema que ha permitido que haya una serie de familias que se han perpetuado en el poder y que gozan de muchos privilegios.

¿Son ustedes peligrosos?

Sí, sí... Parecemos unas hordas de demonios con rabos y cuernos (risas). ¡Ni que hubiéramos hundido nosotros el país!

¿Es una roja bolivariana?

Roja claro que lo soy. Bolivariana, no. Mi modelo de Estado no es el de Venezuela. Prefiero Europa y sobre todo, la del norte.

También le han llamado casta.

Hay cosas a las que no hay que responder. Yo llevo ganándome la vida por mis propios medios desde muy joven y casi siempre en el mundo privado.

¿Duelen los palos?

No. Estoy muy acostumbrada. A los justos y a los injustos. Tengo repercusión pública desde los 24.

¿Tiene la piel gruesa?

Si no, no sobrevives.

¿Se ha llevado decepciones?

¿En la vida? ¡Infinitas! ¿Quién no? Siempre cuento con eso. En la política, dentro del grupo en el que estoy no, aunque no descarto que las pueda haber. Pero lo que he descubierto estos meses es que hay mucha gente valiosísima.

¿Qué título le pondría a su aventura?

¡Ay! (Se lo piensa). Recuperando la ilusión. Aunque suene cursi. Yo llevaba años muy decepcionada.

Y con problemas con Hacienda.

Como tanta gente. Se han puesto a revisar las declaraciones de muchísimos autónomos, entre ellas, las de un montón de escritores, y han decidido que lo que durante años se podía desgravar, ahora no. Hablo de gastos profesionales, que en mi caso eran la luz, el teléfono, el ADSL, la calefacción... Porque yo trabajo en mi casa. Acaba de haber una sentencia que nos da la razón.

Vaya experiencia.

Ha sido mala, chunga, no la he pasado silbando, pero hay que relativizar. Yo soy una persona que sigue teniendo recursos intelectuales y personales. No todo el mundo los tiene.

Dicen que fue una caza de brujas.

Yo sí puedo decir que me abrieron las cuatro revisiones diez días después de haber publicado un artículo sobre la Agencia Tributaria. No sé si es casualidad.

De todos los escritores solo usted ha dado la cara.

No lo hubiera hecho de no haberme visto obligada. Hablar de ello me da vergüenza. Pero se filtró y podía usarse en mi contra teniendo en cuenta que participaba en la campaña electoral, así que tuve que contarlo. En mi partido ya lo sabían.

¿Se le cayó el mundo a los pies cuando recibió la notificación?

Sí. Me pilló en un momento complicado, haciéndome una casa en Asturias para instalarme definitivamente y tuve que usar la hipoteca para pagar a Hacienda. Mis ingresos se iban reduciendo mes a mes. Aunque no me puedo quejar. No he sido rica nunca, pero he vivido bien.

¿Ha sacado algo positivo de esto?

Te obliga a reflexionar. Me ha hecho más fuerte, pero también más solidaria y empática. Creo que haber vivido en primera persona la sensación de que la Administración puede arrasar con tu vida impunemente me ha animado a participar en el debate político.

¿Cuánto ingresó por derechos de autor el año pasado?

164,48 euros brutos, que luego el neto es menos (risas). Ya no se puede vivir de la literatura.

Se fue de la tele corriendo, con la de dinero que se gana...

Ja ja. Si me hubiera quedado, a lo mejor no hubiera pasado por esto.

¿Le asustó la popularidad?

Me aterró.

¿Y qué piensa al ver a gente que va a realities y lo da todo por 15 minutos de fama?

Me parece inexplicable. No sé si la gente es consciente de que está vendiendo su alma al diablo, ni del precio que va a pagar.

¿Cómo son sus vacaciones?

Bueno, a ver... Vacaciones de aquellas de un mes no recuerdo cuándo tuve las últimas. Los escritores nos cogemos cuatro, cinco días... Siempre hay algo.

¿Este año también?

Sí, tengo un par de proyectos. En septiembre sale mi próxima novela y espero poder empezar la siguiente. Me quedaré por Asturias.

Sin Twitter, Facebook y Whatsapp, ¿está fuera del mundo moderno?

En absoluto. Soy una fanática de la tecnología, pero intento usarla a mi servicio y no ser su esclava.

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