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Regina Sotorrío
Viernes, 8 de mayo 2015, 15:00
Suelen ir en grupo, con camisetas hechas jirones -muchas del Barça- y con un recipiente en su mano que siempre está vacío a la espera de que alguien lo llene con azúcar, arroz y, si hay suerte, con alguna moneda. Son los talibés, niños de Senegal que supuestamente estudian el Corán en las daaras. Pero eso es la teoría. En la práctica, la mayoría de estos centros les enseñan poco y les exigen mucho; entre otras cosas, horas de mendicidad en la calle. Tres fotógrafos malagueños se han acercado con sus cámaras a esa realidad a lo largo de cuatro años. El resultado es 'Baal ma' ('Lo siento', en wolof, una lengua senegalesas), una selección de más de medio centenar de instantáneas en blanco y negro que desde hoy se exponen en el Rectorado de la UMA.
Ellos son Antonio G. Redondo, Paco Negre y Manuel Viola, cada uno ofrece su visión sobre una misma realidad y, aunque diferentes, comparten muchos elementos. Para empezar, huyen del sensacionalismo, de captar la dureza de esta situación sin más. Y en los tres cobra fuerza la mirada del niño, que "en muchos casos no corresponde con su edad; o han sufrido o saben que su vida no va a ser fácil", explica Paco Negre, que se detiene ante la instantánea 'Dafa. Ella', donde una mujer se dirige directamente al objetivo con un rostro que se difumina en un fondo negro. "Es la que más me impacta", reconoce.
En las fotografías de Antonio G. Redondo, hay miradas traviesas de niños que se conocen bien la calle, otras cómplices de quien se deja seducir por una cámara, y también suplicantes, conmovedoras, como la de la imagen 'Por favor, dame algo'.
Manuel Viola, quien empezó este proyecto, se cuela en las daaras, algunas en buen estado y otras (sobre todos las urbanas) en situaciones lamentables y dirigidas con crueldad. Es un mundo que descubrió por casualidad, cuando viajó a Senegal con la intención de fotografiar cayucos. "Y cuando llegué me encontré por la calle con estos personajes que te tiraban de la ropa, de la mano y que te pedían con un recipiente. No lo comprendía". Hacerlo le ha costado varios viajes a la zona.
Insite en que esta exposición, que comisarian María Jesús Bernet y Concha Casajús, no pretende ser "meramente artística". "También quiere enseñarle a la sociedad que esto existe, que esto debe terminarse y que la colaboración para ello es necesario. Hace falta que más ONG se impliquen en este tema", denunció.
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