Preparando la vuelta a casa

En las primeras páginas de la agenda de la nueva junta de la Academia de Bellas Artes de San Telmo se encuentra los preparativos para «celebrar la vuelta a casa». Se refiere José Manuel Cabra de Luna a la recuperación de la tradicional sede de la institución: el que será el Museo de la Aduana, conocido durante décadas como Museo Provincial de Bellas Artes.

Y es que al protagonismo y a la iniciativa cultural que la institución tuvo en siglos anteriores se debe la creación de la Academia Provincial de Bellas Artes, en la que dio clases el padre de Picasso, Pablo Ruiz Blasco.

También la creación del Museo de Bellas Artes de Málaga fue una iniciativa de los académicos de San Telmo. La primera de las adquisiciones pudo tener lugar en 1866, año en el que la Academia compró dos óleos representando floreros del pintor Bracho Murillo, por los que pagó 4.000 reales. En los años siguientes, los fondos se nutrieron con las donaciones de pintores como Muñoz Degrain y Nogales Sevilla, así como de colecciones y donaciones de los propios académicos.

Después de muchos intentos y tras constituirse el Patronato del Museo el 3 de febrero de 1915, la pinacoteca fue inaugurada el 17 de agosto de 1916 en unos salones de una casa de la malagueña calle del Císter. El 28 de abril de 1961 se reinaguró en el palacio de los Condes de Buenavista, en donde permaneció hasta 1997, año en el que el edificio fue clausurado para convertirlo en la sede del Museo Picasso Málaga.

Desde entonces, la academia malagueña carece de sede oficial. Con un horizonte de apertura a finales de este año, los académicos empezarán a preparar la vuelta a su sede en el Palacio de la Aduana, junto a la colección de Bellas Artes, después de 18 años de diáspora.