Secciones
Servicios
Destacamos
Regina Sotorrío
Jueves, 29 de enero 2015, 01:29
Es la aspiración de todos, pero pocos pueden decirlo. Ella sí: «Soy una de las personas más felices en el mundo». Concha Velasco siente verdadera pasión por su nieto, disfruta de la profesión con la obra Olivia y Eugenio y, lo más importante: «Ya estoy curada». Lo aclara nada más comenzar la charla para que se dejen de trazar paralelismos entre su situación personal tras superar un linfoma que le detectaron el año pasado y su personaje en el teatro, que sufre una enfermedad similar. «No tiene nada que ver conmigo. Y quizás por eso me salga tan bien», asegura. Le da al réplica sobre el escenario un actor con Síndrome de Down (Hugo Aritmendiz o Rodrigo Raimondi, según función), una lección de «bondad» y buen hacer. Hoy charlará con su público en el ciclo Un café con..., que organiza La Térmica en el Edgar Neville. Mañana y el sábado levantará el telón del Cervantes, dentro del Festival de Teatro.
Dicen que el teatro es terapéutico, parece que en este caso lo está siendo aún más.
No, no tiene nada que ver. Ya estoy curada, gracias a Dios, ayer (por el martes) tuve mi revisión y estoy perfecta. Nunca el teatro ha sido mi terapia. El teatro es mi vida, es mi pasión, es mi alegría, es mi amor eterno La única terapia que tengo yo es mi nieto, el volver a casa y hablar con él. Esta es una obra que tenía elegida desde hace cuatro años, desde que la estrenó Herbert Morote en Perú. Lo que pasa es que al principio, como me puse a trabajar en plena recuperación, se le pusieron paralelismos, pero no tiene nada que ver conmigo. Y quizás por eso me salga tan bien.
En Blanco Teatro estrena hoy en el XXXII Festival de Teatro su adaptación de Las preciosas ridículas, la primera obra costumbrista del autor de El médico a palos y el germen de la comedia francesa. Nora Aguirre adapta y dirige el primer éxito de Molière en la que será la primera producción para adultos de la jovencísima troupe malagueña, que cuenta entre sus filas con Steven Lance, Mariché López, Noelia Galdeano, Marina Devesa y Raquel Casanova. Una renovada versión en la que convergen el preciosismo, el esnobismo y lo kitsch que se verá a las 21.00 horas en el Echegaray (15 euros).
Mientras tanto, continúa la programación Off con nuevas apuestas, como la que presenta A Telón Cerrado. Rafatal inaugura mañana y el sábado el ciclo Artistas en 3D en el Hotel Molina Lario (a las 21.00, 21.30 y 22.00 horas). Se trata de acercar la obra y al artista a los espectadores en tres espacios distintos y en el contexto de una fiesta, que en este caso animará su alter ego Dj Tormento. Reserva de entradas en ateloncerrado.malaga@gmail.com.
Pero es una obra emocionalmente intensa que hace en un momento con las emociones a flor de piel.
Eso sí. El texto es maravilloso. El autor tiene un hijo Down y a través del personaje de Olivia quiso hacer también una crítica social que, por desgracia, está de plena actualidad. Cuando se habla de corrupción, por ejemplo, parece que improvisamos cada día. Olivia se enfrenta con el mundo entero haciendo una revisión de ella misma, del fracaso de su vida, del fracaso de sus relaciones personales. La obra aborda todo lo que le puede pasar a una mujer que ha renunciado a mucho para estar con su hijo con Síndrome de Down. Siempre empieza con la frase «¿Sabes Eugenio?». Es una justificación para que ella saque a flote todo el dolor de su vida. Habla de la eutanasia, de Dios y de todo.
Como se pregunta en esta obra, ¿quién es el normal en esta vida?
Eso es. ¿Quiénes son los normales y los anormales? Son unos seres maravillosos, puros, inocentes Son buenos por naturaleza. Una de las frases más bonitas de la obra dice: «Voy a brindar por ti porque eres la única persona que no me ha defraudado. Eres el único niño que no cambia con los años. Eres y serás siempre mi eterno bebé». Y siempre les repito eso cuando volvemos al camerino.
¿Qué lecciones le han dado Aritmendiz y Raimondi?
El cariño inmenso que sienten sus padres y sus familiares por ellos, la dedicación, la bondad Y todo lo que aprenden lo aprenden estupendamente. No fallan nunca en escena. Es una maravilla. Ahora incluso me ayudan si yo me equivoco.
Y, en estos momentos, ¿no hubiera preferido una obra menos intensa?
No, yo hubiera hecho esta obra por encima de todo. Esto no ha sido una casualidad. Como ahora, que tengo afortunadamente encima de la mesa dos obras para hacerlas en 2016.
Y eso que cada cierto tiempo se escucha que puede dejar los escenarios, que se jubila
Yo estoy jubilada, sí, porque me corresponde estarlo. Tengo 75 años. Pero, ¿te imaginas si todas las actrices mayores dejáramos de trabajar? ¿Quién haría los papeles? ¿Las jovencitas disfrazadas, como decía la gran Meryl Streep? No, las actrices tenemos que hacer nuestro trabajo mientras tengamos la cabeza bien puesta. Y la mía es maravillosa. ¿Por qué iba a dejar de trabajar si esta es mi pasión?
Por descansar, por estar más tiempo en casa con la familia
¡Pero si yo estoy muchísimo con mi familia! Mis hijos han nacido en un camerino y se han criado ahí. Yo estoy con mi familia más que nadie, y cuando viajo vienen conmigo.
«No soy famosa»
Ha sabido conciliar.
Los actores y las actrices vivimos con la familia muchísimo. Serán otros personajes que no tienen nada que ver, pero no nosotros. Hay que quitar los estereotipos. Y no soy famosa, soy actriz. Y es un trabajo muy serio, muy importante, muy difícil, tenemos que estudiar mucho, somos gente comprometida con la sociedad Reivindico que somos otra cosa.
Sergio Peris Mencheta decía que el teatro realmente puede ayudar a cambiar las cosas.
Así es. Los actores cuando elegimos una obra aceptamos un compromiso social. Acepté esta obra porque quería hablar de esto hace cuatro años. Igual que acepté Hécuba porque quería hablar de la injusticia.
Cuando presentó la obra en Madrid dijo que hace «falta un soplo de aire fresco»...
Yo lo tengo. En este momento soy una persona diferente porque tengo la suerte de que casi todos mis sueños se han cumplido. Ser actriz, madre, abuela... Si yo me quejara vendría Dios a darme con un palo en la cabeza. He estado gravísima, he salido de cuatro operaciones en pocos meses y ayer mis médicos se sorprendían de la energía que tengo. Soy una de las personas más felices en el mundo.
Estamos en un año electoral
No, yo no hablo de política ya. Como es un año de elecciones, ahora les toca a otros. Como veo que hay mucha confusión, mucha tertulia, mucha gente que sabe de todo, que hablen los que sepan. Yo no sé.
Lo que tenga que decir, solo sobre las tablas.
Como siempre. Otras veces en mi vida he tenido otra manera de comportarme, pero con 75 años ya no voy a hablar de eso porque ya hay quienes lo hacen.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.