PPLL
Lunes, 29 de septiembre 2014, 01:25
Al cartel de Pozoblanco le llamaron maldito. Aquella tarde murió Francisco Rivera y más tarde un toro le partió el corazón al Yiyo. Del cartel solo queda en pie Vicente Ruiz ElSoro, el eterno superviviente. «Esa tarde me ha perseguido siempre como una sombra y me ha costado mucho vivir con ella. Todos los días de mi vida he pensado en Paquirri. Él lo era todo para mí», explica. El Soro quedó en pie a medias.Un año más tarde, un toro le partió una rodilla y lo dejó cojo de por vida. Pasaron más de 20 años y cincuenta operaciones en las que estuvieron a punto de amputarle la pierna y que lo postraron en una silla de ruedas. Este agosto, se vengó del destino después de que le operara el doctor Cavadas y volvió a torear. «No sé cómo estoy aquí. A veces creo que Dios es sorista».
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