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Los nueve artistas africanos posan en el patio de la Casa Invisible, donde se alojan durante su estancia en Málaga.
Las fronteras se rompen con arte

Las fronteras se rompen con arte

Nueve artistas africanos hacen parada en Málaga en un intenso viaje creativo desde Nigeria hasta Bosnia

Regina Sotorrío

Martes, 19 de agosto 2014, 01:56

Hay dos tipos de fronteras. Unas se ven, son puramente físicas y se atraviesan con un documento en la mano. Las otras son invisibles, se sienten y contra ellas no hay papel que valga... están en la mente. Nueve artistas africanos ponen rostro, texto e imagen a las distintas clases de barreras en Invisible Borders, un viaje creativo de Nigeria a Bosnia que ahora se detiene en Málaga. El reto es vivir la experiencia del trayecto, intervenir en cada ciudad, interactuar con sus gentes y sus artistas locales y demostrar así que, en cuestión de arte, no existen las fronteras. «La relación entre Europa y África es siempre vertical, de norte a sur. Queremos cambiar el punto de vista y hacer que esa relación sea horizontal: de tú a tú», explica el fotógrafo Emeka Okerere, el director artístico.

Tras cuatro ediciones de road trip por África, Invisible Borders da por primera vez el salto a Europa y Málaga es su puerta de entrada. Llevan más de 70 días en la carretera, y les quedan por delante otros más. En la mochila cargan con cientos de vivencias, con momentos de euforia y «otros de agotamiento emocional» reconocen, de su paso por Nigeria, Togo, Ghana, Liberia, Sierra Leona, Guinea, Senegal, Mauritania... Y cuando se despidan de Málaga el 23 de agosto les esperan en Madrid y Barcelona, antes de continuar por Francia, Bélgica, Alemania... hasta Sarajevo.

En este tiempo han chocado de lleno con esas fronteras invisibles contra las que luchan. Con todos los papeles en regla, Marruecos negó la entrada a los artistas nigerianos y subsaharianos. La furgoneta en la que viajaban tuvo que quedarse en Mauritania, y el grupo se vio obligado a tomar un vuelo desde Senegal rumbo a España. Su defensa del Sahara libre está detrás de la prohibición. «Eso y la política migratoria cerrada de algunos países de la UE. La frontera con Europa no está en España, está en África», lamenta Dawitt Petros.

Como reconocen las tres únicas mujeres de Invisible Borders, los límites físicos y los controles policiales que en principio les generaban más «miedo» han resultado más fáciles de afrontar que las barreras «emocionales». Admiten que en determinados lugares públicos de África se han sentido «incómodas por ser el centro de las miradas». «En Mauritania éramos las únicas en la calle», cuenta la escritora Renee Mboya. «Porque las mujeres somos muy visibles o completamente invisibles, depende del espacio», reflexiona la escritora Lindokuhle Nhlakanipho Nkosi. Y existen artistas africanas femeninas «con mucho talento, pero nunca están en primera línea», aporta la artista multimedia Heba Amin.

Experiencias

Todos esos sentimientos y experiencias se empiezan ya a plasmar en miles de fotos, decenas de artículos e incontables horas de vídeo; pero darán verdaderos resultados cuando asimilen todo lo visto, sentido y oído. «¿Qué espero de este viaje? Cada día voy descubriendo la respuesta», asegura el artista multidisciplinar Dawit Petros. «Está ocurriendo muy rápido y ahora mismo no somos aún conscientes de todo», añade Lindokuhle.

Pero ciudad a ciudad los proyectos individuales van creciendo. Más de 400 gigas de memoria ha ocupado ya el fotógrafo Angus Mackinnon con distintas series de instantáneas, como la que retrata a los taxistas. «Son las personas que mejor conocen la ciudad; acceder a ellos es una forma de representar en poco tiempo ese lugar de una forma eficaz», explica. Primero hace un expresivo primer plano y después los inmortaliza frente a sus vehículos, en su contexto y con una tela blanca como fondo en un guiño a los antiguos estudios africanos. En los próximos días, sumará el rostro de algún taxista de Málaga.

La fotografía es también la herramienta de Tom Saater, que hace visible con su cámara al colectivo LGTB y a las parejas mixtas. En escritos, instalaciones o imágenes, Dawitt Petros reflexiona sobra la inmigración en África, fuera de África y en Europa;mientras que Emmanuel Iduma le pone palabras a las emociones que vive en textos que luego sube al blog del colectivo. «Es un boceto, parte de un trabajo mayor que haré cuando reflexione tras el viaje», añade.

También dejarán su huella en Málaga, empezando por la misma Casa Invisible que les aloja. «Harán una intervención, una especie de favor de ida y vuelta», explica la fotógrafa Marina Reina, coordinadora de la parte española de esta aventura. Con artistas locales como Javier Hirschfeld y Alfonso Silva, del colectivo Los Interventores, participarán en una acción fotográfica que colocará en algún lugar de la ciudad un estudio portátil inspirado en la tradición africana de los años 50 y 60 para que pose quien quiera. Y el artista urbano malagueño Dadi Dreucol pondrá su firma en un rincón de la capital junto al graffitero sudafricano Breeze Yoko. Porque el origen es lo de menos, les mueven las mismas inquietudes. «Ser artista tiene los mismos retos aquí y en África», coinciden. Es algo universal.

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