El Brujo: «Hoy existe la libertad de aceptar lo que te ha caído por cojones»

Dice Rafael Álvarez El Brujo que hoy somos libres, pero con matices: «Existe la libertad de aceptar lo que te ha caído por cojones, es la única libertad». Porque siempre hay dos opciones ante la dura realidad: «Llevarla de mala hostia o afrontarla de manera constructiva y positiva, creando las mejores condiciones a partir de la putada que te ha caído». Y ahí está nuestro poder de decisión, reflexiona el siempre lúcido, profundo e irónico El Brujo. Todas esas cualidades las vuelca en su nueva obra, La luz oscura de la fe, donde muestra la vida y obra del poeta místico San Juan de la Cruz a través de su particular mirada. El artista la estrena hoy y mañana en Málaga, precisamente en el escenario más místico de la ciudad: el patio del Palacio Episcopal, ahora llamado Ars Málaga.

La luz oscura de la fe parte de dos episodios de la biografía de este poeta del XVI: uno de su niñez, cuando cae en un pozo oscuro donde tiene una cierta revelación que le salva la vida «un acontecimiento muy poético», puntualiza El Brujo; y otro en su madurez, cuando estuvo preso en una cárcel de los Carmelitas por encabezar una reforma en el seno de la orden. «Y de allí huyó de una forma muy cinematográfica», adelanta El Brujo. Desde el mismo título de la obra, Rafael Álvarez hace un guiño al lenguaje poético de San Juan, con ese «juego de paradojas y de equivalencias de conceptos que son aparentemente antitéticos pero cuyo choque revela otros significados». De hecho, explica que la fe para San Juan se expresaba como una luz, «no física ni visual», sino como aquello que iluminaba el «oscurecimiento del entendimiento humano».

San Juan de la Cruz, «una figura de la mística de Occidente poderosísima», se incorpora así a la nómina de personajes religiosos revisados por El Brujo (con obras como El Evangelio de San Juan, San Francisco, juglar de Dios). Y habrá más: «Estoy investigando sobre la figura de Santa Teresa, porque el año que viene se cumple el quinto centenario de su nacimiento».

¿De dónde viene su fascinación por estos personajes?

Lo realmente verdadero en la vida es la búsqueda eterna y la búsqueda esencial, porque el hombre que alcanzó su objetivo en esa búsqueda lo ha encontrado todo. Y ellos eran muy adelantados en esa búsqueda y incluyo algunos eran el propio objeto de la búsqueda, como en el caso de Jesús.

En su opinión, «todo el arte, toda la literatura, toda la filosofía e incluso la ciencia deberían de estar imbuidas de ese anhelo metafísico superior». La misión del artista es «contribuir a esa búsqueda porque es realmente lo que interesa, lo único que ilumina la vida». Y avisa:«No la ilumina ningún partido político, ni ninguna creencia religiosa. A cierta edad a uno lo mismo le da la monarquía que la república, la derecha que la izquierda, porque la vida sigue y se reproducen los mismo tics y los mismos problemas».

Él, afirma, ha encontrado esa luz. «A veces se manifiesta en destellos fuertes pero breves. Esas son las señales que te dicen que sigas caminando por esa oscuridad que de vez en cuando se ilumina con una sorpresa, con un prodigio o con un momento de conciencia que te explica todo y te hace entender lo que ocurre alrededor», señala El Brujo, que no oculta ese «lado místico que todo gran artista tiene, incluso los que se manifiestan como ateos o agnósticos».

Se declara firme defensor de la transmisión oral, «un objeto de artesanía antigua muy valioso»; pero no reniega de las nuevas herramientas de comunicación. «Sería como decir que no me interesa el avión o el ordenador». Para él, las redes sociales son un «altavoz» de la comunicación que hay que saber aprovechar sin abusar. Y si bien es cierto que los whatsapp, sms, twitter y demás han creado un nuevo «lenguaje sintético» en el que todo se comunica rápido y corto, también es verdad que «los juglares tenían su propio lenguaje con onomatopeyas y gestos». Se trata de ver de forma constructiva la realidad. Como explica al principio de estas líneas, ahí reside la libertad.