Irene Manzano
Jueves, 21 de noviembre 2024
Cuando era una niña, Alicia González (1996, Málaga) fantaseaba con que en su trabajo de ensueño podría llevar tacones todos los días del año. Una ilusión que no se imaginaba que el paso del tiempo la convertiría en una realidad de carne y hueso pero a miles de kilómetros de su pueblo natal, Coín. Tampoco pensaba que sus ídolos, los cantantes de reguetón que escuchaba cada día, se convertirían en sus clientes y que sería ella misma la que se encargaría de asesorarlos.
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Estudió la carrera de Derecho en la Universidad de Málaga, donde descubrió que los despachos convencionales no eran lo suyo, buscaba algo «más divertido». En Madrid, terminó su formación con dos másteres, realizó tres meses de prácticas en el despacho Zaldua Etxebarria y se quedó. «Les gusté, a mí me encantó también porque llevaban a artistas, deportistas…Trabajaban con Luis Suárez, con Toni Kroos o con Xabi Alonso. Compaginaba temas legales con negociaciones», recordó González.
Tres años más tarde, después de un festival en Miami, su rumbo tornó completamente diferente. «En el despacho trabajábamos con artistas como Rosalía o Rauw Alejandro y por trabajo tuve que acudir a un festival en Miami. Ahí me di cuenta de que quería dedicarme a algo que mezclara el mundo musical con lo mío», resaltó la malagueña.
Buscó empleos que estuvieran relacionados con el ámbito legal y musical en Miami, a través de Internet 'aplicó' para el trabajo y les envió un correo electrónico con su trayectoria profesional. A la semana siguiente la llamaron, pasó la entrevista y a finales de 2022 comenzó su etapa en WK Entertainment, donde actualmente se dedica a asesorar legalmente a artistas de la industria del reguetón.
«Trabajo en la compañía que gestiona a cantantes como Maluma, Emilia, Prince Royce, Wisin... Aunque ellos tengan su propio abogado personal de contacto dentro de la empresa necesitan tener a alguien en el ámbito legal», señaló la experta musical. A diferencia de Estados Unidos, donde el nicho de mercado se encuentra más cerrado, en España su puesto no es tan factible.
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«Detrás de cada canción que sacan los artistas hay mucho trabajo que no se ve. A lo mejor hay una canción que está grabada de dos artistas enormes desde hace años, pero no ha salido porque los dos sellos discográficos no han llegado a un acuerdo», subrayó González.
«En España, la profesión de abogado no es súper especializada, sino que tienes un abogado al que recurres para todo, desde la compra de una vivienda a una firma de un contrato», explicó la asesora. Y añadió que su trabajo consistía en lo que se conocía como 'family office', que consiste en cuidar el patrimonio del cliente a lo largo de todo el año.
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La abogada no solo se enfrentó a un abismo de miles de kilómetros de distancia con su familia y amigos sino también a leyes distintas, un inglés con el que no terminaba de habituarse y un trabajo mucho más intenso.
Cuando aterrizó en la ciudad estadounidense, la asesora se sorprendió: «La industria es súper distinta y la forma de trabajar... Solía decir que en España trabajaba un montón, pero nada que ver con esto, es muy fuerte el cambio de mentalidad, tienes que estar siempre conectado aquí».
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Reto personal y profesional
Cuando le preguntaron cuál era su mayor reto respondió: «Mi mayor reto ha sido salir de mi país, venir sola, empezar de cero un trabajo totalmente diferente al que estaba acostumbrada y que no tiene nada que ver con la ley que conocía». Haciendo un repaso a su crecimiento laboral y personal, reveló que desde que entró en la empresa hasta la actualidad, esa fue «la mejor universidad que pudo tener».
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González sostuvo que se dio cuenta de que lo realmente importante a la hora de que te contraten «son la experiencia, las ganas y la actitud». «Si puedes aprender algo nuevo y tienes ganas, te dan la oportunidad. Eso es muy distinto a la mentalidad fuera de España. Aquí hay oportunidades para todo el mundo».
La joven confesó que a pesar de su anterior vida estable, «sentía que necesitaba algo más, estaba cansada y sabía que esta oportunidad no se repetiría en la vida». Ahora, se considera una emigrante de un país al que aunque echa de menos, no se plantea volver a corto plazo. «Ves los resultados de tu trabajo con un equipo de gente súper diferente y muy divertida. A día de hoy sí estoy muy feliz y me siento realizada».
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