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Parte de la exposición de Marta Iranzo, 'Un Gesto, Un Objeto, Un Habla'. Crónica
La ola del melillero se transforma en mito en la exposición 'Un Gesto, Un Objeto, Un Habla'

La ola del melillero se transforma en mito en la exposición 'Un Gesto, Un Objeto, Un Habla'

La artista Marta Iranzo presenta una obra que invita a redescubrir el paisaje en la Sala de Exposiciones Chema Cobo de la UMA

Ana Noguerol

Martes, 4 de febrero 2025, 19:10

Bajo el cielo cambiante de Málaga, donde el Mediterráneo se mezcla con la brisa y la luz, se abre una ventana a un universo de simbolismos y sensaciones. La Sala de Exposiciones Chema Cobo, en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga (UMA), se transforma en un escenario donde el arte se hace narrativa, y donde cada gesto, cada objeto y cada habla se convierte en un relato de lo cotidiano elevado a mito. Así es 'Un gesto, un objeto, un habla', la exposición de la artista multidisciplinar Marta Iranzo, que invita a adentrarse y a redescubrir el litoral a través de una mirada cargada de poesía y reflexión.

Imagina el instante en el que un barco se aproxima al puerto, generando una ola que, por un efímero momento, altera la familiar silueta de la orilla. Este fenómeno, conocido en Málaga como la 'ola del melillero', se erige en el eje simbólico del proyecto. «El título alude a las tres ideas que vertebran la exposición: la ola, el barco y la inundación», explicó Marta Iranzo. «El gesto es la acción mínima, es tentativa; el objeto es la memoria de esa acción, su sedimentación; y el habla, o lo mítico en términos barthesianos, es la narrativa que surge entre ellos, es decir el modo de decir el mundo», continuó.

Iranzo explora, a través de sus obras, esa capacidad inherente a lo cotidiano de cargarse de significado, de volverse testigo de la transformación y de invitar a una reflexión sobre la manera en que se habita y se siente el entorno. Ella comenta que le interesa pensar en la obra artística como algo que se mueve entre esas tres dimensiones.

En su obra, Marta Iranzo invita a renunciar a las certezas, a los contornos definidos, una forma de abrirse a lo sensible, a lo incierto. «Se trata de un espacio para la observación pausada, para la atención a lo mínimo; para que el espectador en su recorrido pueda construir sus propias conexiones», anotó Iranzo.

«Me interesaba cómo esta imagen local, la de 'la ola del melillero', que muchos reconocemos sin cuestionarla, podía convertirse en un dispositivo de sentido»

Marta Iranzo

Con una propuesta que es a la vez una exploración estética y una meditación sobre la memoria geológica y cultural, la exposición se construye como un mapa simbólico en el que cada fragmento evoca a desplazarse por un territorio incierto y desbordado de historias. «Me interesaba cómo esta imagen local, la de 'la ola del melillero', que muchos reconocemos sin cuestionarla, podía convertirse en un dispositivo de sentido», explicó Iranzo. «Su efecto es mínimo sobre la playa, pero su presencia en la memoria colectiva le proporciona la suficiente potencia poética como para hacer de este fenómeno una imagen vibrante en el fondo de la percepción», concretó.

«Considero importante el trabajo de reimaginar cómo nos relacionamos con el espacio y con los relatos colectivos, todo esto se traduce en una búsqueda de signos que trascienden lo momentáneo, que insinúan otras maneras de leer el mundo», apuntó Marta Iranzo. Para ella, lo interesante de trabajar con la memoria geológica, los gestos místicos y los paisajes transformados es la revelación de significados muchos más profundos en lo cotidiano.

Su exposición tiene influencias de todo tipo, entre ellos Fermín Jiménez Landa o Alejandra Riera, pero también se encuentra mucha presencia de lo fílmico. «'Se puede filmar lo imaginario', de Juan Sebastian Bollaín ha sido un cortometraje en el que he pensado mucho durante el desarrollo del proyecto», comentó. Pero, además de por éstos, también se ve influenciada por las imágenes de Andrei Tarkovski, Marguerite Duras o la escritura de Eugenia Almeida.

Parte de la exposición de Marta Iranzo, 'Un Gesto, Un Objeto, Un Habla'. Crónica

La exposición ha sido comisariada por Jesús Palomino y Jorge Montalbán, dos referentes en el panorama artístico actual que han sabido resaltar la riqueza conceptual del proyecto. «Ambos conocen este proyecto desde su gestación, cuando aún era una masa informe», comentó Marta Iranzo. «Ellos entienden bien cómo funcionan las imágenes que tengo en mente, saben de su complejidad y cómo ayudarme a ponerlas sobre la mesa sin perder de vista lo esencial», continuó.

La muestra la acompañarán textos de ambos comisarios, complementando la experiencia visual con un análisis profundo y reflexivo que invita a repensar los límites entre el arte, la naturaleza y la narrativa. «Sus textos dialogan en paralelo a las piezas, expanden los significados y ofrecen nuevas lecturas a partir de sus prismas particulares», explicó Iranzo. Esta doble lectura, visual y literaria, enriquece el diálogo entre la obra y el espectador, ofreciendo múltiples claves para interpretar el gesto transformador que se plasma en cada intervención.

La muestra se podrá visitar en la Sala de Exposiciones Chema Cobo de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga. La exposición estará abierta al público hasta el 27 de febrero de 2025, en un horario de lunes a viernes de 9:00h a 14:30h y de 16:00h a 20:30h.

La entrada es gratuita, lo que invita a un público amplio a adentrarse en un diálogo abierto entre el arte contemporáneo y la identidad local.

«Si al salir de la sala alguien sigue pensando en el paisaje inundado, en cómo habitarlo, y que encuentren un espacio para imaginar otras formas de decir el mundo, entonces el proyecto habrá cumplido su propósito», finalizó Marta Iranzo.

La artista

Nacida en Málaga en el año 2000, Marta Iranzo se ha labrado un camino en el mundo del arte contemporáneo. Graduada en Bellas Artes por la Universidad de Granada en 2023 y con un Máster en Producción Artística Interdisciplinar por la UMA en 2024, Iranzo ha desarrollado proyectos que trascienden lo convencional, integrando diversas disciplinas y experiencias en un discurso unificado. Su trayectoria incluye residencias artísticas en instituciones como el Centro José Guerrero (Granada, 2021), el Museo de Arte Contemporáneo Florencio de la Fuente (Cuenca, 2022) y AlRaso 23 (Granada, 2023).

Además, la joven artista ha participado en colectivas y proyectos colectivos, como 'No era lo único que podía imaginarse' (Granada, 2022), Open Studios 24 (Málaga, 2024) y PROYECTOR 24 (Madrid, 2024). En solitario, ha presentado proyectos como 'You Are Here' en Espacio 11m3 Projektraum (Weimar, 2021) y 'Sigue buscando cosas en lugares donde no hay nada' en Espacio Lavadero (Granada, 2022), consolidando así su propuesta estética y conceptual que se funde con la identidad y el paisaje malagueño.

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