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Mery Carmona
Lunes, 14 de abril 2025, 19:20
La lucha contra el cáncer ha encontrado un poderoso aliado en la investigación desde la Universidad de Málaga. El grupo Oncobiota, liderado por la doctora María Isabel Queipo, está trabajando para transformar el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de colon y de mama mediante la detección de biomarcadores en la microbiota, señales de alerta en nuestro organismo. No es baladí, la investigadora lleva tres años en el índice de Shanghai de los 2.000 investigadores más relevantes a nivel mundial.
En la actualidad, tras trece años en el campo, Queipo y su equipo han logrado encontrar bacterias que «son capaces de identificar el subtipo de cáncer al inicio del diagnóstico o si va desarrollándose o no», pero que además pueden alertar de una posible recaída del paciente tras el tratamiento.
La investigadora confiesa que siempre le ha gustado trabajar con enfermedades infecciosas, metabólicas y con el propio cáncer, y que su trabajo viene desde Toulouse, Francia. Allí trabajó con Rémy Burcelin, experto en microbiomas, y decidió especializarse en el mismo campo ya que era muy desconocido todavía. Los descubrimientos fueron llegando uno detrás de otro, Queipo fue pionera al «poner a punto una técnica de PCR a tiempo real para la detección de brucelosis, endémica en Málaga, que no existía hasta el momento». La brucelosis, como tal, es una infección por una bacteria transmitida de animales a personas, en ocasiones tras consumir productos lácteos crudos o sin pasteurizar.
Desde un comienzo, la doctora asegura que encontraron bacterias patógenas y protectoras en todos los campos, pero que en enfermedades endocrinas y en cáncer son muy representativas al colaborar con el diagnóstico. «Nos ayudan en el diagnóstico y en la identificación de en qué pacientes van a debutar o no van a debutar, que es nuestro objetivo», pero que tal y como Queipo admite, han de ser técnicas complementarias por su complejidad y falta de disponibilidad. «El análisis bioinformático es muy complejo y no va a estar disponible en cualquier centro clínico».
Investigación del grupo Oncobiota en Tik Tok @cronicauma
De por sí, la rutina es algo extensa: «Todos los días vienen pacientes desde el hospital, en rayos. Se les lee el consentimiento informado, lo firman, les sacan las muestras, nos avisan, se recoge la sangre, las heces o el tejido tumoral…». La enumeración parece larga en un primer momento, pero es que esa es solo la fase de recogida de lo necesario para empezar su investigación. Queipo calcula que, de media, suelen tardar tres meses ya que necesitan 70 muestras simultáneamente por chip ya que su coste es elevado.
La colaboración en término de muestras es con el hospital Virgen de la Victoria, con el servicio de oncología médica, pero es que el grupo Oncobiota tiene financiación de varias fuentes. «Solemos publicar bastante, entorno a cinco o seis artículos al año y casi siempre en revistas del primer cuartil, con un índice de impacto más alto», lo que para la doctora y para su grupo es, en resumidas cuentas, un trampolín a conseguir proyectos financiados dentro de una misma línea de investigación.
Su trabajo ha avanzado bastante. Desde el análisis del microbioma para el diagnóstico de enfermedades como la obesidad o la diabetes, a que desde Estados Unidos le pidiese la técnica de detección de la brucela por si acaso la necesitaban. De momento, confiesa, que su objetivo es acercar la ciencia a la ciudadanía a través de charlas, y sobre todo luchar al lado de los pacientes detectando recaídas o posibles probióticos para la mejora de su diagnóstico y tratamiento.
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