María Donoso
Viernes, 25 de octubre 2024, 19:29
Observar cómo un grupo de estudiantes de diferentes nacionalidades se agrupa en la playa para participar en una actividad, en este caso un amistoso juego de voleibol, es algo recurrente en Málaga. Estos encuentros, aparentemente simples, esconden algo más profundo: un intercambio cultural lleno de significado. La ciudad del sol se convierte en el escenario ideal para la conexión entre estudiantes de diferentes culturas, una oportunidad facilitada gracias a ESN Málaga (Erasmus Student Network).
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Esta organización, gestionada por voluntarios, se dedica a crear un entorno de apoyo, amistad y experiencias inolvidables para los Erasmus que llegan a la ciudad. Sara Crespi, estudiante de Publicidad y parte de la Junta Directiva de ESN Málaga, comparte su perspectiva sobre el trabajo diario en la organización: «Mi día a día empieza revisando correos, coordinando actividades y atendiendo a los estudiantes que llegan con dudas. Ya sea un problema con el alojamiento o cómo obtener descuentos, estamos aquí para ayudar». Esta labor de apoyo no se limita a cuestiones administrativas; también implica organizar actividades recreativas y culturales, como visitas a museos, salidas a la playa o eventos deportivos.
Un puente de culturas y experiencias
El lema de ESN, «Student Helping Students», refleja el compromiso de los voluntarios por ser un puente para los Erasmus, quienes a menudo se sienten perdidos en un entorno desconocido. «Intentamos ser un poco esos padres que los acogen para que luego vuelen libres y aprovechen al máximo su experiencia en Málaga», dice Sara.
ESN Málaga no solo se enfoca en el ocio. Los voluntarios organizan en su calendario mensual, eventos temáticos que se alinean con festividades locales, así como actividades que promueven el aprendizaje y la sostenibilidad, como limpiezas de playas. «Nuestro objetivo es que los Erasmus no solo disfruten de la fiesta, sino que también conozcan y aprecien la cultura local», destaca Sara.
«Los viajes suelen tener una gran demanda. Estamos programando salidas a lugares emblemáticos como Granada y Ronda, que permiten a los estudiantes descubrir la riqueza cultural de Andalucía», explica Sara. Por otro lado, Belén de la Rosa, graduada en Farmacia por la Universidad de Sevilla y voluntaria en ESN Málaga, señala que una de las principales responsabilidades de los voluntarios en la organización de viajes es velar por el bienestar de los grupos. Belén y Sara destacan también la importancia de la tarjeta ESN. «Es una herramienta clave para los estudiantes Erasmus en Málaga, ya que les permite acceder a descuentos exclusivos en actividades, viajes, restaurantes y otros servicios locales y europeos», cometan. Además, esta tarjeta es la llave que facilita la participación en eventos organizados por la ESN Málaga, como intercambios lingüísticos, excursiones y fiestas temáticas.
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Una comunidad global unida por la misma causa
Una de las fortalezas de ESN Málaga es su conexión con otras secciones de ESN en todo el mundo. «No estamos solos; hay una red internacional de estudiantes que comparten los mismos valores y objetivos», enfatiza Sara Crespi. Esta comunidad permite que los voluntarios y estudiantes de diferentes países se unan en eventos como el «Erasmus Generation Meeting», donde se fortalecen lazos y se comparten experiencias. En este sentido, la comunicación y el marketing son esenciales para la visibilidad. Álvaro José Díaz, vicepresidente de la sección de ESN Málaga y encargado de los recursos humanos, explica que el equipo de comunicación se encarga de promocionar tanto por redes sociales como por los grupos de WhatsApp, las actividades y fomentar la participación. «Gracias a nuestras redes sociales, logramos conectar con los Erasmus y proporcionarles información relevante».
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La organización también se beneficia del apoyo de la Universidad de Málaga (UMA), que cede espacios para actividades y ofrece recursos que facilitan la labor de ESN. «Es un trabajo conjunto; estamos aquí para ayudar a la universidad con sus eventos de estudiantado internacional y viceversa», señalan los voluntarios.
De Erasmus a voluntario
Para los voluntarios, la experiencia en ESN también tiene un significado profundo. Sara Barrera, voluntaria y graduada en Educación Infantil, menciona que lo que más le gusta es acompañar a los Erasmus en actividades. «Muchos llegan solos, y estas actividades son esenciales para que hagan amistades», comenta. Las conexiones que se forjan en estos encuentros son, según ella, lo más valioso de su labor.
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Héctor Guzmán, estudiante de Ingeniería Informática y uno de los nuevos voluntarios, comparte su experiencia personal, que coincide con la de todos los voluntarios. «El año pasado estuve de Erasmus en República Checa, y ahora quiero devolver toda la ayuda que recibí». Al igual que Héctor, otro de los nuevos voluntarios, Alejandro Puente, estudiante del Máster de Estudios Económicos Europeos en el Marco de la Globalización, comparte su entusiasmo: «Cada día es diferente, desde jugar al voleibol en la playa hasta trabajar en la oficina. La clave es mantener una mentalidad abierta y un compromiso con la asociación». Alejandro enfatiza la importancia de crear un ambiente acogedor e incita a los alumnos de la UMA a hacerse voluntario. «Es sencillo: solo necesitan acercarse a la sede de ESN Málaga, asistir a las reuniones informativas y unirse al equipo para contribuir en la acogida y orientación de nuevos Erasmus».
Un símbolo de unión y pertenencia
Un símbolo importante para los miembros de esta comunidad es la bandera de ESN. Como estudiante que también fue de Erasmus, comparto con los voluntarios de ESN Málaga esa magia e identificación que aporta la bandera. «Siempre hay un chorro de gente siguiendo a un grupito, y somos nosotros, los voluntarios, quienes llevamos a los Erasmus», comenta con una risa Héctor, destacando la energía vibrante que caracteriza a esta comunidad.
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«La bandera va volando y todo el mundo quiere foto con ella», expresan los voluntarios. Además, tienen una mascota, Pablo Larios, un boquerón que simboliza su conexión con Málaga, lo que añade un toque local a su identidad.
Al final, ser parte de ESN Málaga es mucho más que ser un voluntario. Es formar parte de una comunidad unida por la diversidad y el deseo de conectar con los demás. Cada actividad, cada sonrisa, y cada encuentro son un recordatorio de que, a pesar de las diferencias culturales, el deseo de pertenecer y compartir es algo universal. Como dice Héctor, «aquí encuentras una familia y dejas una huella».
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