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Mery Carmona
Lunes, 17 de febrero 2025, 12:41
«Yo la recibí en el aeropuerto y la llevé a su piso, le mostré la ciudad y cualquier duda que tiene me va preguntando» afirma Huda Jarbou, estudiante de Comunicación Audiovisual y buddy, quien ve esencial la presencia de un estudiante local para recibir a estudiantes internacionales. Así es como debería ser, y así es como María Zaida Díaz, anterior vicerrectora de Internacionalización, lo explica: «La experiencia de los alumnos extranjeros es fantástica porque encontrarse con alguien de su centro que le pueda explicar lo que es la universidad le facilita que se ambiente más rápido». Con el cambio de gobierno de la UMA, en febrero de 2025, Zaida Díaz ha tomado el vicerrectorado de Planificación Económica y Estratégica.
La iniciativa que permite conectar a alumnos internacionales con alumnos locales de la Universidad de Málaga lleva ya doce años activa y se llama 'Buddy Program'. El programa lleva activo desde 2012 y ya acoge a 1.200 alumnos aproximadamente en el primer semestre, y cerca de 800 en el segundo. El crecimiento ha sido exponencial, así lo reivindica con orgullo la vicerrectora que, aunque no se encontraba en esa posición, ofrece la cifra de 90 alumnos en la primera convocatoria. «De entrada somos un sitio muy atractivo para los Erasmus, aunque estamos teniendo problemas en el tema del alojamiento», una mirada a la vivienda y a cómo se están disparando los precios que, en muchos casos, complica la llegada de los estudiantes.
Además de ofrecer hasta 4 créditos según el número de buddies que se den, se realizan actividades interculturales como torneos de fútbol o encuentros de otras índoles. Mientras un buddy corresponde a dos créditos, dos alumnos serían tres y, a su vez, tres buddies sería el máximo de cuatro créditos optativos. Aun así, la antigua vicerrectora recuerda: «Las consejerías estarían llenas de alumnos extranjeros que, de entrada, no saben dónde tienen que ir».
María Zaida Díaz, exvicerrectora de internacionalización.
El alivio que supone para las consejerías y para las administraciones que los alumnos ayuden a integrar a quienes llegan es evidente. Zaida Díaz no solo se enfoca en este peso, sino que admite que la experiencia del alumno se vería muy resentida si tuviese que tratar con la parte cultural además de con la académica por su cuenta.
Lucía de Fez, estudiante de Publicidad y Relaciones Públicas, reconoce que ha intentado estar lo más atenta posible a resolver las dudas de Jolin Krabsch, estudiante alemana. Ella misma se fue de Erasmus y siente que no tuvo la misma acogida que se les ofrece en Málaga, o que «no se lo tomaban tan en serio». Con ello, admite que la Universidad de Málaga lo lleva bastante bien y junto a Jolin se propone escuchar ofertas de actividades que hacer juntas el resto de su estancia.
Jolin está muy contenta con su llegada, dedica a Lucía unas palabras de cariño por cómo la ha ayudado a integrarse en la ciudad. Reconoce que ha sido indispensable para decidir qué asignaturas escoger, sin obviar la parte cultural. Por suerte, ambas comparten facultad y no, no es casualidad.
Esto se debe al algoritmo del que disponen desde el vicerrectorado que filtra la fecha de llegada, el semestre que estudiará y dónde lo hará. No solo se centra en la parte académica sino que registra gustos e intereses, algo que permite la compatibilidad a la hora de rellenar las actividades obligatorias que deben entregar todos los participantes. Actividades que podrán llevar al alumno a convertirse en el mejor Buddy y recibir un premio del vicerrectorado, algo que Zaida Díaz comenta sin perder detalle de la última edición. En mayo se entregaron unos premios de cooperación y el Buddy que más activo fue con su compañero fue recompensado.
«Para mí es el programa más bonito del vicerrectorado con diferencia» resume, con deseos de proyectar hacia un futuro el aumento de participantes de la propia Universidad de Málaga. En este momento, a pesar de que se evita, el programa tiene que dotar a un alumno local de hasta tres alumnos extranjeros. La idea es que esta franja se convierta en una sola y no haya más de un estudiante para cada participante.
Con sus mejores deseos puestos en la colaboración internacional, Zaida Díaz concluye su reflexión dirigiendo unas palabras a los alumnos: «Creo que son cosas importantes porque demuestran, aparte de la titulación que hayas tenido, que eres una persona abierta». El interés en otras culturas puede ayudar como bien sabe ella, que vivió en Estocolmo durante tres años en su etapa postdoctoral. Una experiencia que, por otro lado, le permite conocer de primera mano la sensación de cualquier participante del programa.
Huda, Lucía y Jolin ponen un broche cariñoso a esta edición 2024/25, que abrirá sus plazas para el segundo semestre de forma que los emparejamientos puedan realizarse sin problema con antelación a las llegadas. Para aquellos estudiantes que aún estén dudando sobre si unirse o no merecerá la pena, tanto Huda como Lucía seguirán en contacto con sus buddy una vez se hayan marchado. ¿Quién sabe cuántos años durarán estas nuevas amistades?
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