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María Donoso
Jueves, 7 de noviembre 2024, 19:08
El Consejo de Estudiantes de la Universidad de Málaga (UMA), conocido como CEUMA, es un órgano dedicado a representar y proteger los intereses de los estudiantes en una universidad que alberga una amplia diversidad académica. Compuesto por representantes de todas las facultades, desde Bellas Artes hasta Informática, el consejo no solo escucha y comunica las inquietudes de los estudiantes, sino que también actúa para mejorar su vida universitaria.
La importancia del diálogo en el CEUMA
Paula Moreno, estudiante de Química y miembro del CEUMA, explica que la comunicación efectiva es el «pilar fundamental» de su labor, ya que «sin esta base, simplemente nos caemos». La cohesión entre los representantes y el flujo constante de información son elementos esenciales que permiten que las problemáticas y propuestas de cada centro lleguen a todos los niveles de la universidad.
Abraham Cortés, estudiante de Psicología y miembro del CEUMA, coincide con su compañera y añade: «Este consejo existe para darles a los estudiantes el poder de mejorar su entorno académico; es como una silla de tres patas: los estudiantes, la comunicación y el apoyo mutuo. Si falta una pata, nos tambaleamos». Para Abraham, el sentido de pertenencia y el sentimiento de igualdad son factores clave que el Consejo se esfuerza en inculcar. Según él, los alumnos deben saber que, dentro de la universidad, tienen derechos equivalentes a los de cualquier decano o rector.
Defendiendo los derechos del estudiantado
Uno de los temas que ha generado mayor debate en la comunidad universitaria ha sido la posibilidad de imponer un nivel B2 de inglés como requisito para graduarse en todas las carreras. Desde el CEUMA, el rechazo ha sido rotundo. Adrián Gómez, estudiante de Ciencias Ambientales y miembro del CEUMA, expone que ellos comprenden el grado universitario como una etapa de especialización profesional, no como una escuela de idiomas. «Creemos que el grado debe prepararte para tu futuro trabajo y, si bien el inglés es importante, no debería ser un obstáculo obligatorio para todos. Especializarse en el área de estudio es más prioritario para muchos de nosotros», explica.
En línea con esta postura, el CEUMA también ha luchado por que las ayudas universitarias cubran las necesidades lingüísticas de los estudiantes que optan por formarse en un segundo idioma. En sus propias palabras: «Si se exige, queremos que los estudiantes tengan las ayudas necesarias para alcanzar ese nivel sin que les cueste dinero o les afecte en otras áreas».
Además, el consejo ha defendido con éxito otras 12 propuestas ante el Gobierno Andaluz en el marco de la Ley de Universidades. Varias de estas iniciativas buscan garantizar que el estudiantado tenga un voto real y una voz significativa en decisiones universitarias cruciales. Abraham Cortés destaca que, a pesar de los logros, «todavía quedan muchas luchas por delante», pero se sienten respaldados al ver cómo sus esfuerzos están empezando a ser escuchados y aceptados.
El reto de llegar a todos los estudiantes
Uno de los mayores desafíos del CEUMA es la comunicación con el alumnado. «La mayoría de los estudiantes ni siquiera sabe que existimos», confiesa Paula Moreno. Aunque la labor del consejo es intensa y abarca múltiples temas, existe una falta de conocimiento sobre su trabajo dentro de algunos centros, lo que reduce la participación estudiantil. Adrián señala que muchos alumnos llegan a la universidad sin entender que tienen la capacidad de influir en su entorno académico y con derechos que pueden defender. «Vienen con una mentalidad de instituto, en la que el profesor tiene siempre la última palabra, y no ven que aquí pueden cuestionar y mejorar el sistema», reflexiona Adrián.
Para contrarrestar esta falta de información, el CEUMA utiliza redes sociales, correos masivos y colabora con los consejos de cada centro en la difusión de información. Para Cortés, la clave está en hacer comprender a los estudiantes que «la universidad es un espacio donde todos, desde el rector hasta el estudiante, deben tener voz».
Más que representación: el Consejo como red de apoyo
La labor del Consejo de Estudiantes no se limita solo a la representación. Además, actúan como una red de apoyo para problemas específicos que afectan la experiencia académica de los alumnos. Desde gestionar problemas administrativos hasta actuar en casos de acoso o violencia, el CEUMA intenta estar presente en todas las áreas de la vida estudiantil. Paula comparte que existen órganos, como las Comisiones de Calidad y la Comisión de Acoso, donde los alumnos pueden encontrar respaldo y asistencia:«Falta mucha información, y la gran mayoría de los estudiantes, diría que más del 80%, no sabe que pueden acudir a estos órganos para resolver problemas».
Para el CEUMA, la participación activa de los estudiantes es esencial. Paula Moreno invita a sus compañeros a involucrarse, a romper con la inercia de simplemente asistir a clase y permitir que otros tomen decisiones. «Al final, la universidad es un espacio de todos. Sin una base informada y activa, cualquier intento de cambio se vuelve más complicado», añade.
Mientras el Consejo de Estudiantes de la UMA continúa trabajando en mejorar el entorno universitario, queda claro que su misión va mucho más allá de los muros de una facultad o una simple estructura de representación. Este consejo es la voz que busca el cambio y la mejora en todos los aspectos de la vida universitaria, siempre con la convicción de que la educación es un derecho que debe ser equitativo y accesible para todos.
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