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Alumnos en talleres saludables. Crónica
El programa de mediación que convierte a estudiantes en defensores de la salud y la igualdad

El programa de mediación que convierte a estudiantes en defensores de la salud y la igualdad

UMA Saludable lleva más de quince años formando a líderes del cambio dentro y fuera de las aulas

Mery Carmona

Martes, 22 de octubre 2024, 20:16

Manuel Ladoux lleva dirigiendo más de quince años un programa de mediación que convierte a los alumnos en auténticos líderes. Dentro del ámbito que cubre la iniciativa UMA Saludable, que cuenta incluso con su propio hashtag en redes sociales, Ladoux intenta lanzar desde acción social todas las propuestas posibles. Una que ha tenido gran repercusión y que sigue causando impacto en el estudiantado es el 'Programa de Mediación entre Iguales, Promoción de la Salud y Prevención de la violencia, Discriminación y Acoso'.

Abierto a toda la comunidad universitaria, ofrece una dotación de seis créditos tras la asistencia obligatoria al programa completo. El proceso es muy sencillo ya que tras siete días de formación intensiva, los estudiantes pasan a ser mediadores y crean un proyecto de intervención en la especialidad que más les interese. Según el coordinador del programa, un año hubo un grupo de alumnos que acudió al centro de Málaga a realizar test de alcoholemia para prevenir la conducción bajo los efectos del alcohol.

«Todavía no había llegado el iPhone, estaban todavía las Blackberry», hace memoria el trabajador social para recordar la primera promoción, la de 2008. Contaban con pocas vías y se centraban especialmente en las drogas y en el tabaquismo, pero poco a poco fueron desarrollando más vías para subsanar las necesidades informativas de la comunidad. Lanzaron incluso una línea de sensibilización durante la pandemia que sigue habilitada, de forma que los mediadores pueden subir vídeos respondiendo a preguntas concretas sobre sus ámbitos de actuación.

La figura del mediador

No hay requisitos más que una asistencia comprometida a la formación presencial para no perder parte del temario. Después de ese paso, es el mismo programa el que se adapta al horario del estudiante para compatibilizar su participación. Desde ir a colegios o institutos a dar charlas, a captar personas por la facultad para hacer juegos o formar a otras personas. «Se les da una formación específica que trabaja el tema de la creatividad» refiere Manuel Ladoux para asegurar que todo les servirá en sus futuros trabajos.

De hecho, entre los perfiles que más suele ver están alumnos de ramas como la ingeniería que tienen «mayor dificultad para cubrir esos créditos». Reconoce que son los primeros en notar un cambio al llegar con un espíritu analítico e irse integrando en grupos de trabajo, orgulloso de las diferentes dinámicas que pueden llegar a crearse. Entre las diez primeras titulaciones que más participantes han llevado al programa, Ingenierías cuenta con 161 en este mismo año, seguidas de Psicología con 123 y Marketing con 80 alumnos.

«Generalmente les pedimos que nos propongan 5 o 6 actividades, y al final hacen 3» cuenta el coordinador, como parte del proceso del propio programa. Después de ello, se lleva a cabo una reunión para dotarlos económicamente y que puedan preparar, por ejemplo, los premios a los juegos que realizan. Ladoux narra con alguna que otra risa cómo tuvieron que cambiar los premios de ser chuches en los primeros años a un pack educativo dada la incoherencia entre su programa de alimentación saludable y el premio en sí.

Evaluación del programa

Todos los participantes de los juegos pasan por un formulario antes de recoger su premio, y es una medida que lleva a Manuel Ladoux a poder recoger datos. En total, han realizado 70 actuaciones y 1.794 evaluaciones. Los ámbitos más destacados son la salud emocional, la salud afectivo sexual y la drogadicción junto con otras adicciones. La mayoría de los asistentes califican la atención de los mediadores y la actividad de forma muy positiva, más del 90% en ambos casos.

Uniformados con su camiseta de mediadores, han llevado a cabo actividades como el famoso rosco de Pasapalabra. «Se han hecho evaluaciones sobre el estado de salud de la comunidad universitaria y se han detectado ámbitos en los que el estudiantado se siente poco informado», una afirmación que lleva a comprender el trasfondo de la ilusión por satisfacer esas quejas. Las primeras plazas que suelen cubrirse son en temas de alimentación, sexualidad, drogas y salud mental.

Desde el Vicerrectorado de Igualdad y Política Social animan al estudiantado a sumarse a esta iniciativa que comienza el 22 de octubre. Totalmente gratuito formar parte del programa, a través de un formulario de inscripción que se facilita en Instagram a través de @umasaludable. Todo lo que necesitas es tener las mismas ganas y la misma ilusión que quien dirige todos los talleres.

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