Ana Noguerol
Martes, 29 de octubre 2024, 13:30
Cada año, miles de estudiantes emprenden su camino hacia la universidad con la esperanza de labrarse un futuro profesional. Sin embargo, no todos logran completar esta travesía. En las sombras del campus crece un fenómeno silencioso: el abandono universitario. Desmotivación, dificultades económicas, problemas personales o falta de orientación adecuada son solo algunas de las razones que empujan a muchos jóvenes a apartarse de su formación.
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En la Universidad de Málaga, esta realidad no pasa desapercibida. Según datos recientes de la propia institución, el 22,44% de sus estudiantes abandonan su formación antes de completar los estudios. Este fenómeno afecta especialmente a los alumnos de primer curso, quienes enfrentan un período de adaptación que, en muchos casos, no logra cubrir sus expectativas o necesidades.
Las cifras revelan los grados más afectados: dentro de la rama de arte y humanidades se encuentra el grado de Historia, con un 31,03% de abandono; en ciencias sociales y jurídicas el grado más afectado es el de Geografía y Gestión del Territorio (42,86%); dentro de la rama de ciencias, el grado más perjudicado es el de Ciencias Ambientales (40,63%); pero el grado más afectado de todos los que oferta la Universidad de Málaga es el de Ingeniería de Sonido e Imagen, con una tasa de abandono del 49,15%.
«El nombre de mi grado es Ingeniería de Sonido e Imagen… Si te apasiona la música habrás escuchado que se llama comúnmente a cualquier persona encargada de la parte técnica de una producción o evento en vivo 'Ingeniero de sonido', es por esto que mucha gente piensa que la carrera tendrá un enfoque más práctico y dirigido al mundo musical de lo que realmente es», asegura Nacho Ríos, quien ha finalizado el grado.
Además, de él, otros compañeros aseguran que los dos primeros años son los más duros, debido a la existencia de asignaturas dedicadas a matemática, física, circuitos y programación. «Es durante este primer curso donde comienzan a bajar las expectativas de la carrera y la motivación de la gente cae por los suelos», afirma Ríos.
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«Hay mucha gente que se cree que va a entrar para hacer música, para tocar instrumentos y no tiene absolutamente nada que ver. El primer año hay muchísimas matemáticas, muchísimas físicas, y en los primeros dos meses ya se salen 30 o 40 personas de la clase, es una barbaridad», comenta también Enrique Gómez, otro estudiante que, al igual que Nacho Ríos, ha finalizado el grado.
Tanto ambos estudiantes, como Laura Camacho, otra chica licenciada en esta ingeniería, coinciden en que las asignaturas deberían ser modificadas, y aplicar algunas con más materia práctica. «Yo creo que se debería enfocar de otra manera y había que reformular prácticamente todo», afirma Enrique Gómez, «Pero sobre todo el tercer y cuarto año que es donde se especializa la gente y donde la gente entra con mucha motivación porque ya ha pasado los dos primeros años que son un rollo y en el tercer año ves que lo que estás dando es otra rollo», continúa.
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Los alumnos entran al grado con la mentalidad de realizar prácticas y poder ver la forma de trabajo en un ambiente lo más similar a la realidad. Laura Camacho añade: «Haría sobre todo más prácticas y más cosas con la realidad y el mundo laboral, no tantas cosas ficticias». Los tres licenciados del grado coinciden en que el cúmulo de asignaturas de gran dificultad en los primeros años son un gran muro para superar, y solicitan más asignaturas de especialización.
«Tú haces la carrera de Ingeniería de Sonido e Imagen y sales de la carrera sin saber ni sonido ni imagen», relata Enrique Gómez. «Considero interesante conocer el origen de las ecuaciones, pero no creo que sea necesario cursar tantas asignaturas 'básicas', ya que ese tiempo se podría dedicar a perfeccionar y ampliar el conocimiento sobre diferentes aplicaciones del mundo de la acústica o la imagen en el ámbito empresarial», añade Nacho Ríos.
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El año pasado 2023 entró en vigor el nuevo plan de estudios para este grado que se encuentra actualmente en proceso de implantación y propone una reformulación de algunas asignaturas para estructurar el contenido, sin embargo: «Según compañeros que están cursando estas supuestas nuevas asignaturas, son muy parecidas al plan de estudios del 2010, con diferentes nombres y temario mezclado entre las asignaturas para organizar mejor el contenido», asegura Nacho Ríos.
La UMA asegura que tras estudiar el grado de Ingeniería de Sonido e Imagen se podrá trabajar en áreas como centros de producción audiovisual, medios de comunicación y cadenas de distribución, empresas dedicadas a la fabricación de equipos multimedia, además de otros organismos tanto privados como públicos.
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Laura Camacho, respecto a las salidas laborales, afirma: «Está un poco complicado el mundo laboral en general, pero de sonido e imagen bastante chungo también, porque hay muy poco trabajo de sonido e imagen», sin embargo, Enrique Gómez comenta que él encontró trabajo antes de finalizar el grado, y que otros compañeros suyos también han gozado de esta situación. Nacho Ríos respalda ambas opiniones sosteniendo: «La oferta de trabajo es grande ya que nos preparan para todo tipo de puestos relacionados con las telecomunicaciones, pero la cosa se complica un poco si quieres buscar trabajo de ingeniero de sonido como tal, teniéndote que ir fuera de Málaga, a Sevilla o Madrid, donde se congregan las mayores empresas del mundo de la acústica y del sonido».
Sin embargo, en algo que los tres están de acuerdo es en que volverían a cursar el grado. «No me arrepiento y la volvería a cursar, porque si no, no hubiese podido aprender todo lo que he aprendido», comenta Laura Camacho. Tanto ellos, como muchos más compañeros suyos realizarían de nuevo esta elección, por la experiencia, por los aprendizajes adquiridos gracias al mismo, o por las muchas puertas que les ha abierto. «No existe otra carrera que se adapte mejor a mis gustos y objetivos profesionales», asegura Nacho Ríos. Enrique Gómez añade a esta intervención: «Me ha abierto muchos campos nuevos, me ha enfrentado a muchos desafíos que hoy en día me refuerzan como persona y como profesional, pero aún así, habría que cambiar muchísimas cosas de la carrera, eso cien por ciento seguro».
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