Malaka Ambiental: más de dos décadas impulsando la inserción laboral

Malaka, la forma que usaban los griegos para llamar a la ciudad de Málaga, junto con su amor por el medio ambiente conforman el nombre completo de Malaka Ambiental. Nace en mayo de 2003 como una forma de rescatar a los alumnos de su bloqueo al salir al mercado laboral, intentando así enseñarles la vida después de la carrera. En la actualidad, su camino no ha variado tanto, sino que ahora acompañan a los estudiantes con dinamismo.

Lo que priman son las actividades, y es que la asociación lleva más de veinte años con vida y cuenta con su propia sede junto a la biblioteca de la facultad de Ciencias, en la Universidad de Málaga. Su presidenta, Ana Martín, es estudiante de Ciencias Ambientales en su tercer año y reconoce que son bastante activos. Entre sus objetivos se encuentran la orientación académica, la difusión del estudio de las Ciencias Ambientales o la inserción laboral de los alumnos, entre otros.

Una de las actividades de la presidenta es contactar con gente, pero es Juan Antonio López, estudiante del máster de Análisis y Gestión Ambiental quien accede con rapidez a concertar una entrevista. Ambos jóvenes, muy ilusionados con el proyecto, se encargan de darle vida a una habitación con las anécdotas de años anteriores. Ya cuentan con 50 socios, y sus cabezas no paran de maquinar eventos y charlas con las que poder ayudar a otros estudiantes de la universidad.

Juan Antonio López explica, con paciencia, que sus actividades se dividen en dos grupos: al aire libre y en formato charla. Se debe a algo muy intuitivo, y es que desde noviembre hasta febrero apetece estar más «resguardado» y desde marzo hasta junio tanto el sol como las temperaturas sirven de buena compañía. Ser socio es un mero trámite que permite a la asociación avanzar, ya que la cuota son apenas 3 euros y, en ocasiones es posible encontrarla de forma gratuita.

«La Universidad de Málaga nos subvenciona dependiendo de las actividades propuestas», comenta Ana Martín, quien todavía no quiere dejar ver las diferentes propuestas. No obstante, justo a su lado, Juan Antonio anticipa que los próximos meses estarán llenos de sorpresas que irán apareciendo en sus redes sociales para mayor alcance. «Se puede unir quien quiera» menciona para esclarecer si, a pesar de no ser de la facultad de Ciencias, pueden asistir a sus actividades.

Sus redes sociales (@malakaambiental) son activas y recopilan un poco lo que hicieron años atrás: avistamiento de aves, limpieza de playas, taller de ecosfera… Muchas opciones para pasar la tarde acompañado durante el curso. «Se pueden unir a través del link en Instagram, con un mensaje directo o a través de los miembros de la junta».

Con una base sólida de 50 socios, Malaka Ambiental está más viva que nunca. Ana Martín admite que no disfruta hablar en público, se encarga de los contactos y la gestión administrativa, mientras Juan Antonio López, quien parece haber nacido para ello, recuerda cómo a veces tienen que controlar el tiempo de las intervenciones: «Una vez nos quedamos hasta las 21:30 cuando deberíamos habernos ido a las 20:00». Es él mismo quien asegura que el propósito de que las actividades sean gratuitas es incluir a todas las personas que deseen participar, especialmente en un contexto en el que los alumnos atraviesan dificultades económicas o en el que «las becas son más difíciles de conseguir».

Tras unas horas de charla, queda claro que una de las principales preocupaciones de la asociación es el bienestar del alumnado y la posibilidad de resolver las dudas a cualquier persona que se encuentre frustrada profesional o académicamente. No obstante, entre líneas se pueden leer perfectamente las ganas de disfrutar en conjunto de encuentros sociales en los que intercambiar intereses.

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