Ana Alcalde
Miércoles, 12 de marzo 2025, 18:55
La línea de la vida viene marcada por eventos canónicos que acaban rompiendo con la normalidad. Estos cambios son necesarios para que los seres humanos evolucionen. Ocurrió de la mano de los homínidos gracias a la invención del fuego primitivo, continuó con la invención de la escritura y, más tarde, de la imprenta. Actualmente, la sociedad se enfrenta a una serie de avances tecnológicos marcados por los sistemas informáticos. Aunque las redes sociales son un puente para el cruce de teorías conspiranoicas sobre los peligros que conlleva este tipo de desarrollo, el Secretario General del Supervisor Europeo de Protección de Datos, Leonardo Cervera, concluye que la Inteligencia Artificial no representa ningún peligro mortal, según aseguró en la primera conferencia de la Semana Cultural de la Facultad de Derecho. Más bien, evidencia la necesidad de implantar las debidas regulaciones, al igual que se hizo en su momento con el uso del fuego.
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Este experto advirtió sobre los riesgos que la tecnología representa para la democracia, el Estado de derecho y los derechos fundamentales. Tras más de 25 años trabajando en el sector, el jurista señaló que la sociedad se está enfrentando a un nuevo orden mundial: «Nos viene la computación cuántica. Hace que nuestros ordenadores de hoy en día sean como los Atari de hace 30 años, parecen juguetes».
La nanotecnología y la biotecnología son tecnologías impensables que se están desarrollando a un ritmo acelerado dentro de los campos de la ciencia y la salud. Estos avances van de la mano de la Inteligencia Artificial. Si hablamos de la tipología Especial, la IA no es un fenómeno novedoso. La calculadora electrónica nos acompaña desde el año 1961 gracias a la compañía Bell Punch. En términos generales, es una máquina con unas habilidades concretas que consigue resolver problemas con más rapidez y exactitud.
Por otra parte, un término que muchas personas desconocen es el de la Inteligencia Artificial General. Esta novedad viene pisando fuerte, y es que tiene la capacidad de pensar como un humano. Los cálculos más optimistas explican que estará lista entre 5 y 10 años. El jurista explicó: «Quien tenga esta capacidad tendrá el negocio del siglo. Podéis imaginaros lo que se puede hacer con ella. Se pueden tener máquinas trabajando como personas sin pagarle sueldo y sin tener que pagar el colegio de sus hijos ni la seguridad social. Eso es un chollo».
Hablando del futuro, es necesario hacer una gran diferenciación entre conciencia e inteligencia. Los humanos necesitan los sentimientos para ayudar a solucionar problemas. Estas sensaciones, además, influyen a la hora de cooperar conjuntamente. Leonardo Cervera expuso que, en el futuro, la conciencia va a perder importancia a medida que la inteligencia obtenga más presencia. «Por eso la cultura es tan importante, porque sólo existe con conciencia. Solamente es posible cuando hay un ser humano detrás, una máquina no puede hacer cultura. Lo que puede hacer es copiar y programar, pero no crear cultura porque no tiene conciencia».
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El fenómeno de Chat GPT ha conseguido revolucionar la forma en la que nos desenvolvemos en el mundo. Este gran invento de la compañía OpenAI posee una gran capacidad de procesamiento, permitiendo hacer comparaciones y relaciones entre millones de datos almacenados en la nube. Aunque carezca de conciencia, la máquina entiende las consultas planteadas por el usuario. Otra empresa ampliamente conocida, Google, está innovando en el sector de la medicina al ser capaz de simular proteínas para encontrar medicamentos. Los avances están desarrollándose a un ritmo de vértigo al manejar información en pocos segundos. Respecto a esta revolución, el experto continuó: «Simula el efecto de la proteína sobre el cromosoma y te dice cuál es la molécula que necesitas para solucionar el problema. El fundador de esta empresa ya tiene un premio Nobel y ha dicho que cree que antes de morir seguramente tendrá cinco más, porque con su máquina podrá lograr descubrimientos que nadie más logrará».
La principal ventaja es la capacidad de procesamiento respecto a la del ser humano. Cuando dos personas conversan, sus cerebros no están conectados entre sí. No tienen esa habilidad. Cada individuo se ve obligado a razonar por separado. Sin embargo, la IA sí que permite conectar su 'cerebro' al del usuario humano. El jurista continuó indagando en esta cuestión: «La inteligencia artificial sí que se conecta, su cerebro y el mío están interconectados, al igual que miles de otros, funcionando a la vez. Con lo cual, lo que yo pueda pensar se convierte en anecdótico comparado con lo que puede hacer la inteligencia artificial».
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De nuevo, las máquinas resaltan respecto a la capacidad de memoria, ya que los circuitos pueden llegar a almacenar la memoria de la humanidad entera. Gracias a las 'updates', la información está continuamente actualizada. A la hora de resolver cuestiones importantes, las personas necesitarían años de estudio sobre una materia para poder ser capaz de tomar grandes decisiones con éxito. ¿Qué hay de las máquinas? Evidentemente, si están constantemente actualizándose, se puede confirmar que tendrán una mayor tasa de éxito. Como explica Cervera, la IA va a ofrecer más resultados: «Si tienes un problema de salud gordo y tu vida está en peligro, ¿adónde vas a ir? ¿Al médico clínico que te va a dedicar media hora o a una inteligencia artificial que tiene todos los historiales médicos de todas las personas con tu misma enfermedad?».
Una de las principales preocupaciones del sector es el avance de empresas tecnológicas como Microsoft, Google y OpenAl, que están logrando dominar la Inteligencia Artificial General. Leonardo Cervera añadió: «¿Os podéis imaginar la qué se puede liar si comienzan a existir máquinas que piensan y se coordinan como humanos a velocidad digital y sin control? Eso es como una reacción nuclear: una vez que empieza, nadie sabe dónde puede terminar», insiste en crear regulaciones de control para vigilar que este tipo de empresas no intente explotar, manipular y lavar el cerebro al resto de ciudadanos.
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Detrás de la Inteligencia Artificial Especial y General, llega la Superinteligencia Artificial (ASI) para terminar de agitar el mundo entero. Aunque hoy en día sigue pareciendo una historia de ficción más que una realidad, esta hipotética tecnología será capaz no solo de crear máquinas que piensen como los humanos, sino también dotarlas de autoconsciencia.
La pregunta, por tanto, es: ¿Qué se puede hacer en el presente?
Prepararse. Entrenarse para defender la democracia, fortalecer las instituciones y proteger la libertad de prensa. En palabras de Cervera, «la IA debe regularse al igual que se hizo con el fuego, la primera tecnología de la humanidad, gracias a dos principios básicos: la precaución y la supervisión».
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