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Grupo de estudiantes que comparten coche. Mery Carmona.
Los estudiantes apuestan por compartir coche para llegar a la universidad

Los estudiantes apuestan por compartir coche para llegar a la universidad

La red de transporte la organizan entre ellos a través de grupos públicos de WhatsApp

Mery Carmona

Viernes, 25 de octubre 2024

El trayecto hacia la Universidad de Málaga se puede hacer de más o menos maneras según la zona en la que vivas, pero resulta innegable la cantidad de vehículos que llenan los diferentes aparcamientos de la universidad. Entre los estudiantes, el hábito de compartir coche ha ido en aumento, y las maneras de llenar los asientos vacíos resultan de lo más curiosas.

Fatima Zahrae El Kabil conduce todos los días para ella y para las cuatro personas que manden un mensaje al grupo. En total, los estudiantes aseguran que hay alrededor de diez grupos para la costa occidental de Málaga, con dirección a Fuengirola, pero tan solo uno para la oriental, en dirección a Vélez-Málaga. Esto se debe a la buena organización de los alumnos que, en 2014, decidieron crear un grupo por cada parada. Ellos mismos reconocen que desde las zonas más cercanas a la universidad no hay tanta oferta o demanda, pero que 'FuengiUMA' es uno de los más activos.

Tan solo en el grupo de Benalmádena hay 265 miembros y las normas están claras en la propia descripción: «para demandar un asiento, se comienza el mensaje con un círculo rojo, y para ofrecerlo con uno azul». Incluso disponen de un correo electrónico y un perfil de Instagram (@fuengiuma2014) para la atención a los pasajeros y conductores.

El vehículo de Fátima, al que quiso llamar 'chatarra 2' por una broma con sus amigas, recorre la distancia entre Fuengirola y la facultad de Ciencias de la Comunicación. La afluencia de personas que le piden ir en este trayecto va decayendo conforme el curso avanza, ya que según Fátima hay estudiantes que se «rajan» de ir a clase. A pesar de ello, los viajes le han servido para hacerse amiga de una de las chicas que la acompañaban. No suele coincidir con las mismas personas, razón por la que su ubicación está permanentemente conectada con sus padres y con sus amigos más cercanos.

Ella misma experimentó lo que era ir en transporte público durante sus primeros meses, pero asegura que salía de clase a las 14:30 y que no lograba llegar a casa hasta las 16:30. El precio no lo marca ella, es algo que estipulan en los grupos de WhatsApp. Con el trayecto a 2 euros, un conductor podría ganar hasta 80 euros semanales de los que luego descontaría la gasolina. Para Fátima es un precio justo si se tiene en cuenta el tiempo que se pierde yendo en autobús o en tren.

«Para demandar un asiento, se comienza el mensaje con un círculo rojo, y para ofrecerlo con uno azul»

Descripción del grupo BenilUMA I en WhatsApp.

Estefanía López, una de las estudiantes que se suben con Fátima, aprecia la comodidad que le supone poder ir en coche en lugar de en transporte público. Enrique Martín, estudiante de Ingeniería Telemática, admite que le ayuda con los horarios de la universidad. A pesar de tener carnet de conducir, no dispone de coche propio, por lo que este tipo de iniciativas le resulta una solución ideal para su día a día. Y la última acompañante de Fátima en esta ocasión, Manuela Muñoz, estudiante de Bioquímica, pudo dejar su vehículo en el taller gracias a la existencia de este grupo. Manuela solía ser pasajera en primero de carrera, pero en cuanto pudo tener coche propio empezó a ofertar las plazas y a recoger a las personas a las que «dejaban tiradas» otros conductores.

Guillermo Montes, estudiante de Filosofía, va a la universidad desde Torre del Mar. En su caso, la historia es algo más complicada. Guillermo reconoce que el grupo es algo alocado y que es muy difícil conseguir que los conductores respondan a tiempo. Incluso estuvo intentando utilizar una aplicación para compartir coche, pero el problema venía a ser el mismo. Entre risas y con sus amigos, reconoce que solo consigue llegar tarde a clase por los atascos yendo en autobús. En este lado de la moneda desaparece la opción de ir en tren, así que solo es capaz de sacar su libro de la autoescuela de la mochila y admitir que todos los días va con mucha fe a clase.

La resiliencia que muestran los alumnos de la Universidad de Málaga ante los problemas que les surgen demuestra que están perfectamente capacitados para cualquier obstáculo, aunque este sea reconocer que no vas a poder llegar a la hora estipulada. Algunos priorizan el tiempo, otros el dinero, y otros no tienen la opción de priorizar ninguna de las dos, pero logran salir del paso con un humor envidiable.

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