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Adrián Benítez, en la Facultad de Ciencias de la UMA antes de contar su testimonio en una charla. IRENE MANZANO
«A día de hoy, no pienso en nada que me gustaría hacer después de superar el cáncer»

«A día de hoy, no pienso en nada que me gustaría hacer después de superar el cáncer»

Adrián Benítez, graduado en Educación Primaria, cuenta en primera persona cómo afronta una enfermedad que le ha cambiado la vida

Irene Manzano

Martes, 4 de febrero 2025, 19:59

Adrián Benítez (Málaga, 2002) era estudiante de Educación Primaria, hacía un par de meses que había vuelto de Cancún del viaje de final de carrera. La noche del 24 de abril estaba en su casa cuando comenzó a sentir unos dolores en la parte del costado, su madre no dudó en llevarlo a urgencias esa misma madrugada. «Al día siguiente, después de realizarme mil pruebas, me dijeron que había una gran posibilidad de que fuera cáncer», confesó. El peor diagnóstico se confirmó a los dos o tres días.

«A la semana de empezar la quimio me dijeron que era un sarcoma sinovial», expresó Benítez. El sarcoma sinovial es un tipo de cáncer que crece paulatinamente, a veces resulta indoloro y suele manifestarse en zonas grandes como brazos, piernas y en el caso del estudiante se detectó en la pierna derecha, en la parte interna, donde le apareció un bulto al que nunca le había dado importancia porque «no le había dolido».

«A día de hoy, no tengo vómitos ni náuseas y por eso, a pesar de la gravedad de la situación, considero que estoy bastante bien», manifestó el futuro docente. Benítez destacó que lo que más le ayudaba en la lucha contra su enfermedad era la gente que le rodeaba, su familia, sus amigos y especialmente, su pareja, a la que se refirió como su «apoyo diario». También agradeció el poder realizar deporte porque «anímicamente el deporte era lo que le salvaba».

Proceso arduo

Cuando le contaron que tenía cáncer, los médicos le explicaron que se había detectado tarde, puesto que se encontraba en estadio 4 (dentro de una escala del 1 al 4 en el que 4 es el más grave). «Además del sarcoma, tengo metástasis en los pulmones y varios nódulos que se encuentran bajo control. Por esto último, ahora mismo no puedo acceder a ningún tipo de operación, así que el proceso de quimio es mucho más largo de lo normal», subrayó Benítez.

Desde su diagnóstico hasta el comienzo de las sesiones de quimio, transcurrió tan solo una semana. El que fuera estudiante de Educación Primaria elogió tanto la involucración como la rapidez con la que los médicos le trataron. «La involucración fue total, se esforzaron en realizarme las pruebas lo antes posible para que pudiera empezar la quimio». El tratamiento consistía en que cada 21 días, lunes, martes y miércoles, le daban 4 horas de quimio cada día y así hasta 21 días después. Además de la quimio, cada semana le realizaban una analítica de control.

Al principio, contó que el cáncer no le afectó de forma significativa a su vida cotidiana porque intentaba llevarlo «con la mayor normalidad posible». Sin embargo, conforme pasaron las semanas, se notó diferentes cambios tanto físicos como psicológicos, lo que le ha influido anímicamente. «Ahora intento sobrellevarlo, gracias a que por ejemplo, no tengo efectos secundarios, que es algo que agradezco», señaló el malagueño.

Disfrutar al máximo

«Desde la facultad, es cierto que desde el primer momento que lo comenté, hubo profesores que me dieron la opción de faltar a clase, o incluso organizar distintos horarios para realizar los exámenes pero fui yo el que siendo consciente de que era capaz de hacerlos en las fechas ordinarias, decidí no acogerme a su propuesta», aseguró Benítez.

No obstante, el que fuera estudiante de Educación Primaria incidió en que cuando llegó el momento de realizar el Trabajo de Fin de Grado (TFG), sintió que por parte de su tutor, la ayuda que le ofreció no fue suficiente. «Me podría haber ayudado mucho más, no sé si por desinformación o desconocimiento, o ambas, pero no me dio alternativas al modelo tradicional, sentí que él debió guiarme de otra manera», recalcó.

«A día de hoy, no pienso en nada que me gustaría hacer después de superar el cáncer, porque es verdad que puedo realizar casi el 90% de las cosas que hacía antes de empezar la quimio, tengo compañeros de quimio que a veces no pueden ni levantarse de la cama, así que me siento muy afortunado», contó. Actualmente, el joven juega al pádel y al tenis, aunque extraña poder jugar al fútbol pero debe tener cuidado con los deportes de contacto, por los golpes que pueda recibir.

Adrián Benítez les aconsejó a aquellas personas que se encontraran en su misma situación, que disfrutaran lo máximo posible de todo. «Si viajan, si pasan tiempo con sus familias, incluso si van a la universidad, que valoraran lo que tienen y que pensaran en las decisiones que toman», les sugirió. Además, destacó la importancia de que se valoraran porque durante el proceso «hace falta tener la autoestima alta y cuidarse para sobrellevarlo». «Especialmente, en el momento en el que te dan el diagnóstico, mentalmente, es un proceso devastador, te preocupas demasiado y lo mejor para evitarlo es evadirse, buscar distracciones o hobbies que fomenten la actividad cerebral», declaró.

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