Mery Carmona
Martes, 29 de octubre 2024, 18:41
Santiago Palanco, vicerrector adjunto de sostenibilidad de la UMA, y Rocío Mora, técnico especialista del servicio de construcción, conservación y sostenibilidad, trabajan de forma conjunta con su equipo con objetivos claros para que este curso escolar sea más sostenible que el anterior, pero menos que el próximo. Responsables de la forma en la que se recicla, en la que se reduce el consumo o en la que se deciden qué plantas decoran los exteriores de las diversas facultades, siguen intentando expandir horizontes para favorecer al alumnado.
Publicidad
El proyecto de islas y sendas verdes está en crecimiento
Es bien sabido por toda la comunidad universitaria que los proyectos de islas y sendas verdes son disfrutados por el alumnado en gran medida. Lecturas, charlas grupales y otros muchos motivos reciben a decenas de personas diarias en la facultad de Ciencias de la Comunicación y en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga. Poco a poco, el vicerrectorado de sostenibilidad trabaja para incluir más espacios como estos, adaptándose a las necesidades de cada facultad. «Responde a una necesidad de un espacio donde se integran juegos cooperativos, zonas en las que los niños tienen que descubrir el entorno…», aclara Rocío Mora, confirmando a su vez que la isla verde de la facultad de Ciencias de la Educación se inaugurará a finales de octubre.
Cabe destacar que la isla verde de la facultad de Filosofía y Letras ya está construida también, pero hará falta que las obras terminen para poder verla porque se encuentra dentro del vallado. No obstante, los estudiantes de dicha facultad podrán acudir tanto a Ciencias de la Educación como a Ciencias de la Comunicación para disfrutar de sus horas libres. Entre tantas consideraciones que se han tenido en cuenta para construir dichas zonas, se sigue respetando que Málaga tiene una situación de sequía muy especial. Con especies de bajo requerimiento hídrico y conocimiento sobre las épocas en las que se puede o no se puede regar, la universidad sigue trabajando en la protección del medioambiente.
Lo más interesante de esto es la forma en que la universidad abrió la convocatoria para que participaran en las decisiones tanto personal empleado como estudiantes, con grupos multidisciplinarios desarrollando los proyectos. Rocío Mora afirma, bajo la misma línea que Santiago Palanco, que invitan a las asociaciones de estudiantes a las reuniones de la comisión de actividades ambientales para poder escucharles.
Rocío Mora, técnico especialista del servicio de construcción, conservación y sostenibilidad
Todavía puedes tener tu propio huerto
Actividades como convertirse en hortelano por un día o dos son las que abren camino a los estudiantes y a todo miembro de la comunidad universitaria a compartir una parcela dentro de la universidad. «Durante este verano hemos tenido pimientos, tomates, lechugas…», comenta Rocío Mora con una sonrisa de oreja a oreja. Es comprensible que el proyecto llene de ilusión al equipo, que espera convertir al grupo de estudiantes y personal trabajador que participen en las convocatorias en una comunidad. Ella, por su parte, reconoce que les han escrito con el deseo de tener un hueco en las parcelas, pero que el miedo del estudiantado reside en no disponer de horas suficientes como para que sobrevivan las especies que decidan plantar. Es por ello que, de nuevo sin perder el humor, sugiere haberles dicho de compartir como perspectiva comunitaria las parcelas y dividirlas según las horas que se puedan dedicar a ellas.
Publicidad
El curso escolar 2024/25 está muy marcado por objetivos
Uno de los principales deseos del vicerrectorado es poder otorgar a los estudiantes un título de competencias por acciones medioambientales, como un tercer seguidor a las competencias del marco europeo que ya existen y se pueden otorgar. El alumnado puede pedir un título europeo por igualdad y por emprendimiento, pero la lucha está en que tras la realización de actividades suficientes se pueda poner en marcha.
Entre los objetivos también está «consolidar la comunidad de hortelanos y hortelanas», una propuesta que la experta parece llevar por bandera. No menos importante, por supuesto, que otras como concienciar al alumnado en materia energética y en el uso del agua. «En casa estamos muy concienciados, pero cuando llegamos a la universidad se nos olvida que esta también es nuestra segunda casa», alega con la esperanza de que los grifos en los baños se cierren, las luces se apaguen y la comunidad universitaria se responsabilice.
Publicidad
Una de las cuestiones que preocupa es la zona de bajas emisiones, ya que parte del campus de la Universidad de Málaga se encuentra en esta zona, El Ejido, donde se encuentran la sala del Rectorado y la facultad de Bellas Artes o Ciencias Económicas y Empresariales, entre otros. En este aspecto, el equipo del vicerrectorado se encuentra activo en la participación de todas las plataformas que el Ayuntamiento de Málaga ofrece para transmitir las sugerencias y quejas de los estudiantes afectados por la nueva normativa.
Alternativas de movilidad sostenible y ahorro energético
Cabe recordar que la Universidad de Málaga dispone de una aplicación beneficiosa para el alumnado que quiera compartir coche. Así lo resalta Mora: «Es un respaldo a nivel de seguridad, es un respaldo económico y a través del uso de la aplicación recibes premios». Desde el vicerrectorado aclaran que son conscientes del uso de grupos de WhatsApp o telegram para compartir coche, pero proponen que se disfruten las ventajas de Hoop Carpool ya que su proceso es similar. Se descarga la aplicación, se sube el viaje y van apareciendo alertas para poder compartir coche durante el trayecto.
Publicidad
Pioneros en el ahorro energético desde la facultad de Ciencias de la Educación, disponen desde hace años de un campo de placas solares que cubre un aparcamiento. Además de dar sombra, supone para la universidad una «inyección de electricidad a la red» que abarata los costes de los diferentes edificios anexos.
Movilidad sostenible, huertos, islas verdes… Está claro que los objetivos del vicerrectorado de sostenibilidad de la Universidad de Málaga están dirigidos a paliar las consecuencias del cambio climático y a integrar el campus en la protección del medioambiente. Los alumnos participan en todas y cada una de las propuestas, desde disponer de una parcela para plantar pimientos, hasta poder descargar una aplicación para compartir los trayectos hacia las clases. Es innegable el trabajo que hay detrás de todas estas iniciativas, pero será mucho más tangible cuando se inaugure la isla verde que tanto habían esperado en la facultad de Ciencias de la Educación. ¿Quiénes serán los siguientes en disponer de una y disfrutar al aire libre de todo este trabajo?
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.