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María Dolores Busó, en una de las clases del Aula de Mayores. Víctor rojas
Aula de Mayores de la UMA: Los 92 años de continuo aprendizaje de María Dolores Busó
Aula de Mayores de la UMA

Los 92 años de continuo aprendizaje de María Dolores Busó

La alumna de más edad del Aula de Mayores compagina sus estudios con clases de gimnasia, yoga y un curso para usar teléfonos móviles

Víctor Rojas

Martes, 24 de enero 2023, 00:07

María Dolores Busó puede parecer un nombre común, que cualquier mujer podría tener, pero es especial. No cualquiera llega a los 92 años, y menos de la manera que lo ha hecho ella: siendo la alumna más veterana del Aula de Mayores de la UMA y haciendo tres sesiones de gimnasia semanales, además de estar apuntada a clases de yoga para mayores, donde también es la más longeva, y en un curso del Ayuntamiento sobre el uso de los teléfonos móviles.

La malagueña lleva apuntada 22 años al Aula de Mayores, con la única interrupción del curso de la pandemia. «Empecé porque mi marido se echaba la siesta, pero siestas de las que decía Cela: 'Con pijama, Padrenuestro y orinal'», cuenta la universitaria, quien conoció esta actividad gracias al boca a boca y le cuadró perfectamente con el descanso de su esposo, al que no quería molestar. «Él siempre venía a recogerme, como los novios», narra con nostalgia la universitaria, quien no dejó de acudir a clase ni en uno de los momentos más duros de su vida: el fallecimiento de su marido hace 20 años.

«Murió un 20 de diciembre y yo el 8 de enero estaba aquí, no podía parar mi vida», reconoce. Además, Busó encontró en el Aula de Mayores un refugio, un apoyo, un entretenimiento para pensar en otras cosas. La universitaria cuenta que se sintió «muy acogida» por sus compañeros. Recuerda a un matrimonio cordobés que siempre le guardaba un sitio en primera fila, donde a ella le gusta sentarse, si llegaba tarde. O a su gran amiga María Eugenia, con la que se sigue poniendo de acuerdo para coincidir en las mismas clases. «Me sentí tan arropada que no falté ni un día», afirma.

Este año Busó solo está apuntada a dos clases porque ya le «cuesta mucho salir por la mañana y por la tarde», y ya tiene muchas otras actividades a lo largo de la semana, además reconoce que lo peor es arreglarse antes de ir a algún sitio. En este curso, ha elegido Patrimonio Urbano y Ciudadanía: los paisajes malagueños para el segundo trimestre y repite la asignatura de 'El discurso del odio al andaluz', con el profesor Francisco Carriscondo. «La vuelvo a hacer porque me encantó», reconoce la alumna. Además, el punto común de estas dos asignaturas es el sentimiento de ser malagueña que ella rebosa.

A sus 92 años, Busó sigue con interés por aprender, por seguir conociendo un poco más cada día el mundo y por destruir los tópicos que los andaluces llevan colgados. «Se dice que somos vagos, que no tenemos palabra y que somos impuntuales», se queja la malagueña, quien recuerda cuando su tía de Valencia le hizo una visita hace ya bastantes años y quedó impresionada con los paisajes de la provincia. «Se creía que esto era un desierto, que aquí no podía haber nada verde», confiesa.

La brecha digital tampoco es un problema para la universitaria a pesar de que no se pudiera matricular en el Aula de Mayores durante el curso de la pandemia, que fue en modalidad 'on line', ya que no lo hizo porque su ordenador «es muy antiguo, de los primeros que salieron», y reconoce que a su edad no quiere comprarse otro ni acudir a cursos de informática porque sabe darle el uso que necesita. «Yo enciendo el ordenador, como y vuelvo para ver si ya ha arrancado», bromea mientras recuerda que uno de sus sobrinos le ha dado un portátil que funciona igual que su ya anticuado dispositivo.

Hace gimnasia, yoga, entiende de ordenadores, de cómo destruir los tópicos del discurso de odio contra el andaluz y, entre otras muchas cualidades, también sabe idiomas. «Inglés he intentado aprender muchas veces, pero no he sido capaz», afirma Busó, aunque realmente no sabe hablarlo y entenderlo oralmente, pero sí puede «traducir texto escrito». Su idioma es el francés, que sí lo domina tras haberlo empezado a estudiar en bachillerato y cuando cursó magisterio, profesión que nunca llegó a ejercer, lengua que ha seguido aprendiendo en las clases de la UMA.

Todos los cambios

Una mujer que ha vivido todos los cambios del Aula de Mayores, ya que está apuntada desde el año 2000, solo 6 años después de que se pusiera en marcha, en el año 1994. Pero no solo ha experimentado estas variaciones, también las sociales y políticas a lo largo de todo este tiempo, tanto es así que es una de las malagueñas que vivió 'La Desbandá' durante la Guerra Civil española. «Solo tengo dos recuerdos: mi abuelo con mi hermano a hombros y la gente por la noche llamando a voces a las personas que se habían perdido», cuenta Busó, quien reconoce no tener memoria sobre los bombardeos y aviones.

«La suerte que yo tengo son mis vecinas: me hacen la compra, me cocinan, me ayudan en todo», cuenta Busó agradecida con estas personas a las que siente como su familia. Además, es una lectora empedernida y suscriptora de SUR en papel, de las que le dejan el periódico en el buzón. «Cuando mi vecina vuelve de pasear a su perro, lo recoge y me lo deja en una bolsa de plástico colgado en mi puerta».

Una vida repleta de anécdotas, marcada por un gran amor y por la experiencia que le dan sus 92 años. Sin problemas de memoria más allá de un ligero baile de nombres, con la agilidad de una señora que está en forma y con las ganas de aprender de un niño en sus primeras clases. Enamorada de su marido, de Málaga y de sus vecinas. Con actividades de gimnasia, de patrimonio andaluz y de uso de móviles. María Dolores Busó, como pregunta tanta gente: «¿Y eso cómo se hace?».

El Aula de Mayores, formación apta para todos los adultos de más de 55 años

De izquierda a derecha, VÍCTOR ROJAS

Además de Netflix, un podcast: viaje apasionante a la revolución del audio, Bette Davis y Joan Crawford: dos reinas del Hollywood clásico o Las mujeres en la Edad Media: mucho más que monjas, rameras y brujas son tres de las 150 actividades con las que cuenta el Aula de Mayores de la Universidad de Málaga. Una amplia oferta entre las que destacan las asignaturas de humanidades, los idiomas y las nuevas tecnologías, todo ello adaptado para un público de más de 55 años con muchas ganas de aprender, conocer a gente nueva y formarse de cara a su vida futura.

Una propuesta formativa preparada para todos los perfiles, desde catedráticos jubilados hasta personas que han ejercido una profesión sin necesidad de formación previa pasando por desempleados, lo que provoca un mayor enriquecimiento interpersonal. «Es el difícil equilibrio de ofrecer una formación que no requiere preparación previa pero que, a su vez, es interesante para personas que ya tienen un ejercicio profesional. Es la ventaja de este programa», afirma la vicerrectora adjunta de Formación y Participación en Igualdad, Milagros León.

Además, no hay límites de cursos, los alumnos pueden apuntarse cada año. «Hay una oferta tan variada que todo el mundo encuentra para el siguiente curso académico algo que le interesa, algo nuevo, porque además la oferta no es estática, se va actualizando», apunta la docente. Aunque hay asignaturas siempre fijas y un curso opción anual, que es un curso cerrado que se oferta para las personas que se inician y no saben qué elegir. Entonces, se presenta esta oferta, pero no es obligatorio empezar de esta forma, es una opción orientativa que cuenta con seis asignaturas obligatorias como Historia, Geografía, Filosofía o Literatura en la sede de El Ejido u otras seis en La Térmica, por ejemplo Educación intercultural o Torremolinos y el nacimiento de la Costa del Sol. Un curso cerrado que también es más económico, ya que cuesta 65 euros, mientras que cada asignatura suelta son 30 euros, generalmente. «Los precios son bastante reducidos para que todo el alumnado pueda acceder, también es verdad que la Junta de Andalucía da una pequeña subvención que tenemos que repartir, entonces, a lo mejor, algunos talleres son gratuitos», subraya Lina Jiménez, de la unidad técnica de gestión del servicio de Acción Social.

El curso se divide en tres trimestres, de octubre a diciembre, de enero a marzo y el último va hasta el 31 de mayo, por lo que cada asignatura dura ese período de tiempo. Sin embargo, hay actividades que se repiten cada trimestre pero con un nivel más. Por ejemplo, existe el taller de Fotografía y Vídeo Digital en su primera edición durante el primer tramo del curso, la segunda en el siguiente tiempo y el tercero, en el último. También hay talleres que se imparten durante el año lectivo completo y cuestan 90 euros, este es el caso de los idiomas (francés e inglés) o el taller de teatro.

Los alumnos son los principales protagonistas de este programa, la docencia se adapta a ellos hasta tal punto que pueden proponer temas para el curso siguiente, ya que es frecuente que repitan asignaturas varios años seguidos. «Repiten la misma asignatura porque quieren afianzar los conceptos, los conocimientos, salen encantados, les encanta el profesor y quieren otra vez con el mismo», comenta Jiménez. Asimismo, los universitarios no suelen dejar de acudir de un curso para otro, ya que también es una forma de relacionarse con personas de su edad y «suelen salir a tomar algo después de clase, así que si no se vuelven a apuntar suele ser por temas de cuidados familiares», añaden.

Récord de alumnos

1.747 son los alumnos que se han matriculado este curso en el Aula de Mayores de la UMA, de los cuales, 1.219 son mujeres y 528, hombres. Un récord de asistentes que tiene que ver con la oferta tan variada de actividades que se ofrece y con el segundo año de una sede en el centro cultural La Térmica, que se sumó a la tradicional en el campus de El Ejido. Un espacio que posibilita que haya 30 nuevas actividades, como Arte y Ciencia: tendiendo puentes o Pensar la verdad en tiempos de la posverdad, y un horario de mañana. «El curso pasado era la novedad y mucha gente no estaba al tanto, pero este año se ha difundido más la información», apunta Jiménez.

A pesar de que el curso 2020/21 bajara el número de matriculados a unos 500 debido a la pandemia y a la modalidad 'on line', el Aula de Mayores no ha tardado en recuperarse aunque todavía se está trabajando por volver a la normalidad total. «Al principio se abrió a toda la provincia de Málaga, a distintas sedes, estamos ahora intentando recuperarlo porque la pandemia dejó esto un poco aparcado», reconoce la vicerrectora adjunta.

Además, no es una tendencia aislada que el número de mujeres apuntadas doble al de hombres y, a pesar de que no hay datos ni estudios que lo expliquen, la teoría general es que ellas son las que han tenido menos acceso a la formación durante su juventud y una vez que se ven más liberadas de responsabilidades familiares aprovechan la oportunidad que en su momento se les quitó. Los hombres normalmente han tenido más opciones de acceder a los estudios y buscan otra alternativa a la formación universitaria, otro tipo de entretenimiento. También es más fácil que «venga el grupo de amigas juntas los hombres suelen venir solos», apuntan.

Objetivos

El aprendizaje autónomo, facilitar la vinculación con la UMA a los mayores de 55 años y promover la formación a lo largo de toda la vida o potenciar la convivencia, tolerancia y solidaridad interpersonal e intergeneracional y la igualdad de género son tres de los objetivos principales del Aula de Mayores, que también se preocupa y ocupa del acceso de este grupo de personas a los bienes culturales, del conocimiento y de acercarlos a la nueva sociedad de la información, así como de mejorar su calidad de vida con asignaturas de promoción de la salud y la formación en hábitos saludables como Alimentación sana y atractiva en el adulto mayor o un taller para mejorar la memoria.

La lucha contra la brecha digital es otra clave, para ello se cuenta con asignaturas de uso de teléfonos móviles, de redes sociales o un curso gratuito que oferta la Junta de Andalucía para todas las universidades públicas andaluzas con este programa, llamada Mayores con 'WiFi'. «Ya se van manejando en el Campus Virtual y en la aplicación de la UMA», aseguran. La formación en este sentido va más allá, cada año se hace un seminario gratuito dirigido por un profesor de tecnología para concienciar y prevenir en temas de ciberseguridad mediante el testimonio de expertos de empresas de este sector o de la policía.

Referente

El Aula de Mayores de la UMA se ha convertido en un referente, tanto es así que este curso y el pasado fueron sede para acoger la movilidad internacional de Italia, de la Universidad de la Libertad, durante una semana. «Viene estudiantado italiano del Aula de Mayores atraídos por nuestro programa formativo», asegura León. Además, confirman que están trabajando para que los alumnos de Málaga puedan irse también a otros países para probar en sus programas. «Es como un Erasmus pero de mayores», enfatizan.

Un programa formativo que se ha convertido en ejemplo gracias al trabajo que hay detrás de 28 cursos ofreciendo esta actividad. Desde 1994, el Aula de Mayores ha pasado por varias fases: empezó con conferencias a lo largo de todo el curso para pasar más tarde a los ciclos. Ciclos que estaban divididos en dos, el primero eran tres cursos consecutivos obligatorios para todo el alumnado que quisiera empezar y luego se pasaba al segundo: asignaturas de libre elección por parte de los alumnos. En la actualidad, se ha abierto desde el principio, ya son actividades seleccionadas libremente.

El Aula de Mayores de la UMA es un espacio para que las personas de más de 55 años sigan ligadas al conocimiento, que no solo encuentren «talleres para hacer manualidades», un esfuerzo del servicio de Acción Social por acercar la universidad a la sociedad, para que los mayores estén acompañados, se relacionen y tengan una vida social compartida con gente de inquietudes similares. Cumplir años ya no es sinónimo de aislamiento.

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