La UDA, asistencia clínica dentro de la Universidad de Málaga

La Universidad de Málaga sigue desarrollando su propio ecosistema multifuncional. La evolución de la institución en los años, no sólo emigrando de Martiricos o El Ejido a Teatinos y mejorando las conexiones con la ciudad, es evidente. Las facultades, de forma autónoma, siguen también dando pasos al frente en pos de autoabastecerse con la propia labor que desarrollen. Así las cosas, Ciencias de la Salud cuenta con Unidades Docentes Asistenciales (UDA) en distintos grados, postuladas como organizaciones versátiles para toda la sociedad malagueña y ya no sólo para los estudiantes del edificio.

Un claro ejemplo de ello es la UDA de Podología. Inaugurada en 2008, por aquel entonces con sede en la antigua escuela de Martiricos, emigró en el año 2013 al nuevo campus de Teatinos, ubicado en la Ampliación, para seguir con su labor de tratamiento, docencia e investigación. Los profesionales impulsores de la unidad fueron Ana Jiménez Cebrián y Valeriano Molina. De ellos, sólo este último continúa, y lo hace junto a los podólogos Alejandro Castillo y Raúl Fernández. Así queda el tridente de podólogos que esta unidad presenta hoy por hoy.

Castillo aclara, antes de empezar a explicar con detalles en qué consiste su actividad, que sus servicios están abiertos a quien lo desee, formen o no parte de la Universidad de Málaga. «Se realizan servicios a toda la comunidad malagueña, estamos abiertos a todo el mundo», recalca. Y añade, superponiendo, que también hacen especial hincapié en promocionarse cara a la propia Universidad y a su alumnado.

Entre otras cosas, la unidad ofrece servicios de tratamiento, docencia e investigación. Profundizando en la materia, una parte de su actividad se centra en la labor de enseñanza, mano a mano y codo con codo con el alumnado. Ofrecen un servicio de prácticas para los estudiantes de grado, con la evidente ventaja que ofrece aprender el oficio de forma práctica sin salir del edificio donde se obtienen y refuerzan conocimientos desde el prisma teórico. Como en todos los grados, este periodo está supervisado por un tutor, que en este caso concreto es un profesor de la propia Facultad, y está apoyado por profesionales en la materia como son Alejandro Castillo, Raúl Fernández o Valeriano Molina.

Asimismo, la labor de investigación corre a cargo de estos mismos profesionales, doctores en Podología, por su condición universitaria. No obstante, Castillo, que fue el encargado de atender a Crónica Universitaria, hizo especial hincapié en la labor de tratamiento que tiene esta Unidad Docente Asistencial: «Trabajamos mediante la ecografía, radiodiagnóstico, aparatología de rayos 'X' o fluoroscopio. Esta es una de las vías, pero luego tenemos la parte técnica, a través de los estudios de la pisada y la biomecánica de la carrera, de la marcha o la postura. La idea es que desde el pie podamos ayudar en la postura global del cuerpo», explica, dejando claro que su labor de servicio y tratamiento no dista en absoluto de la que pueden ofrecer otras clínicas podológicas de la ciudad.

Entre sus remedios se encuentran las clásicas plantillas, que están realizadas de diferentes materiales, según las necesidades del paciente. Esta suele ser la primera alternativa de tratamiento. Por demás y al margen del abanico de posibilidades y alternativas que ofrecen, esta unidad trabaja codo con codo con otras Unidades Docentes Asistenciales de la Facultad, por si fuese necesario derivar a algún paciente a otros campos. «Las tenemos justo al lado», añade. Todas las tareas realizadas en esta UDA son supervisadas por un profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud. El servicio es de pago, aunque su tarifa se encuentra un poco por debajo de la media por realizar su actividad con alumnos.

«Hemos crecido a nivel de diagnóstico», sigue explicando. «Empezamos a tener un punto de referencia en Málaga en cuanto a la actividad que realizamos. Tiene ese punto diferente en cuanto a que realizamos labores docentes con alumnos de grado y también con las labores de investigación», concluye. Así pues, la Universidad de Málaga aporta ese punto diferencial alargando la mirada y enfocando su actividad en la sociedad como conjunto, barriendo límites y mirando más allá de sus propios miembros: aquí cabe todo el que así lo desee.

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