Recorriendo el Sahara por una buena causa

Estos dos estudiantes de Ingeniería y Bellas Artes de la Universidad de Málaga se encuentran participando actualmente en la séptima edición de Uniraid, un viaje formativo y solidario cuyos participantes son, en su mayoría, estudiantes universitarios de España, Portugal y Andorra.

En el transcurso de una semana, recorrerán en coche más de 2.500 kilómetros repartiendo material escolar por algunas de las aldeas que hay dispersas por el Sahara marroquí. Cuando estos dos jóvenes regresen de su viaje no traerán bajo el brazo ningún trofeo ni reconocimiento. Y es que este no es un 'raid' al uso. Aquí la velocidad y la competitividad entre los participantes queda en un segundo plano y el único objetivo es inyectar una buena dosis de alegría y esperanza al otro lado del Mediterráneo.

«Una de las pocas condiciones que impone la organización para participar es recorrer los 2.500 kilómetros de la prueba con un vehículo de más de 20 años», explica Juan Carlos Vera. Los últimos meses han sido, para estos dos malagueños, una carrera a contrarreloj siguiendo la pista de patrocinadores que les ayudaran a cumplir este reto y preparar el coche que están utilizando para desplazarse. Un Opel Corsa 1.2 LS con 32 años de antigüedad que ellos mismos han pintado y decorado con los logos de los colaboradores que, con esfuerzo, han podido conseguir, entre ellos el espacio de 'coworking' Link by UMA-Atech y varios negocios de Yunquera y Tolox.

Partieron el 24 de febrero desde Algeciras con dirección Tánger, desde donde dio comienzo su andadura por las áridas tierras de Marruecos. Cuando Uniraid eche el cierre el próximo 4 de marzo, habrán repartido más de 3.000 kilos de material solidario, entre libros, ropa y juguetes y otros regalos que estos estudiantes de la UMA han considerado que «les haría especial ilusión».

Los participantes de otras ediciones ya les habían adelantado que esta experiencia te cambia la vida. «Empezamos el recorrido por autopista pero el primer día de viaje por las aldeas fue muy duro», señala Juan Carlos Vera ya desde Marruecos, quien confiaba en que esta aventura les ayude a tener otra percepción de la realidad y conocer otros lugares del mundo en los que la gente vive y es feliz con prácticamente nada.